- Cruz Roja Juventud necesita 1.600 juguetes para regalar a 800 niños y niñas de familias vulnerables que residen en Álava. De ellos, aproximadamente 700 se repartirán en Vitoria a unos 350 menores.
La capital es la plaza más fuerte del territorio, por ser la localidad más poblada, pero Llodio y Amurrio también son plazas potentes, explica Bihotz Marín desde Cruz Roja Juventud de Gasteiz. En lo que a Euskadi se refiere, el reto está en repartir 9.000 juegos entre 4.300 menores, cuyos progenitores no pueden comprarles algo tan básico para otros chavales como es un juguete.
La entidad dio el pistoletazo de salida a esta iniciativa en noviembre y, hasta la fecha, los resultados son satisfactorios. "No puedo cuantificar los juguetes que se han entregado hasta ahora porque aún no los hemos inventariado, pero intuyo que la campaña va a ir mejor que los últimos años", apunta. "Estamos muy contentos con lo que vamos recogiendo, pero nos falta el empuje final", añade en un claro llamamiento a la solidaridad ciudadana. En este sentido, agradece la participación tanto de los particulares como de las empresas que, evidentemente, tienen más capacidad económica para adquirir juguetes y donarlos a las familias más vulnerables.
Hasta el 10 de enero, los juegos pueden entregarse en los almacenes de las sedes de Cruz Roja de Vitoria, Llodio, Amurrio y Oion en los que la organización los inventaría, en función de la edad a la que van dirigidos. En estos momentos, preferiblemente precisan juguetes para niños de 0 a 2 años y de 8 y 9 años. "Son los rangos de edad más flojos; no sé muy bien por qué; supongo que porque cuando pensamos en un niño o niña nos viene enseguida a la mente un txiki de 5 o 6 años", explica.
Además de la entrega de juguetes en las diferentes asambleas de Cruz Roja de Euskadi, se puede colaborar con la campaña realizando donaciones en la web de Cruz Roja, a través del teléfono 900 104 971 y mediante el envío de un SMS con la palabra juguete al número 38088 (el mensaje cuesta 3 euros). El dinero se destina íntegramente a la compra de juguetes. Y, como novedad este año, se puede hacer por Bizum.
Marín separa la campaña de recogida de juguetes, que se concentra en Navidad, época en la que los ciudadanos "parece que están más predispuestos" a regalar sonrisas en forma de juguete, de las entregas que se realizan a lo largo de todo el año. "No hacemos una gran entrega, y menos este año con el covid, sino que repartimos los juguetes a medida que surgen las necesidades de las familias con las que normalmente trabajamos en Cruz Roja Juventud, así como de otras nuevas que se acercan a nuestras sedes", explica. Por ejemplo, este año, con la pandemia del coronavirus realizaron varias entregas los meses de abril y mayo, ya que "durante el confinamiento nos dimos cuenta de la necesidad que tenían muchos hogares de disponer de juguetes o juegos de mesa debido a la cantidad de horas que tenían que pasar en sus casas, sin salir, y sin otras actividades de ocio", indica Marín.
La campaña Sus derechos en juego pretende dotar a estos hogares en dificultad social y económica de juegos que transmitan valores, como tolerancia, diversidad, respeto e igualdad, tanto en el contexto escolar como familiar. Por ello, va mucho más allá del mero reparto de juguetes. "El principal fin de esta acción es promover el uso de juegos y juguetes como herramienta educativa" explica Olatz Villaverde, directora autonómica de Cruz Roja Juventud, en el lanzamiento de la iniciativa.
El programa se enmarca dentro del proyecto El juguete educativo, que desarrolla su acción durante todo el año, y que tienen como objetivo asegurar el derecho al juego de niños y niñas hasta los 18 años, así como sensibilizar sobre la importancia del juego y el juguete, y su incidencia en el desarrollo evolutivo.
"Desde Cruz Roja Juventud entendemos el juego como una vía de difusión de cualquier propuesta educativa y pedagógica. Invertimos todos nuestros esfuerzos para que, ningún niño o niña se quede sin recibir un juego o juguete", recalca Villaverde a DNA.
Los juguetes deben ser nuevos, por equidad y no discriminación. De acuerdo con el principio de imparcialidad, "nos resulta imposible tener que discriminar a algunas personas dándoles juguetes de segunda mano porque no creemos que haya infancia de primera y de segunda categoría". Además, "por razones de seguridad, no podemos garantizar que un juguete sea 100% seguro una vez se ha sacado de su envoltorio original", puntualiza Marín, desde la sede de Gasteiz.
Igualmente, deben ser juguetes no bélicos, no sexistas y, preferiblemente, educativos, para favorecer actitudes de respeto y cooperación. Y es que, los juguetes son elementos transmisores de valores sociales que favorecen una socialización libre de discriminaciones. Cabe recordar que, a través del juego, los niños adquieren conocimientos y comportamientos. De ahí que "si fomentamos que la infancia utilice juguetes educativos estaremos favoreciendo valores de tolerancia, diversidad, respeto, igualdad, etc.".
Asimismo, preferiblemente, juegos medioambientalmente sostenibles, es decir, fabricados a partir de materiales con menor impacto medioambiental.
Nuevos. Por equidad y no discriminación. De acuerdo con el principio de imparcialidad, "nos resulta imposible tener que discriminar a algunas personas dándoles juguetes de segunda mano porque no creemos que haya infancia de primera y de segunda categoría".Y por razones de seguridad, ya que "no podemos garantizar que un juguete sea 100% seguro una vez se ha sacado de su envoltorio original".
No bélicos, no sexistas y educativos. Para favorecer actitudes de respeto y cooperación. Y es que, los juguetes son elementos transmisores de valores sociales que favorecen una socialización libre de discriminaciones. A través del juego, los niños adquieren conocimientos y comportamientos. De ahí que "si fomentamos que la infancia utilice juguetes educativos estaremos favoreciendo valores de tolerancia, diversidad, respeto e igualdad".
Sostenibles. Preferiblemente también deben donarse juegos medioambientalmente sostenibles, es decir, fabricados a partir de materiales con menor impacto medioambiental.
Apunta la miembro de Cruz Roja Juventud de Álava, quien intuye que esta campaña va a ir mejor.
La importancia del juego. Cruz Roja Juventud ayuda a una media de 400 familias en Álava. Es la propia entidad quien decide qué hogares son más vulnerables y necesitan que sus hijos reciban un juguete porque carecen de ellos. Normalmente, las familias no demandan juegos, ya que no consideran que sea un artículo básico, como la comida, por ejemplo. Sin embargo, Bihotz Marín subraya la importancia del juego en la socialización de los menores. "Es lo que les salvó en la cuarentena del coronavirus", asegura. "Un niño que no juega se pierde un proceso de socialización importante", añade.
Un juguete. En Cruz Roja Juventud entienden el juego como una vía de difusión de cualquier propuesta educativa y pedagógica. De ahí que inviertan todos sus esfuerzos para que ningún niño o niña se quede sin recibir un juego o juguete, mientras que a otros les regalan varios.