Como cada lunes desde hace más de tres años, el movimiento de Pentsionistak Araba ha vuelto a tomar las calles de Vitoria para reivindicar las diferentes "injusticias" sociales, económicas y laborales de la sociedad vasca. En esta ocasión, la manifestación ha ido dirigida a los bancos privados para exigirles, una vez más, que tomen diferentes medidas para facilitar las gestiones bancarias a las personas mayores así como para solicitar que eliminen los gastos de comisiones.

De esta manera, hoy a las doce del mediodía, cerca de 300 pensionistas se han reunido en la plaza de la Virgen Blanca y han transitado por delante de los grandes bancos del IBEX 35, así como por las entidades más cercanas de la Comunidad Autónoma Vasca, para exigir medidas que acaben con las filas en las calles, que proporcionen una atención personalizada y que moderen las comisiones bancarias.

"La actuación de la banca perjudica a toda la ciudadanía, por el considerable aumento de las comisiones, además de los menos diestros en el manejo de las nuevas tecnologías informáticas y por la necesidad de realizar todas las operaciones por internet y ahí nos encontramos la mayoría de las personas mayores", han explicado varios miembros del movimiento. Por eso, han hecho un llamamiento a toda la ciudadanía para que se sumen a esta lucha y han exigido que los bancos privados den una respuesta a esta problemática.

No es la primera vez

Esta petición no es la primera vez que se realiza desde el movimiento de Pentsionistas de Araba. De hecho, el pasado 26 de abril Euskadi se movilizó para demandar a las entidades financieras una "mejor atención y menos comisiones". Sin embargo, esta mañana los pensionistas han denunciado que no obtuvieron ninguna respuesta a esta solicitud: "Los banqueros son duros de oídos, y solo escuchan el sonido de nuestro dinero con el que diariamente hacen negocio. Es momento de recordarles que nos tienen enfrente y que no aceptamos el silencio por respuesta", han asegurado.

En este mismo sentido, miembros del movimiento han recordado que, con la excusa de la pandemia, "y con el objetivo de reducir costes y aumentar beneficios", la banca privada ha cerrado oficinas, ha reducido horarios, y también la atención presencial, "y nos presionan para que usemos la banca electrónica".

Asimismo, según han afirmado, en Euskadi, las oficinas se han reducido a la mitad y en muchos pueblos y barrios obligan a desplazarse para dichas gestiones. Lamentan por ello, que todos estos cambios provocan largas filas en la calle, "pésima atención" y "mayor riesgo de contagio" al verse obligados a concentrarse en menos espacio.

Exigencias

"La exigencia del pleno del ayuntamiento de Vitoria a los bancos, el pasado 26 de enero, para que rectificaran, la han mandado directamente a la papelera. La información y digitalización bancaria nos impone el uso de la tarjeta de débito o de crédito para sacar dinero o pagar, nos deriva a Internet para realizar gestiones como una simple transferencia, una comprobación de saldos o el abono puntual de una cantidad a una persona o entidad residente en otra plaza", han denunciado.

El movimiento de pensionistas también ha exigido la eliminación de las comisiones, "que se cargan a quienes tienen menos saldo en la cuenta y menos operaciones realizan, entre ellas, las personas mayores, más vulnerables". "Esta banca privada no sólo no cumple funciones de interés general, sino que usa el engaño, el abuso, y el recurso al dinero público para que directivos-as y accionistas cobren millones de euros a cuenta de negociar con nuestros dineros. El rescate de Bankia nos costó 22.424 millones de euros de los que sólo han devuelto 3.302, y una vez saneada se la han regalado a Caixabank. Lo mismo hicieron con la intervención del Banco Popular y su posterior regalo al Santander. Recuperar una Banca Pública que nos trate como personas y sea socialmente útil es cada vez más necesario", han aseguraro.

Por todo esto, el movimiento ha exigido medidas para acabar con las filas en la calle, habilitar salas de espera adecuadas en el interior de las oficinas bancarias, y garantizar atención presencial a las personas mayores. Además, también pide que se supriman las condiciones y comisiones en el uso de las tarjetas de crédito o débito a pensionistas y personas mayores de 65 años y, por último, y en ese mismo sentido, ha solicitado la exención de todo tipo de comisiones a quienes tengan domiciliada la pensión.