- La declaración del estado de alarma y la multitud de trámites burocráticos a cumplimentar por las pequeñas y medianas empresas de Álava y el colectivo de autónomos están colapsando las jornadas laborales de los graduados sociales del territorio hasta el punto de “rozar la esclavitud con un volumen de trabajo inhumano”. Así de tajante se explica Susana Jodra, presidenta del Colegio Oficial de Graduados Sociales de Álava, en conversación con DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, después de una madrugada como la de ayer donde muchos de ellos estuvieron pegados a la pantalla del ordenador para intentar dar registro de entrada a las ayudas ofrecidas por Lanbide para los autónomos más perjudicados por la incipiente crisis.
Además del fallo tecnológico de la plataforma, impotente para dar respuesta a todas las conexiones, desde el gremio consideran una “auténtica injusticia” proceder al reparto de la cantidad asignada en función del orden de inscripción. Consideran un reparto más lógico y equitativo “el grado de impacto económico que esta crisis está teniendo para cada empresa”, apuntan y sitúan como ejemplo los locales de hostelería, “cerrados desde el 14 de marzo y sin haber tenido un euro de ingresos”, concreta Jodra.
Esta es solo una parte del trabajo que vienen desarrollando estos expertos en derecho de trabajo y Seguridad Social. El órgano que los agrupa en Álava cuenta con cerca de 140 inscritos, aunque el total de los ejercientes se reduce a unos 60 profesionales. Sus despachos “gestionan el 80% de la pequeña y mediana empresa de Álava”, enfatiza Jodra tanto a nivel laboral, como fiscal y en algunos casos también el jurídico-laboral al poder actuar en la jurisdicción social. Ellos son los encargados de gestionar nóminas, contratos, seguros sociales y toda la administración laboral, fiscal y contabilidad. De la misma manera, los graduados sociales han tenido que gestionar y tramitar todas las documentaciones de los miles de expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) que ha motivado la expansión del covid-19.
En sus interminables jornadas han hecho frente también a las “posteriores solicitudes colectivas de desempleo del personal trabajador, ante el SEPE de Álava, en un tiempo récord, pues hemos tenido un plazo de cinco días”, desgrana la presidenta del colectivo. En un repaso de la lista de tareas figuran también las gestiones de los ceses de actividad de los autónomos y que se empezarán a cobrar a partir de hoy.
En una prueba de más de su titánico esfuerzo afrontaron también los fraccionamientos de cuotas de la Seguridad Social, tanto de empresas como autónomos, “cuyo plazo finalizó el viernes 10 de abril, Viernes Santo, cuando el procedimiento para realizarlo se puso en marcha tan solo dos días antes”, relata a este diario Jodra al borde de la extenuación y en un breve intermedio entre una llamada y otra de sus clientes.
Son conscientes aún de que el volumen de trabajo no va a remitir en las próximas fechas y de que cuando la situación se normalice deberán hacer frente a una multitud de juicios del ámbito de lo social. La mayor parte de ellos están suspendidos, “más todos aquellos que se van a iniciar debido a la impugnación de ERTE y otras medidas, por lo que se vaticina un verano muy movido en la jurisdicción social”, esboza la presidenta del colegio. Ante este panorama pone en valor “la gran labor que con tanta responsabilidad y profesionalidad están haciendo los graduados sociales, gestionando a las empresas los ERTE, ceses de autónomos, buscando financiación y tramitando ayudas, así como a los trabajadores de sus clientes, pues nos hemos dejado la piel para presentar lo antes posible las solicitudes de prestaciones de desempleo en el SEPE”, se congratula Jodra. Esta situación de desborde y colapso desde el 14 de marzo ha reducido incluso las horas de sueño y descanso de los graduados sociales. “Me consta que llevamos más de un mes durmiendo poquísimas horas, pues trabajamos de noche para entrar en las plataformas oficiales, de lunes a domingo sin descanso, trabajando y estudiando la legislación que se va publicando”, sentencia
Por si los trámites administrativos fueran escasos, “tenemos que hacer de psicólogos con nuestros clientes preocupados por el futuro de sus empresas y en muchos casos mediar en los conflictos con su personal”, reconoce en una labor ingrata por lo que ello supone. Los graduados sociales son un batallón de “trabajadores esenciales pero silenciosos, pues nuestro trabajo no se ve en televisión, sin embargo sin nosotros los autónomos, no cobrarían la prestación de cese, ni los trabajadores y trabajadoras el desempleo. Por todo esto y mucho más creo que mis compañeros también se merecen un aplauso” concluye Jodra la conversación. Los canales de información del colegio siguen activos en la página web, donde están colgando toda la información y legislación laboral y de seguridad social relativa al estado de alarma, así como todas aquellas noticias y comunicados importantes. Cuentan también con un servicio de orientación jurídico-laboral gratuito, que esperan poner en marcha cuando se supere esta situación excepcional motivada por el coronavirus.