vitoria - Delito continuado de robo con fuerza en las cosas con agravante de disfraz. Mañana da comienzo en el Juzgado de lo Penal número 1 de Vitoria el juicio contra los dos presuntos autores del doble atraco a la joyería Frida de Gasteiz, para los que la Fiscalía reclama una pena de cárcel de cinco años, además del decomiso del dinero que se les ocupó y el pago de diversas indemnizaciones. Considera la acusación que la pareja, poseedora de un amplio historial delictivo por asaltos similares en Bilbao, Santander, Donostia y Vitoria, ejecutó dos robos consecutivos en el establecimiento en menos de dos meses. Ambos son señalados como supuestos coautores de estos espectaculares asaltos, que hace ya dos años les reportaron un botín superior a los 148.000 euros en joyas.
El escrito de acusación se remonta a las 3.00 horas del 23 de diciembre de 2015, y sostiene que los dos acusados, “en compañía de un tercer varón no identificado, tapándose el rostro con pasamontañas, rompieron el cristal del escaparate de la joyería Frida, ubicada en la calle Adriano VI, y se apoderaron de unas 70 piezas de joyería -relojes, anillos, pendientes y pulseras- con un valor de unos 90.000 euros”.
Todo fue tan bien que, según la acusación, decidieron repetir el golpe. Lo reprodujeron casi al milímetro. “Nuevamente puestos de común acuerdo y guiados por el mismo ánimo antes descrito, sobre las 2.00 horas del 2 de febrero de 2016, tapando su rostro con pasamontañas o bragas oscuras, rompieron el cristal del escaparate de la joyería Frida y se apoderaron de unas 90 piezas con un valor de unos 58.000 euros”, refleja el documento de la Fiscalía.
Una parte de las joyas fue recuperada y devuelta a su legítima propietaria. El resto de las piezas no localizadas fue tasado por una compañía de seguros, que entregó 67.834 euros a la titular del negocio. Una segunda aseguradora indemnizó con 1.032 a la propietaria por los daños causados por los ladrones.
La investigación que inició la Ertzaintza en colaboración con la Policía Local de Vitoria, reveló que los ladrones acostumbraban a robar vehículos para cometer sus robos. En cuestión de horas y gracias a la fotografía de un radar que cazó al coche usado en uno de los atracos mientras se dirigía hacia la capital alavesa, comenzaron a atar cabos.
Los agentes avanzaron acumulando evidencias paso a paso. Comprobaron que el 2 de enero de 2016 se había sustraído un Nissan Almera gris en la localidad vizcaína de Basauri. Un vehículo que coincidía con la descripción del empleado por los ladrones de la joyería. Al cruzar datos, descubrieron que a las 1.37 horas del 2 de febrero, el radar fijo de la carretera N-622 había captado la imagen de este vehículo -la matrícula coincidía- circulando a 158 kilómetros por hora hacia Vitoria.
Poco después, los agentes registraron un segundo vehículo: un BMW serie 5 de color negro que se había visto involucrado en un intento de robo en un bar de la calle Gorbea. Un hombre había tratado de refugiarse en él cuando la Policía Local llegó al escenario del robo, pero acabó dándose a la fuga y los guardias llevaron el vehículo al depósito. Al examinarlo descubrieron herramienta variada: cizalla, escalera de cuerda, una barra de uñas, un pasamontañas negro y, lo más importante, una pequeña etiqueta en la que figuraba un código de barras y un precio: 4.460 euros. Los agentes constataron que pertenecía a una de las joyas robadas y la suma de las evidencias hizo posible la detención del primer sospechoso. Le capturaron en la localidad vizcaína de Ugao-Miraballes. Más tarde se registró otro de los vehículos propiedad del segundo sospechoso, un Alfa Romeo 147, y su domicilio, ubicado en la localidad vizcaína de Galdakao. En la inspección de la vivienda se localizaron gargantillas, más de una decena de anillos, seis pendientes, una caja de relojes, así como tarjetas de crédito y una chequera, lo que hizo posible el segundo arresto.