Han atentado contra su vida por defender desde hace décadas la lucha del pueblo indígena del departamento del Cauca. ¿Por qué molesta tanto su labor?
-Hemos tenido amenazas debido al trabajo político en nuestro territorio, la orientación y educación que damos a nuestros niños y jóvenes, y a la defensa que realizamos de nuestro pueblo las autoridades indígenas. Cuando estaban las Farc, porque nosotros defendíamos nuestro territorio y no queríamos que reclutaran a nuestros niños y niñas, porque a veces se los llevaban con mentiras y luego querían volver a sus casas. De 2010 a 2014 fue un tiempo muy duro. Nos tocaba recoger a los jóvenes que querían volver a casa. Por esto y con la llegada de las multinacionales las autoridades indígenas empezamos a recibir amenazas y atentados. El último que sufrí fue en diciembre del año pasado. Ahora me han acogido en Asturias durante seis meses.
En los últimos diez días han asesinado a trece dirigentes indígenas.
-El domingo asesinaron a otros dos compañeros. Uno que fue nombrado como gobernador y al fundador de una organización. Nosotros sólo defendemos nuestra madre tierra de los cultivos ilícitos, de la minería ilegal, de las nuevas disidencias de las Farc... porque esta paz va a ser una mentira. El día 28 se hizo una gran movilización en Colombia y nos asesinaron a la presidenta de un resguardo indígena y a su esposo.
En unos días debe regresar a Colombia.
-El día 13 debo regresar a Colombia. Uno vuelve dispuesto no a bajar la guardia, sino a que venga lo que venga. Con esta ola de muertes y las amenazas, lo veo todo con mucha tristeza. Uno sólo defiende el territorio, la vida, nuestra tierra, de todo lo que quiere acabar con ella, como la minería ilegal. Nosotros metimos guerrilleros a la cárcel no porque fueran guerrilleros, sino por los asesinatos que habían cometido hacia nuestros líderes y lideresas. Ahora están condenados a 25, 30 y 40 años y muchos consideran que yo debo pagar eso con la muerte. Las Farc se están volviendo a reagrupar y no han entregado todas las armas en el proceso de paz. En Cauca hay un campamento. Nosotros tenemos escuelas propias, una universidad propia para que los jóvenes no se vayan del territorio y poder formarlos en la no violencia, pero hay grupos a los que no les gusta.
¿Algún momento duro que le marcara especialmente cuando era dirigente indígena?
-Teníamos un profesor, Epifanio Latin, de 23 años. En aquel tiempo, 2014, las Farc todavía estaban en negociaciones pero no se habían desmovilizado. Este profesor hacía un trabajo muy bueno en nuestro municipio con trece-catorce niños, enseñándoles nuestra lengua propia y el no a las armas. Había niños que ya hablaban el nazayú, nuestra lengua. Pero comenzaron a amenazarle y decirle que se tenía que ir, cuando no estaba haciendo nada malo. Él siempre madrugaba los lunes, un día que a las seis de la mañana subía para llegar a su sitio de dar clases las Farc, el sexto frente de las Farc, lo ahogaron y lo dejaron ahí tirado. A mí me tocó como autoridad levantar el cadáver.
¿Qué puede hacer la comunidad internacional para evitar que se siga oprimiendo a la comunidad indígena en Colombia?
-Como organizaciones indígenas nosotros hacemos nuestras marchas y movilizaciones. El gobierno se sienta con nosotros y firma acuerdos, ha estado la ONU, pero aquí no pasa nada. Ahora que están en el proceso de paz la comunidad internacional ha podría bloquear las ayudas al gobierno nacional hasta que no tengan un gesto de verdad, de sinceridad, y digan qué quieren hacer por su pueblo. La comunidad internacional no debería dar recursos a Colombia porque luego estos señores lo usan para politiquear. Las ayudas no están llegando para lo que la comunidad internacional quiere, para más proyectos productivos para la comunidad indígena. Sólo se queda en la política. Ojalá miraran realmente por las organizaciones indígenas y campesinas de Colombia, y que esa plata llegue a estas comunidades realmente. Por ejemplo, mi territorio, en el Cauca, tenemos la coca, de la que sacamos productos medicinales, pero llegaron otros y le dieron otra connotación, sacaron la pasta de la hoja de coca para hacer otras cosas.
¿El gobierno le da protección?
-El gobierno me dio un teléfono móvil y un chaleco antibalas para defenderme. A veces ponen guardaespaldas, pero muchos son paramilitares que luego matan a quienes protegen.