Vitoria - Han sido unos días muy intensos en el Senado, con la sucesión de asuntos de enjundia y muy simbólicos, como las enmiendas a los Presupuestos Generales del Estado o la primera sesión de control al entrante gabinete de Pedro Sánchez. Entre sesión y sesión, entre el hemiciclo, la sala de comisiones y su despacho, el senador José María Cazalis (PNV) hace pedagogía respecto a la nueva iniciativa presentada para intentar avanzar en el contencioso de Trebiño.
Los alcaldes de los dos municipios de Trebiño comparecerán en el Senado el día 26 para explicar la situación del enclave en primera persona. ¿Cómo se ha gestado esta iniciativa?
-EH Bildu presentó una interpelación hace ya unos meses con el tema de Trebiño. Allí escuchamos la reacción del Gobierno y, sobre todo, del resto de partidos y las votaciones. Volvimos a reforzar la sensación que teníamos de que cada vez que hablamos de Trebiño en los foros políticos siempre surge esa cuestión de lucha partidaria. Mezclamos el tema de Trebiño y de La Puebla de Arganzón y sus deseos de integrarse en Álava con otras cosas. Siempre se nos sale un poco el tema de la esfera. Entonces decidimos dar una oportunidad en el Senado para que los alcaldes expliquen directamente, con sus palabras y con su gestualidad, lo que tienen que transmitir sobre lo que sienten los ciudadanos de sus dos comunidades.
Entiendo que el foro elegido para la ocasión no es una casualidad.
-La Comisión General de Comunidades Autónomas es la comisión más especial de todas las que hay en el Senado. Tiene el doble de miembros que una comisión normal. Los senadores designados por los parlamentos autonómicos tienen también derecho a estar. Es especial, aunque sólo sea desde el punto de vista simbólico, ya que se reúne en el antiguo salón de plenos, en el que sólo se hace la sesión de investidura y poco más. Tiene un peso dentro de la Cámara muy superior al de otras comisiones legislativas. También es cierto que el Senado es la única Cámara que tiene una Comisión de Entidades Locales. Alguna vez hemos visto el tema de Trebiño en esa comisión, pero hemos creído que era mejor dar al tema la importancia que podía tener al hacerlo en la Comisión Especial de Comisiones Autónomas y por eso solicitamos a la Mesa del Senado la comparecencia allí de los dos alcaldes.
La gestión de lo simbólico puede ser un puntal en esta iniciativa. Sin embargo, cualquier avance en un eventual proceso de integración parece complejo.
-La verdad es que es un tema complicado. Hay que tener en cuenta que aquí, nosotros, como vascos, vemos a Trebiño y a La Puebla de Arganzón como dos municipios vascos más. Con la diferencia de que dependen de otra comunidad autónoma. El problema es ése. Estamos hablando de un enclave de Castilla en Euskadi. Y esto tiene muchas connotaciones. Aquí siempre se han mezclado muchas cosas. Lo que ocurre es que el tiempo va pasando y la sociedad va evolucionando y yo creo que lo que también ha evolucionado es la necesidad y el afán de todo el mundo -de las sociedades, de los partidos y de las instituciones- de tener otro tipo de gobernanza, que las relaciones con los ciudadanos sean de otro tipo. Ahí es donde entramos con la intención de que sean los propios alcaldes los que expliquen la situación. La intención pasa por que podamos abrir una vía de trabajo de otra manera que no sea la mera política que hasta ahora hemos visto, en la que se mezclaba todo y al final realmente casi lo que menos peso tenía era aquello que querían los ciudadanos de Trebiño y de La Puebla de Arganzón. Hasta la fecha, cuando había terrorismo, el tema se mezclaba con el terrorismo; cuando era evidente un deseo de independencia de parte de la sociedad vasca, con la independencia. Ahora lo que queremos plantear es otra visión del tema. Evidentemente nosotros tenemos nuestra identidad, sabemos lo que queremos, sabemos quiénes somos, somos el Partido Nacionalista Vasco, y para nosotros es muy importantes todo aquello que tiene que ver con Euskadi. Sin embargo, queremos que aquí en Madrid, el resto de los partidos vea que esto no es un tema político, ni del PNV, ni de la izquierda abertzale. Es un tema de una necesidad, digamos social y ciudadana, de solucionar un problema que en Trebiño no quieren tener, que es su identidad, su incorporación en una comunidad que es con la que ellos mejor se identifican.
Ahondando en ese tema, recientemente la Diputación alavesa ha logrado abrir con éxito un proceso de diálogo con su homóloga burgalesa para la prestación de servicios en Trebiño.
-Con los últimos movimientos que se han hecho por parte de la Diputación Foral de Álava, creo que las gentes de Trebiño y de La Puebla de Arganzón pueden estar tranquilos, porque tienen el mismo nivel de servicios que el resto de alaveses, y probablemente más de lo que tienen muchos burgaleses. Pero hay más en el trasfondo y yo creo que esa necesidad ciudadana, ese deseo ciudadano, hay que transmitirlo, y lo tienen que transmitir los alcaldes.
Le noto optimista, pero le recuerdo que todas las iniciativas previas sobre el enclave en las Cortes han encallado.
-Consideramos que abrimos una nueva vía y una manera diferente de abordar el problema, una manera diferente de transmitir qué es lo que se siente en Trebiño, qué problemas ven ellos y por qué ellos tienen el deseo de entrar en Álava en vez de seguir en Burgos. Sí que tenemos la esperanza de que abriendo otra vía de trabajo podamos avanzar más. Sí que es cierto que es otro momento, pero no es sólo otro momento político a nivel de España, que también, sino que es otro momento en el que la gobernanza, lo que viene de Europa, lo que vamos a tener que hacer para gestionar nuestras vidas en general empieza a tener otras claves. Y en esas claves puede haber alguna posibilidad de cumplir con los deseos de los ciudadanos de Trebiño y de La Puebla de Arganzón. Somos conscientes de que eso no es fácil, primero porque la primera tendencia es a reproducir lo antiguo. Es una tendencia que vamos a tener aquí también. Pero bueno, yo creo que por intentarlo no vamos a perder nada y, además, es nuestra obligación. La obligación de intentarlo entre todos. Como Partido Nacionalista Vasco nuestra obligación es intentar que los ciudadanos vascos, también los de Trebiño y los de La Puebla de Arganzón, puedan ver cumplidos sus deseos dentro de la lógica del ordenamiento jurídico. Por todo eso intentamos esta línea. Tenemos claro que históricamente no ha funcionado todo lo que se ha hecho hasta ahora. Esto a lo mejor tampoco, pero vamos a seguir intentándolo. Vamos a seguir intentando dar voz y que se pueda cumplir con los deseos de los ciudadanos de Trebiño y de La Puebla de Arganzón.
Quizás han visto algo de luz con lo vivido la pasada semana en el Parlamento Vasco, donde salió adelante una incitativa sobre Trebiño con los votos del PNV y del PSE-EE.
-Hay una cuestión clara. Cuando esto se discute a nivel alavés, incluso de la Comunidad Autónoma Vasca, el Partido Socialista y el Partido Popular tienen una actitud que no se suele corresponder con la actitud que tienen cuando este tema llega a Madrid. El Partido Popular alavés te puede decir que sí quieren que Trebiño y La Puebla de Arganzón sean Álava, pero cuando llega el Gobierno de Castilla y León, pues se desdice y se acabó la gracia. Que el Partido Socialista de Euskadi apueste por que se le dé una solución al problema y, sobre todo, porque haya diálogo y se escuche a los ciudadanos es algo también muy positivo y va a ayudar cuando vengan aquí los alcaldes a explicar su realidad, la realidad de sus municipios y de los deseos de sus ciudadanos. Lógicamente, serán más receptivos que cuando hemos tenido otras iniciativas planteadas, por ejemplo, por EH Bildu, porque en esas otras iniciativas todo derivaba siempre a otras cosas que no eran realmente Trebiño y La Puebla de Arganzón, porque es más fácil desviar el discurso y no afrontar la solución del problema. En este caso, eso no puede ser, no va a ser así, entre otras cosas, porque, además, los dos alcaldes no pertenecen a ningún partido. Son independientes. Ahora vamos a sacar de la discusión todo aquello que no sea Trebiño y La Puebla de Arganzón. Lo siguiente que intentaremos que se pueda hacer será aquello que los dos alcaldes planteen. Lo que los alcaldes pidan que esa comisión haga nosotros vamos a intentar canalizarlo en el Senado para que se pueda sustanciar, pero tendrán que ser ellos los que nos den pistas sobre por dónde podemos ir. Ésa es nuestra labor, al menos, la del Partido Nacionalista Vasco, que quiere ser el facilitador para que lo que quieran los alcaldes, que es lo que quieren los ciudadanos de Trebiño y de La Puebla de Arganzón, se pueda llevar a cabo.
Entonces, ¿apuestan por encontrar una solución a corto plazo?
-Evidentemente aquí los plazos no pueden ser cortos, simplemente porque hay modificaciones de leyes. Por ejemplo, de parte del Estatuto de Autonomía del País Vasco no habría ningún problema, pero por la parte del Estatuto de Autonomía de Castilla y León, que tiene muchísimas reticencias para que esto suceda, pues lógicamente ahí... Aparte de que hay que convencer a los legisladores a nivel estatal, aquí nadie va a dar pasos en contra de nadie. Si la Comunidad Autónoma de Castilla y León no tiene intenciones de escuchar lo que digan en Trebiño y La Puebla de Arganzón va a ser más complicado el proceso. Hay que saber también qué queremos que se incluya en la legislación... Los plazos siempre van a ser dilatados. Otra cosa diferente es que, por lo menos, la opinión de quien tiene que tomar las decisiones esté basada en la realidad de Trebiño y de La Puebla de Arganzón y en los deseos de sus vecinos y que esa situación no sea algo que siempre está distorsionado y visto desde un cristal que deforma la situación.
En fin, ya sólo queda esperar a ver la disposición del Senado...
-Estamos contentos de que se haya producido la comparecencia de los alcaldes con una cierta agilidad. Bien es cierto que la pedimos hace unos cuantos meses y visto cómo ha ido funcionando el Senado con la mayoría absoluta del PP, pensábamos que esto iba a ser más largo, pero será la semana que viene y será un hito importante y estoy seguro de cuáles son sus deseos, aquello que los alcaldes transmitirán. De ahí en adelante esperemos que quienes estén escuchando sean receptivos a lo que se les dice y después podamos entre todos buscar un consenso para cumplir con aquello que los alcaldes nos pidan el día 26.