Un grupo de familias de 30 centros escolares públicos de Álava ha pedido este martes en Vitoria lograr entornos escolares "más seguros, saludables, naturales, inclusivos y coeducativos".
Para transformarlos así, demandan la puesta en marcha de dos medidas: la creación de una mesa de trabajo interdepartamental que aborde esta problemática “desde un punto de vista global y resolutivo”, con la participación del Gobierno Vasco (Educación, Medio Ambiente y Salud), Ayuntamiento (Educación, Igualdad, Urbanismo, Parques, Jardines y CEA), ampas y direcciones de los colegio y por otro lado, un “plan estratégico” para la transformación pedagógica de estos entornos, con una partida presupuestaria “constante” en el tiempo que garantice la consecución de este proceso de cambio a corto plazo.
“Nos preocupa su seguridad, los itinerarios hasta el centro, la contaminación del aire, la falta de entornos naturales, los espacios discriminatorios y la dotación de los patios y su diseño en clave pedagógica”, resume el manifiesto que firman 22 centros (tanto por su dirección como por su ampa) de la capital alavesa (entre ellos, el CEIP Abendaño o las kastolas de Abetxuko y Adurza) y otros siete emplazados en Agurain, Dulantzi, Durana, Laguardia, Legutio, Oion o Ribabellosa.
Diagnóstico y proyectos
Como ha explicado uno de estos padres, Dani Zuazagoitia, del CEIP Zabalgana, la mayoría de estas escuelas han impulsado diagnósticos que han realizado empresas especializadas para realizar algunos cambios en los mismos “e incluso tenemos proyectos específicos sobre la mesa para mejorar el entorno escolar (patio, calle o barrio)”.
Y es que creen que los espacios exteriores deben hacer visibles “una nueva cultura de la infancia, de la escuela y de la comunidad. Deben de ser un espejo abierto al mundo, con coherencia en el hacer y el ser”.
"Problemática" en común
Sin embargo, dicen que en este proceso siempre se han encontrado con una misma “problemática en común”, que es la de las trabas administrativas para encauzar estas dificultades desde un punto de vista interdisciplinar y competencial, “perdiéndonos en costosos y en enrevesados trámites burocráticos”. De ahí que hayan decidido unirse esta treintena de centros.
Además, lamentan que las partidas económicas son “escasas e intermitentes” y no existe un plan director ni agente que dirija el proceso. “Es por ello que recalcamos la necesidad de abordar las demandas anteriormente expuestas, con una coordinación y compromiso por parte de las instituciones públicas implicadas”, solicitan.
Un proyecto integral, por tanto “para que no haya contradicciones, y no dejarlo en manos de las madres y padres. Nosotros tenemos muy buena voluntad y ganas de trabajar, pero no tenemos mucho tiempo. Y lo que no podemos hacer es estar detrás de cosas que no sabemos”.
En definitiva, aseguran que necesitan “un cambio de mirada, un cambio de actitud y la implicación institucional para hacer posible una nueva manera de habitarlos. Utilicemos la transformación de los entornos escolares para generar procesos participativos de cambio en la comunidad educativa. Procesos participativos para un cambio necesario”.