Las situaciones que se ven en la capital alavesa ya son escenas conocidas. Hay poco más entre lo que elegir. El confinamiento sigue con las miras puestas en una Semana Santa que se recordará de por vida en muchas casas, ya que las vacaciones se deberán pasar por decreto entre las cuatro paredes de los domicilios de cada cual. Salvo esas circunstancias, las calles de Gasteiz siguen ofreciendo colas ante las entradas de diferentes comercios o servicios, como los bancarios, que ayer sufrieron la afluencia masiva de clientes. Otros días, esas imágenes se trasladan a los supermercados o a las farmacias, provocando escenas nunca antes vistas por estos lares, al menos, en décadas. Mientras las medidas del estado de alarma siguen vigentes, tanto los efectivos de la Ertzaintza como los de la Policía Local de la ciudad mantienen sus dispositivos para tratar de que los ciudadanos respeten las disposiciones adoptadas por las administraciones competentes. Aparte, mil balcones siguen compitiendo entre sí para ver quién es el autor del mensaje de ánimo más contundente, o el más gracioso, o el más dulce. La cuestión es exteriorizar las ganas de expresarse.
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