Esta semana el equipo que forma parte del proyecto Berakah de Vitoria -obra social de las parroquias de San Vicente, San Pedro, San Miguel y Santa María- hace memoria de lo trabajado desde el final del verano pasado hasta el inicio de este nuevo año. En un documento se expone de manera pormenorizada la actividad solidaria y caritativa de esta
obra conocida en toda la ciudad, especialmente entre la población migrante.
Fidel Molina, uno de los responsables de Berakah, reconoce que "no han sido meses nada fáciles para quienes formamos esta familia" y subraya que "gracias al esfuerzo y a las grandes dosis de creatividad de los voluntarios ha sido posible sacar adelante iniciativas para llegar a las personas más empobrecidas de la ciudad".
Molina se muestra satisfecho porque "los más de 30 proyectos con los que cuenta Berakah están funcionando, con las limitaciones propias del momento". A esto hay que sumarle la "importante carga emocional añadida para todos nosotros por ser testigos en estos meses de situaciones de mucha pobreza y desigualdad social incrementadas por la
pandemia".
Esta fotografía "nos hace ser aún más conscientes de las vidas de muchos de nuestros vecinos, donde sigue habiendo impedimentos para el alquiler o para recibir apoyo institucional, donde la ayuda y el acompañamiento a personas mayores ha desaparecido, donde se han frenado procesos de integración, todo esto sumado a la perdida de seres queridos en esta dura situación".
Voluntariado
Por fortuna, señala Molina, "son muchas las personas nuevas que se han sumado como voluntarias a esta obra social". En su memoria, Berakah quiere agradecer a la Fundación Vital y a tantos particulares, empresas, colegios, residencias e instituciones por su confianza y apoyo a su actividad.
Entre todos los campos de acción durante estos meses, destacan las 1.350 personas atendidas en el Centro de Acogida Betania, los 1.593 servicios de la iniciativa Café-Calor, una media de 25 personas cada día, los 11.005 menús del Comedor Social Zugaz que dan una media aproximada de unos 150 menús diarios, las 648 personas que en estos cuatro meses han pasado por el servicio de ropero, las 150 familias que son beneficiarias de la Despensa Tabgha o las 72 personas que son alojadas en los pisos de Berakah, Hogar Belén y Hogar Ain Karem respectivamente.
Además se han mantenido y reforzado los microcréditos otorgados a familias necesitadas, siendo en estos cuatro meses un total de 42 préstamos por valor de 28.303 euros para precariedad por pérdida de trabajo, por alojamiento, fianzas, estudios, etc.
Proyecto 13 casas
Otro punto a resaltar en este periodo ha sido el proyecto 13 Casas, presentado a la sociedad durante este periodo y que a día de hoy ha logrado 5 viviendas de particulares.
Este modelo donde la Iglesia es institución mediadora entre los propietarios y los nuevos inquilinos, en su mayoría personas migrantes y con dificultades para desarrollar un proyecto de vida, sigue haciendo un llamamiento para llegar a ese número de 13 casas donde hay una tutela, una garantía de pago y un trato de cercanía y confianza para todas
las partes.
Molina añade que en Berakah "nos movemos con las personas más empobrecidas y ellos vemos el rostro de Jesús", recordando que "esta realidad es la que más nos acerca a Dios y donde los más de 200 voluntarios nos sentimos privilegiados de poder acompañar sus vidas y dejarnos salpicar por ellos".
En este sentido recuerda que "en la Iglesia, en nuestra Diócesis, para el Papa y para nuestro obispo, los más débiles están en el centro del Evangelio" y en este sentido asegura que "seguiremos cerca de quienes más necesiten la acción social de la Iglesia alavesa".