VITORIA - En Álava, cerca de 250 mujeres ejercen la prostitución, ya sea en clubes de alterne o en pisos, según los datos que maneja la asociación contra la trata con fines de explotación sexual Gizarterako. El debate y la preocupación residen en averiguar cuántas de esas mujeres la ejercen voluntariamente en su pleno derecho a decidir y cuántas lo hacen secuestradas y coaccionadas por la mafia de trata de mujeres.
“El año pasado atendimos a doscientas mujeres que ejercían la prostitución en Vitoria y sólo dos manifestaron que lo hacían porque querían?; realmente no creo que ninguna inmigrante venga hasta aquí porque quiere ser prostituta”, explicó ayer Hito Rosado, el presidente de Gizarterako. Lo hizo en el encuentro de profesionales sobre la trata con fines de explotación sexual organizado por la ONG Accem, que tuvo lugar en el Palacio Europa de Vitoria.
Rodríguez quiso destacar que las mujeres víctimas de la trata de explotación sexual no denuncian ni actúan por miedo a las mafias que les obligan a prostituirse. “Hasta que la persona denuncia o se prepara para denunciar existe un vacío y es precisamente lo que nosotros intentamos trabajar... porque atendemos personas y sus derechos fundamentales, que en estas circunstancias se encuentran vulnerados”, detalló.
“engañadas” Estas mujeres suelen llegar a diferentes ciudades del Estado, también a Gasteiz, “engañadas” y endeudadas con las mafias - “es fácil entender que acepten una oferta de préstamos porque viven en una miseria económica”-, explica Rosado. Pero después, y bajo el pretexto de esa misma deuda, son obligadas a ejercer la prostitución: “es importante entender el concepto de deuda, prostitución no es igual a trata, pero hay trata dentro de la prostitución y como las víctimas no pueden pagar la deuda ceden a la presión para poder sobrevivir”, aclara.
Respecto al perfil de las víctimas, Rosado concreta que se trata, sobre todo, de mujeres inmigrantes que huyen de la precariedad económica de su país: “cuando comenzamos en esta asociación, el cien por cien de las que atendíamos eran mujeres nacionales; ahora el 90% son mujeres extranjeras, por no decir el 99%”, afirma.
Teresa de Gasperis, del servicio jurídico y asuntos internacionales de Accem también quiso hacer hincapié en la dificultad de la víctima para salir adelante: “les quitan la documentación, les quitan todo”, argumenta. En este sentido, también explicó que esta ONG no sólo lucha para hallar a las víctimas, sino también para evitar que haya más: “La mayor dificultad es cuando la explotación aún no ha tenido lugar, pero sospechamos de que va a ocurrir”, explica.
Joseba Iñaki Arteaga, responsable de la comisión estable de la lucha contra la trata de seres humanos de la Er-tzaintza, puso su atención en la dificultad de localizar a las víctimas. “Las mujeres que están en la trata están cosificadas, tenemos que liberar a todas las mujeres que podamos, lo importante es la víctima”. Según explicó, el trabajo diario que desempeña la Ertzaintza contra la trata de mujeres dio sus frutos y han logrado liberar a una nueva víctima. “Hemos liberado a tres mujeres; una de Colombia y dos de Brasil. Además, también hemos desarticulado una red que trabajaba con personas latinoamericanas“, detalló.
En este sentido, “seguiremos trabajando todos juntos para lograr la atención de la víctima y su liberación porque, a veces, están en una situación que no cumple ni con las condiciones mínimas higiénicas”, concluye Ernesto Orcajo, inspector jefe del grupo operativo de la brigada de extranjería y fronteras de la Policía Nacional de Vitoria.