La invasión del mejillón cebra está afectando significativamente a la supervivencia de las poblaciones de náyades localizadas en el sistema de embalses del río Zadorra. La última evaluación del impacto en los embalses de Urrunaga y Ullibarri llevada a cabo el pasado 2020 ha podido confirmar que esa plaga es la causa de la disminución progresiva de las poblaciones de náyades que se viene observando en los últimos años. Así lo asegura un informe encargado por la Agencia Vasca del Agua (URA) a la empresa Acebi-Investigación Ambiental, en el que han colaborado los expertos María José Madeira y Benjamín J. Gómez Moliner, ambos vinculados a la UPV.
Según el estudio realizado, en el embalse de Ullibarri se han recolectado un total de 14.050 mejillones adheridos sobre las 114 náyades evaluadas. El número total de mejillones contabilizados es inferior a los resultados obtenidos en la anterior campaña del 2019 -15.601 mejillones cebra-, pero el grado de fijación medido sobre las poblaciones de náyades analizadas en 2020 ha sido superior ya que el número total de náyades recapturadas ha sido menor, pasando de 140 en 2019 a 114 en el pasado ejercicio 2020.
Al igual que en el año 2019, el índice de fijación más alto detectado en 2020 correspondió a la denominada zona V, con 2.998 mejillones adheridos sobre las siete náyades que pudieron ser recapturadas.
Esta población se localiza en la cola del río Zadorra, un espacio que se considera una de las áreas de mayor interés ecológico de este embalse y muy interesante desde el punto de vista de conservación de las náyades por las importantes densidades que presenta. Por el contrario, la zona menos afectada es en los términos de Garaio-Mendixur, donde en 2019 ya se observó un descenso significativo en la densidad, aunque en 2020 estas poblaciones han vuelto a experimentar un incremento del índice de fijación de mejillones.
En general, en las poblaciones de náyades analizadas en Ullibarri-Gamboa se ha estimado un incremento en la pérdida global de efectivos, pasando de un 58,1% en 2019 a un 67,6%. Por lo tanto, las náyades son poblaciones al borde de la desaparición.
Por su parte, en el embalse de Urrunaga también se ha detectado un aumento generalizado de bivalvos. En 2020 se recolectaron un total de 36.085 mejillones cebra adheridos sobre las 114 náyades recapturadas y evaluadas, mientras que en el 2019 se habían recolectado un total de 19.560 sobre las 121 náyades recapturadas durante esa campaña.
A pesar de ser dos embalses pertenecientes a una misma cuenca, la tendencia parece ser diferente entre ambos. En el embalse de Ullibarri, la tendencia se ajustaría más a un modelo cíclico, donde las poblaciones de mejillón cebra podrían mostrar ciclos estables con predominio de ciertas clases de edad. En el embalse de Urrunaga la tendencia se ajustaría más a un modelo irregular, sin una tendencia clara a largo plazo, sino con grandes fluctuaciones irregulares en la densidad de la población, sin que los mecanismos que impulsan las fluctuaciones estén claros.
En todo caso, los resultados obtenidos certifican la extinción local de alguna de las poblaciones de la náyade anodonta anatina, así como una disminución muy significativa de la densidad poblacional en varias de las zonas muestreadas en ambos embalses.
Este declive poblacional podría dar lugar a una desaparición, en un corto plazo de tiempo, de muchas de las poblaciones más importantes de náyades que ocupan estos biotopos. Se puede afirmar que, en ambos embalses, en algunos casos concretos, la situación actual es muy alarmante, según URA.
Afección significativa. La invasión del mejillón cebra está afectando significativamente a la supervivencia de las poblaciones de náyades localizadas en el sistema del Zadorra. La última evaluación del impacto en los embalses alaveses de Urrunaga y Ullibarri llevada a cabo el pasado 2020 ha podido confirmar que esa plaga es la causa de la disminución progresiva de las poblaciones de náyades que se viene observando en los últimos años.
En cifras. Un estudio encargado a URA certifica que a lo largo de 2020 se recolectaron en Urrunaga un total de 14.050 mejillones adheridos sobre las 114 náyades evaluadas. El número total de mejillones contabilizados es inferior a los resultados obtenidos en la anterior campaña del 2019 -15.601 mejillones cebra-, pero el grado de fijación medido sobre las poblaciones de náyades analizadas en 2020 fue superior
"Muy alarmante". Los resultados obtenidos certifican la extinción local de alguna de las poblaciones de la náyade anodonta anatina, así como una disminución muy significativa de la densidad poblacional en varias de las zonas muestreadas en ambos embalses. Este declive poblacional podría dar lugar a una desaparición, en un corto plazo de tiempo, de muchas de las poblaciones más importantes de náyades que ocupan estos biotopos. Se puede afirmar que, en ambos embalses, en algunos casos concretos, la situación actual es "muy alarmante".