Accede usted a un segundo mandato al frente el Araba Buru Batzar, lo que supone continuidad, pero también ha habido una importante renovación con once nuevos burukides. ¿A qué obedecen estos movimientos?
-Ha habido una renovación importante, once de los catorce burukides que hay han cambiado. La renovación viene tanto porque las personas quieren tomarse un descanso como por el hecho de que yo quería que este ABB fuera paritario, lo que no es fácil con el sistema de votaciones.
¿Desgasta tanto formar parte de la dirección de un partido político como para pedir el relevo?
-La mayor parte de la personas que son miembros del ABB viven de su trabajo y sus ocupaciones, por lo tanto la dedicación que hay que trasladar a este puesto hace que haya personas que por un cambio en sus circunstancias decidan dejarlo o que están cansadas y dan paso a una nueva generación.
¿No hay discrepancias internas sobre la estrategia política del partido o su dirección ideológica?
-Puede haber matices, pero no diferencias ideológicas, todos esos matices están incluidos en las ponencias, que abarcan el pensamiento global del partido, y eso hace que tenga una hoja de ruta. Otra cosa es que la velocidad de esa hoja de ruta sea mayor en función de las circunstancias, porque la política ha cambiado mucho en los últimos cinco años, sobre todo a nivel del Estado. Todo eso afecta, pero en definitiva las líneas generales del partido están definidas con el mayor consenso posible y por eso no hay diferencias constatables.
¿Hay cantera en el PNV alavés para ir renovando esos órganos a medio plazo?
-Si nosotros no tenemos cantera, cómo andarán otros. Somos el partido con mayor afiliación, con diferencia, del territorio. No hay problema para conformar una ejecutiva de veinte personas. También hemos elegido el tribunal regional y 24 miembros para la Asamblea Nacional, claro que tenemos cantera, y es importante además ir introduciendo gente joven en un partido que tiene 125 años.
Cuatro años después de su primera elección, el partido sigue al frente de las instituciones del territorio y también del Gobierno Vasco, pero las circunstancias son muy diferentes. ¿Cómo se va a adaptar la nueva dirección a esas circunstancias?
-Ya llevamos tiempo con esta realidad, desde marzo trabajamos de forma diferente, durante varios meses de manera telemática y telefónica, y con reuniones presenciales a partir de julio manteniendo las medidas de seguridad. Ahora trabajamos vía conferencia, pero espero que en un tiempo razonablemente corto podamos hacer una vida más normal en este periodo de cuatro años. Espero que para el verano las cosas cambien a mejor, veremos si las vacunas crean una situación distinta.
Eso en lo más operativo y cotidiano. ¿Y en cuanto a los mensajes que se trasladan a la sociedad, en las prioridades, en los objetivos de futuro?
-La prioridad es la pandemia y el apoyo a las instituciones. Nosotros gobernamos en varios ayuntamientos del territorio, en la Diputación, y es necesaria una coordinación en la que trabajamos. Sobre todo al principio, cuando no se sabía cómo actuar ante algo desconocido se hacía todo más difícil, y ahora gracias a las nuevas tecnologías ya estamos en contacto permanente. Ese trabajo lo seguimos haciendo con normalidad, si bien es cierto que el contacto más cercano lo hemos perdido, y nosotros somos un partido que llevamos en nuestro ADN trabajar viéndonos las caras.
¿Tiene margen el territorio para capear la crisis? ¿Dónde ubica el partido el equilibrio entre el rigor presupuestario en las instituciones que pilota y la cobertura social de todas las necesidades que se van a crear?
-La próxima anualidad espero que tengamos unos Presupuestos similares a los 2020, sin recortes, e incluso superiores, ese es el trabajo que se está haciendo en todas las instituciones. Nos vamos a endeudar con cabeza, hasta ahora hemos estado amortizando en el Ayuntamiento de Vitoria y en la Diputación, la mayor parte de ayuntamientos no están endeudados y por eso tenemos capacidad de endeudarnos para cubrir las necesidades sociales. Eso sí, hay que endeudarse con cabeza, sin dejar una situación complicada para las futuras generaciones.
Precisamente esta semana, el horizonte presupuestario en el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz se ha nublado. Podemos ha lanzado un órdago al alcalde, Gorka Urtaran, y le ha advertido que si se mantiene el proyecto para ver si hay gas en Subijana de Álava no hay posibilidad de negociación presupuestaria.
-Al Ayuntamiento de Vitoria se le ha solicitado licencia urbanística para poder llevar a cabo la exploración en el pozo de Subijana, por parte de Shesa, la sociedad dependiente del Gobierno Vasco que tiene la autorización administrativa del Ministerio de Transición Energética. En su mano por tanto está en evaluar si la solicitud cumple con la normativa, ya que se trata de un procedimiento reglado y de carácter técnico y jurídico y no de una decisión política. Por tanto será ese procedimiento el que determine si puede ser autorizada la licencia solicitada. En ningún caso, el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz va a cometer prevaricación, por mucho que esté en juego los presupuestos, ya que en ese caso estaríamos ante un chantaje, que sería totalmente inadmisible.
Cree, entonces, que el alcalde Urtaran tiene margen de maniobra para sacar adelante los presupuestos? Con Podemos o con otra formación como EH Bildu.
-Creo, de verdad, que existe la posibilidad de seguir negociando los presupuestos toda vez que el viernes fue cuando se presentaron en el Ayuntamiento por el equipo de gobierno. Creo que son unos presupuestos que se han diseñado para ayudar a salir de la situación actual a la ciudadanía vitoriana, y me cuesta entender que haya partidos políticos que basan su decisión sobre su apoyo, en los momentos que vivimos, en un asunto que nada tiene que ver con ellos y que como he dicho está sometido a un procedimiento reglado de carácter técnico y jurídico. En definitiva hasta el día 26 de enero creo que el margen suficiente para poder negociar y en su caso aprobar unos presupuestos tan necesarios para nuestra ciudad.
En todo caso, el apoyo del PSE se mantendrá inalterable. El PNV disfruta de mayorías holgadas en Álava y Euskadi gracias a su acuerdo estratégico con los socialistas. ¿Hay vocación de continuidad por ambas partes?
-Sin lugar a dudas, tenemos un pacto de gobierno en las instituciones municipales, forales y autonómicas, es un pacto que funciona, que está suficientemente engrasado. Nos interesa mantener ese nivel de relación a los dos partidos y yo, cuando tengo que relacionarme con la secretaria general del PSE, Cristina González, así lo veo.
¿Puede el acercamiento del Gobierno español hacia EH Bildu enrarecer, a medio plazo, esa buena relación en Euskadi entre PNV y PSE? ¿Cree que los actuales equilibrios de fuerzas son estables?
-Yo creo que está cambiando el panorama de forma puntual por unos Presupuestos que se están negociando en este momento. EH Bildu va de la mano de ERC y parece que también en cierta medida de Podemos. No confundamos una situación particular, aunque importante, como temer presupuestos en Madrid, con una relación de futuro diferente que la que hemos tenido hasta ahora. Nadie daba un duro por el Gobierno hace unos meses y ahora se dice que ya tiene hecha la legislatura; la política en Madrid es muy complicada. Vamos a ver cómo evoluciona en el futuro.
Una de las premisas para el apoyo del PNV a los Presupuestos Generales del Estado es la eliminación de la subida del impuesto al diesel, tecnología clave en el desarrollo de la industria del motor alavesa. ¿Hasta qué punto es una medida estratégica para afrontar la crisis en el territorio histórico?
-Es una decisión que afecta a un sector muy importante en el que Álava tiene un peso importante, y todo lo que ayude a romper la incertidumbre que se creó en su momento en torno al diesel es bueno. Las declaraciones de la ministra de Medio Ambiente, Teresa Ribera, diciendo que le quedaba un tiempo muy corto a este tipo de motores de combustión hicieron que se parara de forma importante el sector. Esta medida es buena porque da seguridad, y por otro lado todos estamos de acuerdo en que va a haber una transición energética que será larga porque tardarán todavía un tiempo en llegar los coches eléctricos eficientes o de hidrógeno, mientras tanto no podemos crear una incertidumbre que genere paro o problemas económicos.
¿Y no cree que existe el peligro de que esta especie de moratoria a esa transición energética e industrial acabe dejando atrás al territorio si otros toman ventaja?
-Tenemos un reto importantísimo como es que la empresa Mercedes en su siguiente generación de furgonetas las haga en Vitoria. Tenemos que trabajar para que esa transición permita mantener una empresa que tiene un 7% del PIB de la Comunidad Autónoma del País Vasco, mucho mayor en Álava, y que afecta a muchas otras empresas del sector.
“Somos la formación con más afiliación de Álava, tenemos cantera, y es importante ir introduciendo gente nueva en un partido de 125 años”
“En este momento lo importante es tomar decisiones, si algunas son impopulares hay que asumirlas como tal”
“El Ayuntamiento de Vitoria no va a cometer prevaricación por los presupuestos. Eso sería un chantaje inadmisible”