- El servicio de transporte foral ÁlavaBus, que cuenta con 20 líneas diferentes que recorren el territorio histórico y parte de las comunidades autónomas adyacentes, ha sufrido en las últimas semanas un descenso de usuarios del 95%. La llegada del coronavirus y las medidas de seguridad tomadas para hacerle frente han supuesto que, de los 6.100 viajeros del penúltimo viernes de febrero pasaran a ser 288 el viernes día 20.
Y el descenso continúa su curso. El viernes 27 fueron 231 los viajeros que hicieron uso de alguna de las 20 líneas que ofrece ÁlavaBus. Esto se debe, según fuentes de la Diputación alavesa, a que normalmente viajan personas mayores, estudiantes y trabajadores para acercarse a la universidad, a su puesto de trabajo o a alguna de las grandes ciudades con las que enlaza este servicio. Sin embargo, con las medidas de contención tomadas por los gobiernos autonómico y central, con el cierre de los colegios y de gran parte del tejido productivo, en algunas líneas ya no hay apenas viajeros.
Así lo explica Iván Candial, conductor de la línea Bilbao-Haro-Logroño, gestionada por la empresa Autobuses Cuadra, que pasa por municipios como Labastida, Zambrana o Laguardia. "Yo llevo una media estos días de 2 ó 3 personas. Hace unos días, cuando todavía no lo habían reducido veías a los trabajadores de oficina o de obra". Además de la reducción de usuarios, también se ha reducido, al fin y al cabo, el propio servicio. Fue el pasado día 26, tras las declaraciones del diputado general, Ramiro González, que anunció que el Departamento de Infraestructuras Viarias y Movilidad estaba analizando, junto con las empresas concesionarias, una reducción adicional de esta oferta en aplicación de la nueva orden del Ministerio de Transportes que establecía una disminución del servicio "de acuerdo a la evolución de la situación, teniendo en cuenta la necesidad de facilitar el acceso a los puestos de trabajo y servicios básicos de los ciudadanos en sus territorios, sin que se produzcan aglomeraciones".
De esta manera, el jueves anunciaron desde el servicio que las líneas forales de transporte interurbano por carretera de ÁlavaBus reducían su oferta de servicio al 30% de la habitual en aplicación de la orden TMA/273/2020.
Los conductores de estas líneas forales, gestionadas por diferentes empresas, están siguiendo las medidas de seguridad sugeridas por el Ministerio. Candial explica que llevan guantes y que cree que va a llegar un nuevo cargamento de estos en breve. También cuentan con líquido para lavarse las manos con asiduidad y limpian el autobús con productos específicos. "Desde ese punto de vista, yo estoy tranquilo, porque a los buses ya la gente entra por detrás y por lo tanto el contacto es mínimo", relata. También adelanta que les van a traer unas pantallas para evitar el contacto total con la gente y que dividen el compartimento del conductor con el resto del autobús. "Creo que van a ser como las de los autobuses londinenses", explica. "Es como las que llevan los sanitarios".
Él reconoce haber notado significativamente el descenso de usuarios en su línea, la Bilbao-Logroño, porque "antes la usaba mucha gente. Tenían que venir hasta refuerzos para poder llevarlos a todos, porque en un autobús de 15 metros tenemos hasta 60 plazas. Los fines de semana era bastante grande la cantidad de gente que podía venir. Había que hacer frente con refuerzos", explica. Ahora, con menos flujo de personas y las medidas tomadas, se siente más seguro. "Antes sí estábamos más cara al público porque te entraba la gente por delante y los tenías a centímetros de distancia. De esta manera, peligro de contagiarnos tenemos poco (si tocas algo, no se sabe, pero por el contacto con la gente no, porque suben por detrás)".
También les ha dado más seguridad la actualización realizada en los servicios online de ÁlavaBus, porque desde hace ya dos meses se puede reservar el billete por Internet y así es otro contacto que se evita en estos momentos. "La gente viene con su billete. Algunos lo han cogido por Internet, y te van a acercar el móvil, pero yo cojo la hoja de ruta y sé que vienen cuatro. Si hay cuatro personas, las subo", asegura. Además, antes, los usuarios escogían por esa vía su asiento y al llegar al autobús ya lo tenían seleccionado a su gusto. Ahora, Candial relata que eso ha cambiado. "Si veo que uno ha cogido el 45 y otro el 46 les digo que dejen espacio entre ellos y escojan unos más distantes". Para protegerse ellos también, los asientos hasta la segunda fila no están disponibles. Este conductor, para señalizarlo, tiene puesto el cinturón de seguridad de un lado a otro para que no pase nadie.
Él reconoce que desde el primer día les ha explicado a los usuarios que, por el bien de quienes viajan en el autobús y por el suyo propio, "tienen que respetar las distancias y todas las restricciones".
En ese sentido, y como son pocos, asegura que "cuando se sientan controlo los asientos donde se han puesto. Entonces, cuando llego a Bilbao, como tengo un ratillo, cojo los productos que tenemos para matar virus, de limpieza de superficies, y los paso en los asientos donde se han sentado, cosas que hayan podido tocar, los agarraderos de la puerta y demás, para que la persona que venga después si se sienta en el mismo sitio evite contagiarse".
Por otra parte, en las paradas habituales que hace en su trayecto (Zambrana, Briñas, Labastida, San Vicente, Ábalos, Samaniego, Leza o Laguardia, entre otros), relata que el domingo, por primera vez desde que empezó esto, le tocó llevar a una chica a la parada de hospital de Leza y que estaba la familia esperándola. "Además de esa chica, de pueblos no había visto a nadie más estos días. Por eso me extrañó", reconoce.
Candial es consciente, como conductor, de que la gente tiene "muy asimilado" todo lo que está ocurriendo. "Basta que les digas algo para que se den cuenta de que tienen que seguir unas normas. Son tan pocas las personas que vienen que no creo que sea necesario extremar más las precauciones", asegura, porque recuerda que "hacemos todo lo posible para que nadie se contagie y nadie nos contagie. De momento con eso, vamos superándolo. A ver si seguimos así", concluye esperanzado.
"Estoy tranquilo, porque a los buses la gente entra por detrás y el contacto es mínimo"
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