Vitoria - Herrería es una de las calles del Casco Viejo de Gasteiz que más enganchan por su tranquilidad y belleza, pero por distintas razones últimamente había perdido esa vidilla que le caracterizó hasta hace no mucho tiempo. Sin embargo, la Herre vuelve a tener muchos motivos para ser visitada y disfrutada gracias a la iniciativa de un buen número de emprendedores que han reabierto la persiana de locales comerciales y hosteleros de todo tipo en varios de sus tramos. Uno de los que más impulso está tomando es el que arranca en la intersección con el cantón de Anorbín y muere en la plazuela de la Fuente de los patos, donde seis establecimientos diferentes han sumado fuerzas para darle todavía más vida a esta histórica calle. Su alianza lleva como nombre La vuelta de la R y sus protagonistas son el centro de estética biológica Yolanda Hernando, el bar y restaurante Baobab, la tienda de segunda mano Mala hierba, los bares Herre y Dark(a)head y el estudio de tatto y piercing Eternité, que en este último caso tiene su entrada en el número 36 de Siervas de Jesús.

Eli Martínez lleva las riendas de este último negocio, que al margen de ser un estudio con su zona de dibujo y sus cabinas cuenta también con un espacio dedicado a las exposiciones en su entreplanta superior. “Hacemos tatuajes, piercings y todo eso, pero también buscamos dar a conocer a artistas locales o de fuera que quieran exponer”, apunta Eli detrás del mostrador de entrada. Estos días y hasta finales de septiembre las paredes de Eternité muestran La persistencia de la retina, de Madame Calaca, que a través de ocho piezas de joyería elaboradas con latón, cobre, hueso o ébano materializa la esencia de otras tantas películas del género fantástico y de ciencia ficción como Metrópolis, Brazil, Gattaca o Star Wars (episodio 1).

Confiado en que la iniciativa conjunta sirva para “unir” a los comerciantes de la zona y “hacer un espacio diferente”, Eli espera que la zona donde se asientan siga cogiendo más brillo. “Esperemos que se menee un poco la Herre y volver a darle vida a la calle, porque llevaba unos años un poquito muerta”, reconoce.

Muy cerca de la entrada de Eternité en Siervas de Jesús se encuentra uno de los accesos y el escaparate más grande de Mala hierba, a la que sin embargo sus dos impulsoras invitan a acceder desde el número 43 de la Herre. Un llamativo mensaje ya avisa al visitante sobre lo que va a encontrarse en el interior: La vida es muy corta para llevar ropa aburrida. Prendas y complementos de segunda mano, pero también curiosas creaciones y transformaciones, llenan las estanterías de la tienda, que ha sido el último establecimiento en llegar a la Herre de este sexteto. Ana Andino es una de sus dos responsables. “Siempre he sido una fanática de las tiendas de segunda mano y de lo vintage, y de su relación con la historia de la música, de la estética urbana y de las culturas underground. Cuando vi esta lonja, que me tenía enamorada desde que anteriormente la conocí como floristería, no dudé en alquilarla al ver el cartelito”, confiesa Ana, que suma ya casi cuatro meses al frente del local.

La lonja tiene dos plantas y de momento únicamente está abierta al público la superior, donde se encuentra todo el género de segunda mano. Pero cuando llegue el otoño, Mala hierba tiene previsto también acoger talleres abiertos en la inferior, que ahora sirve como almacén, “de forma que esto se convierta también en un centro de creatividad y que se impulsen iniciativas en torno al reciclaje”, apunta la comerciante.

Ana reconoce que la Herre es “una calle bastante olvidada, a pesar de que es una de las más históricas y más bonitas, y de las que mejor están conservadas” del Casco Viejo, pero se muestra también ilusionada por los nuevos aires que están llegando a la zona. “Son locales que merece la pena recuperar. Es una calle muy interesante, tanto por la estética como por la historia, porque está llena de palacios medievales. Por otro lado, está surgiendo la mezcla de un montón de culturas diferentes, lo cual nos parece también muy interesante”, subraya la corresponsable de Mala hierba.

En esa mezcla tiene un protagonismo clave el Baobab, que se encuentra justo enfrente de Mala hierba, un punto de encuentro entre las gastronomías y culturas vasca y senegalesa donde tomar tranquilamente un pote o degustar alguna de sus deliciosas especialidades gastronómicas, también en forma de menú del día. Junto al Baobab, ubicado en el número 92 de la Herre, se encuentra el centro de estética de Yolanda Hernando, que lleva su mismo nombre. Un negocio que estrenó este “privilegiado” emplazamiento hace año y medio “con ilusión”, según su impulsora.

“La llegada de más gente a la zona ha sido una gozada, porque hay más vidilla. Creo que juntarnos nos puede ayudar. Todas las semanas entran tres o cuatro clientas nuevas”, celebra Yolanda. En su centro puede disfrutarse de un masaje anticelulítico o drenante, optarse por una limpieza de cutis o una pedicura o ponerse en manos de Yolanda para una depilación especial con caramelo. “No trabajo con productos químicos, ni hago láser ni manicuras permanentes, que están de moda últimamente. Más que un centro de belleza, se trata de mimar un poquito a la gente, para que ese rato que vengan aquí se olviden un poco de todos los marrones que tienen. Y aparte de eso, que la piel se quede bonita”, expone Yolanda, que ha pintado y decorado ella misma el local.

En la siguiente manzana se encuentran los otros dos bares que integran La vuelta de la R, aunque habría que decir que no son dos bares cualquiera: El más veterano es el Dark(a)head, que al margen de especialidades como sus smoothies cuenta con una amplia agenda cultural y acaba de cumplir dos años agitando el número 86 de la calle. Y junto a él, el Herre, un local histórico que reabrió con nueva gerencia en octubre del año pasado. Sus jarras de cerveza helada, su terraza a la sombra y la música alternativa forman parte de sus atractivos.

¿Qué? La ‘Herre’ vuelve a tener muchos motivos para ser visitada y disfrutada gracias al impulso de numerosos emprendedores, que han reabierto la persiana de locales comerciales y hosteleros de todo tipo en varios de sus tramos. Uno de los que más impulso está tomando es el que arranca en la intersección con el cantón de Anorbín y muere en la plazuela de la Fuente de los patos, donde seis establecimientos han sumado fuerzas para darle todavía más vida a esta histórica calle: Es ‘La vuelta de la R’.

¿Quiénes? El centro de estética biológica Yolanda Hernando, el bar y restaurante senegalés Baobab, la tienda de segunda mano Mala hierba, los bares Herre y Dark(a)head y el estudio de ‘tattoo’ y piercing Eternité integran esta nueva alianza.