vitoria - Uno de enero, dos de febrero, tres de marzo, cuatro de abril, cinco de mayo, seis de junio, siete de julio, San Fermín... A Vitoria hemos de ir... Así entonó ayer un navarrico afincado en Gasteiz la pegadiza melodía con la que los pamplonicas dan la bienvenida a una de las fiestas más internacionales del planeta. Lejos de su querida Pamplona, este operario ya jubilado no faltó al lanzamiento del cohete con el que el Hogar Navarro de Vitoria celebra un año más los sanfermines en la plazuela de Santo Domingo. Vino de honor y chistorra -que dejaron huella en el hasta entonces impoluto pantalón blanco- y música de la fanfarre Botzatarrak a la espera de la llegada de los tiricos de agua, que refrescaron a mayores y pequeños.

Los socios del Hogar Navarro continúan hoy las celebraciones con pasacalles por las calles del centro, misa en el convento de las Dominicas cantada por el coro Javier de los navarros y acto institucional al mediodía en el centro cívico Aldave coincidiendo con el día grande de los sanfermines. Después, en la sede de su hogar navarro en Gasteiz, los soci’os invitarán a un vino de honor y añorarán no estar en Pamplona. Sin embargo, no será por mucho tiempo, ya que para el día 14 han organizado una salida a Iruña, una excursión de un día con motivo de la participación de la escuela de jotas de Vitoria, junto con la escuela Irabia en el coso. Antes, el martes, en su local de Gasteiz, degustarán distintos platos de bacalao y brindarán por San Fermín.