amurrio - Los txikis no fueron los únicos protagonistas de la segunda jornada festiva que afrontó Amurrio. Y es que el programa del día también estaba dedicado a los jóvenes de ayer, los veteranos.
Siguiendo la tradición, aitites y amamas -junto a representantes municipales y festivos- se congregaron desde primeras horas de la mañana en el centro urbano para asistir a la entrega del bastón de mando -la makila sin matiz de género que el artesano local, Javier Irabien, creó el año pasado para el municipio-, las bandas, ramos de flores, txapelas y pañuelos a la pareja mayor de la villa. Se trataba de Juanita Zarraga de 92 años y Felipe Landaluze de 91, que se convirtieron en ese momento en los alcaldes de Amurrio por un día. “¡Esto es categoría, rodeados de chavales!”, exclamó Felipe a la regidora amurrioarra, Josune Irabien, que no pudo evitar replicar con un “tanto como chavala yo ya no soy”. Entonces entró en juego Juanita al rescate de su compañero de jornada “¡No, qué va!, y ¿qué eres pues?”, haciendo estallar en carcajadas a todo el salón de plenos donde se celebró la cita.
Ahí no se quedó la cosa, ya que Juanita -que cumplía seis años en el cargo- dejó boquiabiertos a todos los reunidos cuando informó de que “con esta pañoleta, la sexta que me entregáis, ya termino el mantel que estoy haciendo para la mesa del salón. Está quedando elegante”, subrayó, dando pie a la alcaldesa para señalarles como “la generación del todo es útil”.
Acto seguido, se encaminaron hacia la plaza Juan Urrutia donde les estaban esperando las trikitixas y panderos que les iban a acompañar en pasacalles hasta la parroquia. Tras cumplir con la patrona, llegó, de nuevo a la plaza, el ágape a base de aceitunas, patatas fritas y pintxos variados, regados con mosto, agua y vino blanco, organizado por la Asociación Familiar Villa de Amurrio, que acercó una treintena de voluntarios. En su transcurso, la Corporación y los representantes festivos aprovecharon para hacer la tradicional visita a la residencia San Antón de Armuru, así como para llevar un ramo de flores a otra vecina que cumplió ayer un siglo de edad: Antonia Isasi.
El aperitivo de la plaza estuvo acompañado de los vals, pasodobles y cadenetas que trajo Ganeko. “Los abuelos se merecen todo, que pronto nos tocará a nosotros. De aquí nos vamos a comer al frontón en torno a 200 personas”, apuntó el presidente de la entidad organizadora, Pedro Fernández Yarritu. El menú llegó de Gastronomía Vasca de Mungia y, al igual que el año pasado “porque lo que está bien no hay que cambiar”, consistió en marmitako, lengua en salsa, tarta, café y “txupito de orujo de hierbas para el que siga de buen humor”.
La fiesta de la juventud de ayer culminó a media tarde con unos bailables a cargo del grupo Ekhy en la calle Frontón, aunque quien quiso seguir la chufla pudo hacerlo en el parque con las actividades en torno a la cultura saharaui que albergó el txosnagune, y ya a la noche, con el concierto que ofrecieron Meridian y Doctor Deseo, en la plaza Juan Urrutia, y Ostabe, Astarte, Moon ta Spunknik, Barre Ikara y Pottors Destroyers, en torno al recinto del parque. Hoy a txikis y veteranos les tomarán el relevo las cuadrillas. - A. O.