Vitoria - Mujeres jóvenes, mayores, con familiares y amigas que han sufrido los efectos del cáncer de mama o que han padecido la enfermedad en primera persona. Todas ellas acudieron ayer al Iradier Arena de Vitoria para recoger los dorsales que lucirán mañana en la Carrera de la Mujer, el evento que aúna deporte, solidaridad, divulgación y concienciación. En la presente edición, la cita retorna a Mendizorroza -el año pasado se celebró en el vecino recinto de Mendizabala- y, como era de esperar, la respuesta de las gasteiztarras ha sido unánime. A media mañana de ayer se agotaron todos los dorsales oficiales. La carrera de este año hará especial hincapié en el rechazo a la violencia machista y todas las corredoras, además de participar con su número, llevarán el del teléfono de información y asesoramiento a las víctimas: el 016.

Junto a la entrada del recinto multiusos, Lidia, trabajadora social de Adelprise, recibía sonriente a los visitantes. Como representante de esta asociación de patologías linfáticas, ofrecía fundamentalmente información sobre linfedemas y lipedemas a las mujeres que se acercaban hasta su stand. “Estamos hermanados con la Asociación Española Contra el Cáncer porque hablamos de patologías que entrañan un riesgo de reaparición después de haber sido intervenidas quirúrgicamente”, detallaba. Tras una operación de cáncer de mama o de útero, que implican cirugías muy agresivas, la desaparición de ganglios linfáticos afectan a este sistema y desde Adelprise trabajan para dar a conocer los problemas que pueden venir aparejados, “ya que muchas veces no se explica el riesgo de linfedemas”.

Mariasun, en el puesto de la Asociación Española Contra el Cáncer, explicaba que aprovechan la celebración de este evento “para intentar que nos conozcan”. “En esta feria la gente no llega con preguntas, nos las plantean más en las cuestaciones o cuando llevamos a cabo campañas informativas sobre la enfermedad. Aquí, sobre todo vienen a colaborar, comprando gafas y pulseras”, comentaba.

A mediodía, Dani Quintero, miembro de la organización, explicaba que se habían entregado “más de 1.700 dorsales en mano”. Las reservas, gestionadas por Internet, agotaron los 6.000 números disponibles en minutos, ya que en las jornadas previas la respuesta había sido masiva y sólo quedaban 300 unidades libres.

Elena Sagaseta será la madrina del evento en esta edición por un doble motivo. “Se pusieron en contacto conmigo por mi doble condición. Superé un cáncer que me diagnosticaron en 2015 y, además, trabajo en la Asociación Clara Campoamor luchando contra la violencia de género y las agresiones sexuales”, señalaba. Como madrina de la carrera no sólo correrá, sino que además relatará a sus compañeras lo que supuso para ella padecer esta enfermedad. “Es una acción solidaria en la que, uniendo nuestras experiencias, podemos ejercer mucha fuerza social. Cuando tomamos las calles las mujeres transmitimos un mensaje, y en esta ocasión vamos a decir que no podemos permitir que ninguna mujer que esté enferma o que sufra una situación de desigualdad, o de violencia, esté sola”.

Una de las estrellas destacadas de la cita de mañana será el atleta Martín Fiz, que ayer jugó a meteorólogo. “Va a hacer buen tiempo, estoy seguro. Y también sé que la gente no va a fallar en una carrera solidaria como esta”, vaticinaba.

El alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran, se mostró “satisfecho y orgulloso” de que Vitoria vuelva a acoger una carrera “que promueve hábitos saludables, pero que también conciencia sobre el cáncer de mama, defiende la igualdad y lucha contra la violencia de género”. La concejala de Deportes, Estíbaliz Canto, subrayó el doble carácter de Vitoria “como ciudad deportiva y comprometida”, y agradeció la participación de las mujeres que mañana correrán por ese triple objetivo solidario: contra la enfermedad, a favor de la equidad y para erradicar las agresiones machistas de nuestra sociedad.