vitoria - Zambrana cuenta ya con un nuevo mural, en este caso dedicado a la vida medieval, que se inauguró durante la jornada del Día de la ruta de los castillos, Gazteluen Eguna, que este año llegaba a su décima edición. Según explica el alcalde, Aitor Abecia, estos murales comenzaron de manera fortuita y por iniciativa privada.
Fue una señora, con un conflicto a raíz de una ventana que fue obligada a tapiar, quien decidió recordar para siempre la existencia de ese hueco encargando un trampantojo que reflejaba la ventana que hubo. La idea de la señora encantó a otras personas y no pasaron muchas semanas hasta que otra vecina de Zambrana también encargó un mural en la pared exterior de su casa, que se mantiene.
Fue en ese momento cuando el Ayuntamiento decidió que sería una buena idea impulsar este tipo de iniciativas, pero vinculándolas siempre a la temática local, a los temas de los pueblos de Zambrana. De esta manera, según Abecia, se fueron encargando los murales de Portilla, donde se refleja la identidad histórica con una simpática niña realizando una excavación en el yacimiento arqueológico. O en Ocio, donde el mural encargado cuenta el pasado importante en cuanto a la extracción de piedra de toba que tuvo una gran importancia para la construcción de templos, como la catedral de Vitoria, y en el que participaron muchos vecinos dejando fotografiar los viejos utensilios de extracción de la toba para reflejarlos en la pintura.
Ahora se ha completado otro, el que recuerda el pasado medieval a través de una bacanal gastronómica al lado de una gran chimenea, obra del artista Albert, de Dbòlit, SCCL. En todos los casos, la pintura que se utiliza es natural, no sintética, por lo que sus componentes son sedimentos y tierras no contaminantes. El proyecto de los murales ha recibido un nombre, Margo Art-Murales que hablan de identidad, y el objetivo que se persigue es crear una ruta para dar a conocer los recursos naturales, históricos y paisajísticos de Zambrana en los que alrededor de ocho o diez murales mostrarán las señas de identidad de esta parte del territorio.
Los proyectos se trabajan desde un primer momento con los vecinos. Se les presentan ideas y posteriormente se vuelve a celebrar un encuentro vecinal con varias ilustraciones sobre las alternativas debatidas. La elegida se somete a votación de todos los pueblos y tras ello se inicia la conversación con el propietario de la pared para que permita mantener la pintura hasta lo que dure en el tiempo, unos 15 años. La idea encajó tan bien a nivel popular que hasta la Fundación Vital se sumó a la iniciativa colaborando en la financiación de los murales. - P.J.P. / Foto: P.J.P.