llodio - Siglo XVIII. Noticias sobre brujería corren por el entorno de Santa Lucía en Llodio y el monaguillo del templo de Santa María del Yermo urge al vecindario a tomar parte en una procesión de letanías con objeto de eliminarlas. “No es ciencia ficción, era algo que la Iglesia hizo hasta hace 300 años y, de paso que atajaba la mitología de raíces paganas, las supersticiones y tradicionales populares, también se sacaba sus cuartos”, explica a DNA Martín Alda, uno de los dos actores de Sapo Producciones que, desde esta tarde se va a encargar de las novedosas visitas teatralizadas a este mágico paraje laudioarra en plena cuarta campaña de excavaciones arqueológicas al enclave.
De hecho, ésa será la temática de la primera de las cuatro escenas de recreación histórica que han diseñado, de cara a explicar a los visitantes los acontecimientos que se desarrollaron en la citada zona entre los siglos XI y XIX. “Hemos creado un hilo argumental basado en anécdotas sobre Ermualde que hemos encontrado en libros e Internet, junto con los datos que nos ha aportado el equipo de la UPV que, bajo las directrices de Sergio Escribano, está llevando la investigación desde 2015”, matiza Alda. En este sentido, no estarán solos, ya que uno de los arqueólogos hará de guía y contextualizará la visita, que estará salpicada aquí y allá de escenificaciones teatrales que la harán más amena y divertida. “Lo nuestro es humor con rigor histórico, cuidamos mucho el vestuario y nos lo tomamos muy en serio, y nos enorgullece poder decir que siempre funciona muy bien, ya que calamos en todas las edades, incluso en adolescentes que son el público más difícil”, asegura Alda, tras el éxito que han registrado en otras rutas similares llevadas a cabo en Labraza, Salinillas de Buradón, Laguardia y Labastida.
Diez personajes En concreto, para su contribución a Ermualde han construido una decena de personajes, entre ellos también músicos, de diferentes épocas. Así, el público podrá conocer al cantero francés que construyó la plaza de Santa María del Yermo o al que el pueblo encargó en 1726 la reconstrucción del campanario “aprovechando que el párroco, contrario a la obra y a pagarla, estaba de viaje en Logroño”, adelanta, sin querer desvelar nada más “para no quitarle misterio”.
Misterio que “en este enclave lo hay, y mucho, porque se entremezcla la mitología vasca en sus bosques, la explicación que la Iglesia hizo de ello con el tema de las brujas y los akelarres y las tradiciones populares como las romerías que debieron ser de escándalo, ya que llegaron a prohibirse las danzas bajo pena de excomunión”, subraya.
Quienes quieran vivirlo en propias carnes no tienen nada más que reservar plaza. La primera será a las 20.30 horas de hoy viernes en euskera, pero continuarán a la misma hora del día 29 en castellano. Asimismo, en julio se realizarán los días 7, 8, 14, 15, 21 y 22 y comenzarán a las siete y media. Su duración es de en torno a una hora y media, y el acceso gratuito. “Tenemos ya más de 20 inscritos, pero hay sitio para medio centenar de personas por visita, que también servirá para ver los avances en la excavación”, informa Sergio Escribano, director de esta tercera campaña arqueológica iniciada hace diez días y que culminará el 20 de julio. El doble de tiempo de lo habitual debido a la importancia y “lo inusual” de los hallazgos del pasado verano.
Tres etapas históricas Y es que, gracias a las intervenciones realizadas se han identificado tres etapas históricas diferentes: la correspondiente al templo actual datado en el siglo XV, vestigios de una edificación religiosa anterior levantada en los siglos XI y XII (pendiente de confirmación mediante una datación con radiocarbono que han encargado) y otra de finales del siglo XIII, de la que queda el resto de una escalinata y varias tumbas.
En este sentido, los trabajos de este año se han retomado a la altura del muro del templo más antiguo y de la tumba monolítica encontrada en los últimos días de la pasada campaña. En concreto, la zona de actuación se encuentra localizada en el interior del santuario, donde han ampliado la superficie de sondeo hacia el este “de cara a ver mejor los restos en extensión y poder responder los interrogantes que han surgido en relación a dónde acaban las iglesias, dónde hay necrópolis y donde no, si hay restos de puerta y similar”, enumera. La primera sorpresa llegó nada más levantar el parqué que cubre el suelo, ya que apareció “una lápida con lauda bastante interesante”. Y nuevas tumbas.