sabedores de la importancia de que esta mañana era la última oportunidad para encontrar el ansiado regalo en el zapato, cientos de niños y niñas se acercaron el viernes hasta el edificio Ópera para encontrase con Melchor, Gaspar y Baltasar.
De la mano de la Fundación San Prudencio, los tres Reyes Magos atendieron pacientes sus peticiones y las añadieron a la de los niños y las niñas dependientes que ellos mismos visitaron el jueves en sus domicilios. Todo lo imaginable de la Patrulla Canina, Spiderman, Peonzas Beyblade, muchísimos dinosaurios y robótica, muñecas, mascotas para cuidar, patines, patinetes, bicicletas y un sinfín de propuestas de movimiento, entre lo más solicitado por los más pequeños de la casa.
Más unanimidad de criterio entre los acompañantes que esperaban, también pacientes, en la fila a que llegase el turno de hijos, nietas, sobrinos o amigas. Aquí, se deja de lado lo material para pedir a sus majestades, sobre todo, salud y trabajo. “Por pedir que no queden”, coinciden muchos. Ahora queda todo un año nuevo por delante para saber si el deseo se cumple.