- Las hojas del calendario pasan de manera vertiginosa para Álex Izaga recluido en su residencia en el condado de Missouri de Estados Unidos. Tiene dos semanas por delante para determinar si coge el avión, el 5 de mayo, y regresa junto a su familia en Gasteiz o alarga la estancia al otro lado del Atlántico para no tirar por la borda los dos años de estudios ya finalizados y la beca que le permite disfrutar de su pasión el fútbol en el equipo de Indiana University East. En la balanza que va a decantar esta esencial decisión sitúa los futuros problemas de conexiones aéreas con Estados Unidos, que puede ocasionar la expansión de la pandemia cuando deba regresar en julio para arrancar la pretemporada en Indiana. "Se puede complicar el viaje de vuelta en julio", enmarca Álex Izaga a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, y lo enlaza con al pasó atrás que supondría no regresar a Estados Unidos y "perder los cursos ya completados y la beca", expone como argumentos de peso. A pesar de tener aún días por delante, el joven Izaga ya parece tener asumido que su "mejor opción es quedarme aquí por un tiempo indefinido", explica con resignación el gasteiztarra de 21 años. No pierde de vista tampoco el azote del covid-19 en territorio estadounidense y tranquiliza a sus familiares señalando la "baja incidencia de los contagios por coronavirus tanto en Indiana como en Missouri".

Las conversaciones son continuas con sus padres tratando de desbrozar el camino hacia la mejor decisión posible y que no suponga ningún quebranto a la trayectoria académica y futbolística de Álex al otro lado del Atlántico. Sigue habiendo conexiones desde Estados Unidos a Europa, aunque en el periplo que debiera afrontar este universitario vitoriano para llegar a casa contempla hasta tres vuelos que le llevarían a tomar tierra en Loiu el miércoles 6 de mayo. Las pasadas navidades ya completó un viaje similar después de muchas horas en aeropuertos de Indianapolis, Chicago, Munich y superar el trance de ver cómo le robaron parte de la documentación en el de Chicago.

Con el horizonte cada vez más definido de tener que pasar la primavera e inicio de verano en Estados Unidos, afronta, hasta el 2 de mayo, las últimas jornadas de clase online del calendario lectivo. Finalizará su segundo año en las ramas de Comercio Internacional y Dirección Deportiva en la Indiana University East. En el equipo de esa institución ha jugado también Álex Izaga esta temporada, como central o lateral izquierdo, en un año donde ha sido titular indiscutible y ha logrado anotar dos goles.

En noviembre concluyó la temporada oficial y se encuentra ahora "haciendo una preparación suave, a la espera de comenzar en julio con el trabajo fuerte previo al nuevo curso deportivo de agosto", explica Izaga. El conjunto de Indiana es el segundo en el que milita en la liga universitaria estadounidense (NAE) tras vestir la pasada temporada la camiseta de los Central Methodist, del estado de Missouri. El año de su estreno tras el cambio de continente fue "duro y difícil" al tener que asimilar las nuevas costumbres y estilo de vida que separan a Europa y Estados Unidos. "Me costó mucho empezar a jugar algo", rememora Izaga. Se le hizo difícil la adaptación a un conjunto "muy al estilo europeo y con jugadores de muchas nacionalidades". De hecho en aquel vestuario, de 26 integrantes únicamente uno era estadounidense, además de otros tres latinos.

Esa variopinta confección de plantilla convirtió a los Central Methodist en claro aspirante al título y así se demostró con la disputa del final de Liga y a "hacer historia al proclamarnos campeones de los Nacionales", explica orgulloso Izaga. El mejor recuerdo de ello es el anillo que luce en su mano y que ya está colocado en un lugar destacado de las vivencias y recuerdos que se va a traer de su aventura en Estados Unidos. Su trayectoria en Missouri terminó de manera precipitada al no alcanzar un acuerdo para una mejora en la beca a percibir por Izaga. "Busqué la solución a través de una oferta que me llegó desde Indiana, también equipo que disputa la NAE", concreta el alavés. Hizo las maletas para instalarse en Richmond y vestir la camiseta de la Indiana University East. "Ha sido un año normal y en un equipo más flojo", admite Izaga. De hecho su antiguo conjunto ha vuelto a repetir título por segunda temporada consecutivo. Sin embargo, su adaptación e integración ha sido total y ha disfrutado de una temporada como pilar del equipo, jugando la totalidad de los minutos y completando unas buenas estadísticas, algo muy tenido en cuenta por la mentalidad estadounidense.

Los años que aún le restan hasta completar los estudios le conceden otros dos años más de elegibilidad para enrolarse en los conjuntos de la categoría. Además con una "puntuación de 2,5 sobre cuatro puntos, ya tienes opción de acceder a la primera división", desgrana. Mirando a más largo plazo por encima está la emergente MLS aunque la "dificultad" de llegar a ese terreno es máxima. Funciona también por un sistema de draft, como la NBA, y hay otra vía más para disfrutar el fútbol en Estados Unidos. "Puedes inscribirte en alguna liga de verano y que un equipo de Segunda División se fije en ti y te fiche. Aunque en esa categoría no es posible vivir del fútbol y hay que compatibilizarlo con el trabajo", puntualiza.

El contacto de Álex Izaga con el estilo de vida estadounidense se produjo en el intercambio de hace unos veranos. "El sistema educativo de España no me gusta y busqué otras maneras de sacarme una carrera", concreta con rotundidad. A ello se una la singularidad de un sistema educativo que hace posible "organizar mejor el día y disponer de tiempo suficiente para estudiar o de ocio". Su rutina semanal en Indiana comenzaba con una sesión de entrenamiento de 8.00 a 10.00 de la mañana. "Después tenía tiempo para descansar y preparar las clases que no empiezan hasta la una del mediodía. Son además clases más cortas, de 75 minutos, y en una misma jornada no tenemos más de dos o tres", explica Izaga.

Hay también disciplina puesto que "debemos cumplir unas horas de estudio conjunto obligatorias y son estrictos con ello. Quien no cumpla ese mínimo, no entrena ni juega y si las notas son malas, tampoco te permiten competir con el equipo", analiza. Nada tiene que ver este horario flexible con las matinales lectivas de Gasteiz además de una extraescolar a primera hora de la tarde. Después llegaba el entrenamiento "con sesiones potentes de hasta dos horas y media. Luego me tocaba llegar a casa y hacer unas tareas que me suponían una gran cantidad de tiempo. Había días que me quedaba dormido sobre los ejercicios en casa", admite. Se muestra encantado con este cambio al sistema educativo estadounidense y a la "bonita experiencia en una de las cinco mejores universidades en los temas de comercio y negocio", sentencia.

De esta manera su expediente académico ha pasado de los "aprobados justos de Vitoria a obtener ahora notables y sobresalientes", finaliza Álex Izaga aún meditando sobre la idoneidad de viajar para estar junto a una familia a la que "echo de menos" al igual que a su cuadrilla de amigos.

Aventura americana. Un intercambio hace dos veranos sedujo a Álex Izaga para afrontar su etapa universitaria al otro lado del Atlántico. Cursa Negocio Internacional con un segundo grado en Dirección Deportiva. A ello une su pasión por el fútbol y, primero en Missouri y ahora en Indiana, está compatibilizando los estudios con el deporte.

Anillo de campeón. No pudo tener mejor aterrizaje en la liga universitaria. La pasada temporada, con la camiseta de Central Methodist, Izaga participó del histórico triunfo del conjunto de Missouri, que se alzó con el título de Liga y el posterior campeonato nacional. Gracias a ello el joven vitoriano luce en sus dedos un anillo de campeón.

Flexibilidad horaria. Uno de los aspectos del sistema universitario estadounidense son los horarios de clase y su manera de compatibilizarlo con los entrenamientos. Esta temporada en Indiana, de ocho a diez de la mañana, estaban fijadas las sesiones. Hasta las 13.00 horas no daban comienzo las clases y no se acumulan más de dos o tres al día. Después la universidad obliga a unas horas de estudio colectivo.

3

Vuelos de regreso. El 5 de mayo tiene fijada la fecha de regreso con una sucesión de vuelos. El primero, será interno dentro de Estados Unidos, para conectar Indianapolis con Chicago. Ahí hará escala para tomar otro vuelo y cruzar el Atlántico con rumbo al aeropuerto internacional de Francfort. La última etapa será ya en conexión europea para enlazar desde la ciudad germana.