Vitoria - Las joyas sobre ruedas de las que puede presumir Álava se adecentaron ayer más que nunca con motivo de la celebración de las bodas de plata del Araba Classic Club con una fiesta a toda marcha y para todos los públicos. Ello hizo que el pabellón 3, de 1.250 metros cuadrados, que hay en la avenida del Cantábrico número 16 se convirtiera en todo un museo para los amantes del motor, gracias a la exposición de coches clásicos y de camiones antiguos que organizaba desde las 10.30 horas esta asociación de aficionados al vehículo clásico, fundada en 1994, y de la que no quiso perderse ni un momento la edil de Movilidad de Vitoria, Amaia Barredo.
De esta manera, este polígono, que hoy día es la sede de esta agrupación, tuvo el lujo de contar con un Ferrari Mondial de los 70, un Moon traído a Vitoria desde Texas, deportivos, clásicos populares y hasta camiones antiguos. “Queremos compartir con toda la ciudadanía de Vitoria una jornada cultural y lúdica en la que poner en valor los vehículos clásicos y lo que ellos representan, sin olvidar que Gasteiz ha sido y es una ciudad muy vinculada al motor, debiendo fomentar aún más, si cabe, esa pasión por conservar y disfrutar los distintos tipos de vehículos”, explica el presidente del ACC, Ibai Resines, de este club que comenzó con 25 socios y hoy supera los 300.
Muchos de sus integrantes llevaron sus reliquias rodantes, conservadas en impecable estado gracias a costosas labores de mantenimiento, hasta este punto de Vitoria, donde pudieron presumir de ellas, para envidia de muchos de los asistentes, tal y como suele suceder, con todo el público que congregan sus salidas culturales o las que, sin ir más lejos, hacen la víspera de Reyes. Día en el que dejan a su paso maravillados a todos que contemplan sus vehículos cuando trasladan desde la estación de tren a sus Majestades de Orientes en su camino hasta el Ayuntamiento, a bordo de clásicos americanos, como el Cadillac Eldorado, el Ford Thunderbird, con los que la asociación del Araba Classic Club gustosamente ‘obsequia’ a Melchor, Gaspar y Baltasar.
Tras esta concentración de vehículos, el programa continuó con castillos hinchables, con la actuación de Swingvergüenzas (13.30 horas), más la comida y sorteos (14.30 horas).
El reto de la directiva es seguir preservando el patrimonio que supone el automóvil, “y más en Vitoria, donde debería estar mejor considerado, ya que es uno de los motores de la ciudad”, destacan. Por ello, piden una legislación que les proteja.