- Falta de acuerdos para el paso de la tubería o de un acueducto, que es la última solución aportada, y discrepancias en cuanto a las indemnizaciones a los agricultores están condicionando la solución final a los vertidos químicos, según ha confirmado la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) a las Juntas Generales de Álava. El informe de esa situación es fruto de la moción aprobada en las Juntas el año pasado sobre la afección de vertidos contaminantes de la empresa General Química (Gequisa) a aguas subterráneas y terrenos agrícolas colindantes en el término municipal de Lantarón en la que se insta a la Confederación Hidrográfica del Ebro y a otras administraciones y usuarios a que se reúnan y busquen el mayor consenso posible en torno a un calendario lo menos prolongado posible para completar la ejecución de las medidas contempladas en el plan de remediación; que se elabore un estudio actualizado que determine la situación de las aguas subterráneas del suelo y la realización de un estudio de valoración de los daños causados en los terrenos afectados y cuantificación de las posibles medidas de compensación para los agricultores.

A esa moción, la CHE ha informado de que, desde el inicio del expediente de contaminación de aguas subterráneas en 2011, la empresa Gequisa ha realizado diversos trabajos de caracterización de aguas subterráneas con objeto de determinar la ubicación de los focos de contaminación (primarios y secundarios), y delimitar la pluma de contaminación disuelta en las aguas subterráneas. Posteriormente, ha estado llevado a cabo un programa de vigilancia ambiental con una frecuencia inicialmente trimestral, que se sigue manteniendo actualmente, aunque con una frecuencia cuatrimestral. Por su parte, la CHE mantiene un programa de control operativo de contaminaciones puntuales, que incluye el muestreo y analítica de varios puntos de control en las instalaciones de Gequisa y su entorno próximo, que tiene una frecuencia anual. Se considera que, con los trabajos de investigación realizados y los programas de control que se ejecutan actualmente, se tienen un conocimiento suficiente del alcance de la afección a las aguas subterráneas y su evolución temporal. El estado actual de las aguas subterráneas confirma que la contaminación existente en las aguas subterráneas del entorno de la empresa Gequisa está asociada con la fuga de aguas residuales de producción desde el colector B1 de la citada empresa durante el año 2011.

Esa contaminación se caracteriza por la presencia en el agua subterránea de compuestos orgánicos complejos pertenecientes al grupo de las anilinas y los tiazoles, así como tolueno y una elevada salinidad (>50.000 ps/cm) que es aportada principalmente por los iones S042- y CI-. De acuerdo con los datos más recientes de los que se dispone (diciembre de 2019), la pluma de contaminación disuelta de aguas subterráneas se extiende desde esas instalaciones industriales hasta la presa de Cabriana, si bien las concentraciones de contaminantes han descendido de manera notable en todos los puntos en relación con los valores iniciales.

En la zona industrial se registran las concentraciones más elevadas de contaminantes (anilina, tiazoles y tolueno) en las aguas subterráneas; este sector está parcialmente confinado por la barrera de bombeo instalada en el límite sur de las instalaciones de Gequisa. En la zona de la llanura aluvial (aguas abajo de la zona industrial) se siguen registrando concentraciones de compuestos orgánicos (tiazoles) superiores a 1 mg/I. Estos niveles de contaminación se mantienen bastante estables desde hace varios años, ya que no se han podido realizar los trabajos de remediación asociados con la barrera de bombeo intermedia que estaba prevista.

Debido a las condiciones de salinidad del vertido, se ha producido una estratificación de la contaminación en la zona profunda del acuífero, lo que condiciona que para que las actuaciones de descontaminación sean efectivas deber actuarse de manera preferente en esa zona mediante bombeos muy localizados.

Con todo ello, desde el inicio del expediente de contaminación asociequisa en el año 2011, la empresa ha realizado diversos trabajos de contención en primer término, y de remediación posteriormente, a instancias de la Confederación Hidrográfica.

El 17 de noviembre de 2014 se aprobó la ejecución de la barrera hidráulica intermedia. Se considera una solución complementaria a otros trabajos de descontaminación que se vienen llevando a cabo en las aguas subterráneas, y que cumpliría el doble objetivo de acelerar el proceso de descontaminación y de servir de barrera para evitar la posible movilización de la contaminación hacia el río Ebro.

La construcción de los pozos de bombeo de la barrera intermedia se ejecutó durante el año 2015, sin embargo, no se han podido poner en funcionamiento debido a que no ha sido posible construir la tubería de conexión con la depuradora de Gequisa por la falta de acuerdo con los propietarios de los terrenos por los que debe discurrir la tubería.

Con objeto de desbloquear la situación, la empresa Gequisa solicitó una servidumbre de acueducto dentro del procedimiento de revisión de la autorización de vertido de sus instalaciones, que está actualmente en proceso de tramitación. Paralelamente, durante los primeros meses del año 2020 se han mantenido dos reuniones en la sede de la Confederación Hidrográfica del Ebro en Zaragoza.

En resumen, la solución planteada por Gequisa se considera adecuada, la ejecución de ésta de manera completa comenzará en el momento en que se haya resuelto el expediente de servidumbre de acueducto, actualmente en tramitación, al no haber habido acuerdo económico entre la mercantil y algunos propietarios afectados, como se puso de manifiesto en las reuniones llevadas a cabo en la confederación. En cuanto a la valoración de los daños causados a los agricultores afectados, en estas reuniones se pudo constatar las notables diferencias entre las posturas de ambas partes, que probablemente se tendrán que dirimir en los tribunales correspondientes.