Vitoria - El doctor Alberto López de Ocáriz (Vitoria, 1949) habla de la importancia de tener un corazón sano con la misma pasión con el que suyo late por el rugby, deporte al que vinculó su nombre durante buena parte de la historia del Gaztedi, del que además de ser médico del club desde sus inicios, fue jugador e incluso llegó a asumir la presidencia. Dos grandes vocaciones que, curiosamente, descubrió casi por casualidad ya que primero iba para ingeniero, pero una hepatitis hizo que se interesara por la medicina en su estancia hospitalaria. La otra, el rugby, también se cruzo en su vida durante su etapa universitaria en Zaragoza.

Ahora, el que fuera durante 37 años médico de familia del centro de salud de La Habana, de Gasteiz, centra sus esfuerzos en la necesidad de que la población se forme en cursos de Reanimación Cardiopulmonar (RCP), como los doce gratuitos que el Colegio Médicos de Álava junto con el Ayuntamiento de Vitoria pondrán en marcha desde esta misma semana, con motivo de la III Edición de la Quincena del Corazón Bihotz Araba. Un programa, que desde mañana lunes al miércoles 26, enseñará a 192 personas maniobras de RCP, desobstrucción de vía y uso de desfibriladores para activar cuanto antes la cadena de supervivencia en adultos, niños y lactantes. El año pasado volaron sus plazas, aunque para este, en cambio, todavía hay para aquellos interesados en apuntarse. Basta con presentar un DNI en la calle Dato, 4, 1º o por correo electrónico en cursos@icoma.eu.

El año pasado se agotaron las plazas de estos cursos. ¿Están los ciudadanos más concienciados?

-Hasta ahora hemos tenido que cerrar antes de llegar al límite de la inscripción por haberse reservado todas. Este año, no sabemos lo que pasa, pero vamos muy bajitos, en el orden del 50%. Y eso que el curso es gratuito, se hace en una sola sesión de cuatro horas. Dos son teóricas, de formación e información: qué son las unidades de emergencias, cómo funcionan y qué es lo que hay hacer. Y después viene la parte práctica, que es importantísima, porque es donde auténticamente ejecutamos lo que hemos aprendido. Y es lo que salva la vida.

¿Qué clases de personas se apuntan a estos cursos?

-En los años que llevamos, hemos hecho unas estadística del tipo de público que tenemos y vemos que andan alrededor de los 50 años. Y vemos que hay un leve predominio del sexo femenino sobre el masculino. Escogimos un criterio de edad de mayores de 16 años, pero no tenemos un límite por arriba. Incluso hay gente con 90 años que lo ha hecho. Quizás el único problema que podamos tener es la incapacidad física de arrodillarse en el suelo, es decir, la RCP no se hace sentada en una butaca. Se realiza con una persona que está inconsciente. Tenemos que tener una superficie dura para presionar el corazón. Lo ideal es el suelo. Y, por eso, hace falta una persona que sea capaz de arrodillarse y ponerse encima del paciente para que con sus propias manos le ayude para hacer un masaje vigoroso. No son unas caricias. Tenemos que conseguir comprimir el corazón de tal manera que la sangre que tiene dentro salga. Con eso, conseguimos que la sangre llegue al cerebro y así se consigue llevar hasta él oxígeno.

¿Quiénes faltan todavía por apuntarse a estos cursos? ¿Qué falla?

-Falla ser conscientes de la necesidad de poder ayudar, es decir, la ignorancia siempre es lo peor que existe. Y ésta conduce al miedo, en el sentido de no voy a tocar a esta persona porque no vaya a ser que le haga daño. Pero, ¡si es que más daño que el que le está haciendo su parada, no existe! ¿Qué puede ocurrir? ¿Que al hacerle el masaje le rompa una costilla? ¿Qué es eso comparado, con salvarle la vida? Nosotros lo que pretendemos es formar y al hacerlo, das confianza.

Los cursos de RCP de otras ediciones realmente han salvado vidas.

-Tenemos tres casos localizados: dos por parada cardiorrespiratoria y uno por Obstrucción de Vía Aérea (OVA). Uno de los de parada fue en Marquina, al lado de Murgia, que fue una alumna del primer curso, precisamente. Y el segundo caso en Bilbao, de una muchacha que iba por la calle cuando otra se desplomó delante de ella y actuó. Y el tercero fue por una adolescente que tuvo una OVA y su madre, que había hecho el curso, consiguió, con la maniobra de Heimlich, desobstruirla. Eso te llena. Es el sentido de la profesión médica, el saber que has participado en salvar una vida humana. Esa satisfacción no la paga Osakidetza.

¿Son frecuentes las paradas que de este tipo se producen en Álava?

-Las estadísticas varían un poquito. Pueden ser unas tres o cuatro al día, más o menos en todo el día en toda la provincia.

En EEUU la RCP se enseña en los colegios. En Inglaterra hay una proposición para que sea obligatoria en las escuelas. ¿Y en el Estado?

-En España se funciona cada uno un poco a su aire. Desde luego que dentro de la enseñanza reglada, nada. Aquí, en concreto, hablando el otro día con el responsable de la unidad de Salud Pública del Ayuntamiento de Vitoria, con Francisco Gómez, me decía que ellos siguen un programa de colaboración con Cruz Roja, pero es un problema de cosas puntuales. Esto tendría que estar regulado dentro de la educación. Yo llevo el criterio que la RCP se debería enseñar como en EEUU, durante la formación escolar, donde es obligatorio. ¿Qué es lo que vemos? Que en EEUU el 50% de la gente que tiene una parada, sale. Aquí, sin embargo, tenemos una tasa de supervivencia del 20% porque solamente tres de cada 10 personas tienen conocimientos de hacer maniobras de RCP. Y esos tres de cada 10 probablemente sean sanitarios.

¿Los profesionales sanitarios saben realmente realizar esta técnica de reanimación?

-Buena pregunta. Los profesionales tenemos nuestra formación, pero esto necesita reciclado, porque lo sabes pero se te va olvidando si no lo practicas. De ahí que antes hacíamos nuestros cursos para nuestros colegiados. Cuando estaba en el ambulatorio de La Habana, nos traían de vez en cuando los desfibriladores para hacer una sesión, pero hay otros médicos, que trabajando en la privada o en mutuas o en un pueblo, no reciben la formación ni el reciclaje. Por eso, hacemos estos cursos. De hecho, diez compañeros se han apuntado.

Ante una parada es importante la rapidez de actuación...

-Nosotros podemos tener nuestro cerebro tres minutos sin recibir sangre porque nuestras neuronas tienen una reserva de oxígeno para poder mantenerse ese tiempo. A partir de ahí, tenemos una anoxia cerebral, que produce una muerte de neuronas. El incremento me parece que es de un 10% cada minuto. Si nosotros tardamos seis minutos en que llegue la ambulancia, hemos estado tres minutos con esa anoxia, por tanto, hemos perdido un 30% de neuronas y eso da secuelas.

¿Cuáles son los errores más comunes a la hora de practicar la RCP?

-El error más común es que no sea eficaz, que por miedo a no hacer daño al paciente, estés casi mirando el tórax, más que comprimiendo. Tenemos que conseguir que la compresión entre nuestras manos y el suelo consiga contraer el corazón y que bombee esa sangre. Eso se ha visto que suele ser alrededor de 5-6 centímetros. Lo ideal es que participen varias personas porque el ejercicio que hay que hacer es fuerte. Son 100/120 compresiones por minuto y agota. Pero si sabes que otra persona te va a sustituir a los dos o tres minutos y que la ambulancia está viniendo, eso te da una confianza. Es más, hay que mantener la comunicación con el 112, después que se avisa a la ambulancia, por dos cosas: para que te sigan dando instrucciones los expertos y para que estés localizado. Hay veces que ocurre en una calle y una plaza en una ciudad, tienen el mismo nombre y otras que la ambulancia está a 100 metros, pero no localiza el sitio. También hay que comprobar la respiración porque hay que oxigenar ese pulmón para que lleve sangre. Son dos inspiraciones por cada 30 segundos.

Hablando de tiempo, ¿cuál es el ritmo más adecuado para esas compresiones? Se dice que ‘Staying Alive’, de Bee Gees, puede servir de orientación al respecto. ¿Está de acuerdo? ¿O propone otro tema?

-Sí. Los compañeros del Colegio de Médicos de Bizkaia se dieron cuenta de que el himno del Athletic podría servir de forma muy bonita (risas). Y nosotros vemos que el del Alavés también sirve: Bravo equipo albiazul.... (canta). Es más, hoy hay aplicaciones en el teléfono que te marcan el ritmo. Éste es muy importante porque la RCP no sólo consiste en profundidad, sino en la intensidad, de 100/120.

Otro paso importante ha sido la instalación de desfibriladores en espacios públicos. ¿Se usan realmente los de Álava?

-Los desfibriladores se están poniendo en cada vez más sitios. Por ejemplo, aquí en Vitoria los centros cívicos tienen, las grandes superficies, la estación de autobús... Es muy importante que los haya, pero también que las personas se decidan a usarlos. La verdad es que hay desfibriladores en cantidad de sitios, accesibles para cualquiera, y no se roban. Se ve que hay respeto.