Vitoria - Hay gente que ha trabajado a destajo para que las fiestas de La Blanca brillen como lo han hecho. Ahora, tras cinco días y seis noches de desenfreno, toca descansar, lamerse las heridas y, aprovechar las vacaciones en una Gasteiz que bien merece un poco de cuartelillo. En ese contexto, ayer se vivieron muchas despedidas, empezando por la de Celedón, que ya ha cumplido con su misión, al menos, hasta dentro de un año. Con él, hubo quien decidió regresar a su ubicación natural, como todos los personajes de la Comparsa de Gigantes, Cabezudos, Caballos y Sotas, que fueron despedidos entre muestras de cariño por parte de sus víctimas y con cierto alivio por parte de sus soportes humanos.