oy la calle Correría de Vitoria, en el corazón del Casco Medieval, dirá adiós a uno de sus comercios más veteranos, la tienda Unicornio. Su propietaria, Miren Román, recuerda junto a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA la historia de este negocio que, por “motivos personales”, ha decidido cerrar. Empezaron su andadura en el número 52. Allí estuvieron los primeros cinco años y después ese edificio se rehabilitó, por lo que buscó otro local, en el número 15, hasta llegar al actual número 7.
Reconoce que han pasado por “muchas ubicaciones” de la calle, porque tuvieron dos tiendas en su día, la de ahora y también una de decoración y mueble auxiliar, en el 24, que estuvo abierta más de diez años. Ahora, explica que la decisión de cerrar “es más por motivos personales. No es tanto por la situación actual. Ha coincidido, y ese motivo no ayuda nada a nadie”. Al fin y al cabo, afirma que “hubiera sido muy difícil la permanencia como lo va a ser para muchos pequeños comercios si no les ayudan y se toman medidas extraordinarias. Ahora que se puede abrir, necesitarán que se den ayudas, o se tomen medidas, estrategias”.
Lo que atesora con especial cariño de toda esta andadura es su clientela, y también el recuerdo de todas aquellas personas que han trabajado con ellos. “Nuestros clientes de siempre han tenido el buen hacer de subir hasta aquí, porque la cuestecilla costaba un poco subirla. Han subido y se han acercado. Es lo que más me llevo y a lo que estoy agradecida. Vamos a echarles mucho de menos y no nos cansaremos nunca de agradecérselo. Es una clientela fiel y amable”, asegura con cariño, al tiempo que recuerda que les daban ánimos para superar etapas, como la crisis anterior, que fue “muy difícil. Siempre nos decían que nuestra tienda era especial, que merecía la pena seguir subiendo esa cuestecita para llegar a nosotros. Eso no tiene precio”.
A nivel institucional les hubiera gustado sentirse más “respaldados y protegidos”, y pide que cuando alguien quiere abrir un negocio den “más facilidades”. Asegura también que el Casco Medieval “es nuestra identidad, es lo que nos hace diferentes. Deberían tenerla como una tacita de plata: limpia, con buena iluminación. Vitoria es muy bonita y tiene mucho verde; y ha sido Green Capital, pero la Green Capital dura un año; y ha sido Capital Gastronómica, pero eso también dura un año. Nuestro casco, en cambio, dura siempre”. Para aquellas personas que tengan pensado abrir un negocio y duden por estas circunstancias actuales Román también tiene consejos: “Les recomendaría que lo hagan, con mucho trabajo propio y ayuda de las instituciones; así se saldría adelante”.
Ella lo sabe bien. Desde el principio, querían que la tienda que abrieron hace 32 años fuese mágica y que los clientes se sintieran como en casa, que fuera un sitio en el que se sintieran cómodos. “Se suponía que si te encontrabas con un unicornio era símbolo de buena suerte, de que te iban a pasar cosas bonitas”, sonríe. Y es que cierran hoy, pero seguirán en los corazones de los vitorianos y además dejan el teléfono en la puerta para que si alguien tiene un vale para cambiar lo puedan llevar. “Nos da pena no haber podido despedirnos con una cerveza, vinos y unos pintxos. No sabemos cuándo podremos hacerlo así, por lo que no podemos hacerlo de otra forma. El cariño que estamos recibiendo estos días de clientes que hacía tiempo que no venían y cuando se han enterado han venido, no tiene precio”, asegura con cariño.