elvillar - Los vecinos de Elvillar lo esperaban, y lo cierto es que la realidad superó con mucho las expectativas. Una enorme cantidad de personas acudió a Elvillar para disfrutar de una fiesta que muestra los mejores vinos, a las gentes que los elaboran, los paisajes en los que se crían las uvas que hacen posible el mejor caldo y las manifestaciones culturales que lo rodean. Los organizadores de la XXV edición de la Fiesta de la Vendimia lo habían previsto todo para que el pueblo al completo fuera un gran escenario con sitio para las txoznas de las 15 localidades y la de las Juntas Administrativas, así como los artesanos de todo tipo y otros colectivos.
El punto de partida y de referencia fue la plaza, donde se situó uno de los puntos de venta de copas, a 7 euros la unidad -de cristal- más cinco vales para otros tantos vinos. A partir de ahí se iniciaba el recorrido. Este pasaba, en primer lugar, por la txozna de Elvillar, en la misma plaza, y seguida por la de Baños de Ebro, que es la localidad a quien le corresponderá organizar la fiesta al año que viene. Tras finalizar el acto institucional, en la plaza más de 10.000 personas comenzaron el recorrido por el pueblo, que además de con los puestos contaba con una decoración que hechizaba, con brujas y escobas por doquier.
Cerca de la Casa del Indiano, uno de los grandes palacios de Elvillar, una joven de Elciego, Miren Martínez, decía que “la Fiesta de la Vendimia me parece una buena idea para promocionar los vinos de Rioja Alavesa y también una forma de encontrarnos todos los pueblos de la comarca entorno a algo que nos identifica”.
Más adelante, pasadas otras txoznas, una lonja se había habilitado para instalar una exposición de los carteles de la Fiesta de la Vendimia. En la puerta, uno de sus visitantes Jesús Hermoso, de Laguardia, también valoraba este evento afirmando que “es una fiesta que está muy bien, porque es diferente”. “Es un día para disfrutar de los vinos buenos que se elaboran aquí, en una jornada muy agradable y en estos pueblos, como Elvillar, pequeño pero muy bonito”, añadía. Cerca de esta lonja se había preparado otra a cargo de la asociación Hemendik Harantz, que trabaja recopilando ropa, calzado y otros enseres para los refugiados en los campamentos de Grecia o con los grupos que esperan en Bilbao, Irún o Calais a pasar al Reino Unido. Otra lonja similar, de las parroquias de Rioja Alavesa, que desarrollan una gran labor asistencial y social, también usaban una lonja para ofrecer degustaciones con las que recaudar fondos.
También resultó llamativa la presencia de alumnos de la Escuela de Hostelería Egibide-Mendirrotza en las txoznas de los pueblos. Allí estuvieron toda la mañana atendiendo al público y mostrando su alto nivel de aprendizaje. Cerca, en el tenderete de Oion, una joven de Logroño, Beatriz Galilea, echaba una mano a sus amigos. Para ella, la fiesta era una sorpresa: “es el primer año que vengo y me he encontrado un muy buen ambiente. La gente es encantadora, nos ha acompañado el tiempo y hemos tenido ocasión de disfrutar de los vinos de varias zonas de Rioja Alavesa. Hay que volver”, insistía. Igual de contundente se mostraba el alguacil de Lapuebla de Labarca, Celestino Barrio: “esta es una fiesta que tiene que existir. Si no existiera es como si Rioja Alavesa fuera como una cosa rara. La fiesta de la vendimia es una ocasión importantísima para el vino y para los labradores. Tiene que seguir para siempre”.
En otro de los extremos de Elvillar, unos toldos protegían a quienes acudieron a la cata comentada del enólogo y sumiller Mikel Garaizabal. Otro de los aspectos que llamaron la atención a los visitantes fue la limpieza a pesar la multitud. Desde la misma plaza, donde se instaló un punto de información del certificado de sostenibilidad en eventos Erronka Garbia, se animó a los visitantes a colaborar en esa tarea. Una iniciativa del área de Medio Ambiente de la Cuadrilla de Rioja Alavesa, que gozó de gran éxito y excelentes resultados.
Txoznas. El recinto festivo acogió la instalación de las 15 txoznas de los pueblos de Rioja Alavesa, así como la de las Juntas Administrativas, los puestos de los artesanos locales y los stands de colectivo sociales.
Cata comentada. Además de poder degustar los vinos locales en los puestos, la organización dispuso una cata comentada, que corrió a cargo del enólogo y sumiller Mikel Garaizabal y que contó con muchos participantes.