VITORIA - El riesgo de infección por coronavirus y el temor a una obligada cuarentena entre la comunidad china de Gasteiz ha derivado en un cierre masivo de todos aquellos negocios y establecimientos regentados por asiáticos. A finales de la semana pasada comenzaron a aparecer sorprendentes carteles de cierre por descanso, vacaciones durante dos semanas o reformas en el local pegados en las persianas y fachadas de bares en la calle Gorbea, Florida, Coronación, Simón de Anda, Arana, Badaia o plaza de la Constitución, entre otros. La decisión se expandió ayer con más persianas bajadas en grandes bazares de la calle Santiago, en conocidos restaurantes de Los Herrán, Florida o los negocios dedicados al cuidado y reparación de uñas en las calles Prado y Postas. "No queremos poner en riesgo nuestra salud". Así de tajante y contundente se mostró una comerciante china desde el mostrador de su tienda de todo tipo de complementos electrónicos y para teléfonos móviles en pleno centro de Gasteiz consultada por DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA en la mañana de ayer. El temor a un posible contagio y a tener que estar dos semanas recluidos y sin poder desempeñar a cabo su trabajo es el motivo que ha llevado a tomar esta decisión respecto a sus establecimientos entre los numerosos comerciantes chinos afincados en Gasteiz. "Estamos fuera de nuestro país para trabajar", argumentan, y un periodo de cuarentena les supondría "no estar en condiciones de generar ingresos durante ese tiempo". Esa medida de protección se extiende también a sus hijos, que fueron los primeros en ausentarse de las aulas anticipándose a la decisión anunciada ayer de suspender la actividad en los colegios de Gasteiz.
Ese cierre de los negocios es también, en algunos casos, obligado, ante la postura de los empleados que tienen contratados, que se niegan a acudir a sus puestos de trabajo argumentado el temor a un posible contagio. "Tengo abiertos varios negocios en Vitoria y ya son tres los empleados que me han comentado que no van a ir a trabajar por temor al coronavirus", desgrana esta comerciante y también empresaria con varios locales en Gasteiz.
Tardía actuación El cese de las tareas docentes hasta el próximo día 24 es una medida que llega "tarde", en opinión de esta representante china. "Aquí todo se está haciendo tarde", remarca a DNA. Pone como mejor ejemplo la situación y medidas aplicadas en su país natal, en la ciudad de Wuhan, donde emergió y se expandió el coronavirus a todo el planeta. "Allí desde el inicio se tomaron medidas como restringir los movimientos de la población o construir hospitales para tratar a los enfermos", relata mientras atiende su teléfono celular y traslada la situación en Gasteiz a su familia en el gigante asiático. Va un paso más allá la comerciante contactada por DNA y, tras 17 años de estancia en España, achaca a las autoridades no haber actuado con la celeridad oportuna ni haber concedido desde el comienzo la relevancia precisa a esta cuestión. "Se tomó como una gripe normal, pero es más peligrosa de lo que parece por su facilidad para el contagio", sentencia desde el otro lado del mostrador.
Decisiones como la de ayer y otras nuevas que pudieran tomarse en un futuro inmediato para atajar la expansión del virus le llevan a comparar la situación con la que se vive en Italia. "España va a terminar siendo una segunda Italia", espeta con seguridad. Aporta el dato de que el aislamiento de más de una docena de regiones del norte de aquella península ha supuesto el regreso a su país de más de 5.000 ciudadanos chinos.
Ella misma admite su "miedo", para unir a continuación esa "necesidad de trabajar" que siente para seguir generando ingresos. En un intento de trasmitir tranquilidad a los compradores gasteiztarras que se adentren en su establecimiento, ayer mismo ya tenía impresos una serie de carteles para "advertir a los clientes de que el uso de máscaras por nuestra parte no es debido a que estemos infectados, sino a la mejor medida de prevención", explica. Entre ayer por la tarde y hoy por la mañana los empezará a distribuir por otros negocios de hostelería y alimentación que posee repartidos por la capital alavesa.
En ese sentido, la merma de potenciales clientes y los días que vayan a permanecer cerrados al público les ha llevado a solicitar a los propietarios de los locales la posibilidad de negociar una rebaja en los alquileres mensuales. "Estamos para generar ingresos y con los negocios cerrados no vamos a poder obtenerlos. Es lo más lógico", admite.
En este clima de incertidumbre, los miembros de la comunidad china perciben esa "tensión en la situación" cuando reciben las llamadas de sus familiares de China, queriendo conocer "cuál es la situación real por las noticias tan difusas que salen desde España hacia el resto del mundo sobre cómo avanza y se propaga el virus", concluye.
La facilidad de transmisión
y el miedo al contagio les ha llevado a optar por no abrir al público a lo largo de las próximas dos semanas
Contraponen la rapidez en
la adopción de medidas de las autoridades chinas para frenar la epidemia al llegar los primeros casos
Plantean a los dueños de sus locales poder negociar una rebaja en los alquileres que pueda paliar los días en los que no generen ingresos