laguardia - El informe de la situación del viñedo en Rioja Alavesa y en la zona de Arabako Txakolina realizado por el servicio de Viticultura y enología de la Diputación de Álava destaca como elemento llamativo que en los últimos días las temperaturas fueron muy elevadas, inéditas para el mes de junio, con registros máximos diarios por encima de los 40 grados. Con esa situación, el periodo de floración-cuajado que se inició en Rioja Alavesa y en el área de Arabako Txakolina tempranamente a primeros de junio ha transcurrido con la alternancia de días con temperaturas por debajo de las habituales para el mes y con de otros con calores extremos. Factores opuestos, pero con efectos análogos en la viña.
Durante los días de frío, el cultivo ha ralentizado su desarrollo y durante las fechas en las que los termómetros han alcanzado temperaturas más propias de agosto la viña ha respondido mediante una parada vegetativa e interrupción del crecimiento. Las variaciones termométricas sobre la polinización y el cuajado del fruto han sido dispares, pero en general no han favorecido un desarrollo armónico del proceso, apreciándose viñedos con importante presencia de racimos muy ralos, alargados y con poco volumen.
En lo que se refiere a sanidad, destacar únicamente que se ha contabilizado un vuelo de la primera generación de polilla superior a lo habitual, que no provoca generalmente daños pero que este año, probablemente debido a los calores, ha dejado alguna señal en racimos. Se ha visto algún síntoma de oídio en hoja que las altas temperaturas, la ausencia de lluvias y los tratamientos correspondientes ha permitido controlar totalmente. De momento no se conoce que haya mildiu. En resumen, superado el momento crítico del cuajado, la viña presenta un buen desarrollo vegetativo aunque con ligero retraso de apenas unos días.
En relación al Valle de Ayala, donde se concentra el viñedo de Arabako Txakolina, el cuajado ha sido correcto y hasta el momento el estado sanitario es excelente sin que se hayan detectado focos de oídio o manchas de mildiu. Son por consiguiente buenas expectativas, si bien habrá que esperar a ver de qué manera responde el cultivo con las reservas de agua del suelo mermadas. - Pablo José Perez