Vitoria - Dice el refrán castellano que es de bien nacido ser agradecido. Bajo esa perspectiva que otorga la sabiduría popular, ayer, el cementerio de Santa Isabel asistió a uno de esos actos sencillos y emotivos que abundan en las fiestas de La Blanca. Como mandan los cánones, hubo una ofrenda de flores y un responso por los Celedones de Oro ya fallecidos, gente que ha destacado por su labor por Gasteiz.
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