RIBABELLOSA - La capital del municipio alavés Ribera Baja cuenta desde ayer con un retoño del simbólico Árbol de Gernika, plantado en la zona más limítrofe de Euskadi con el resto del territorio, concretamente con Castilla y León. La ceremonia, sin embargo, no estuvo exenta de problemas, ya que por una parte, durante todo el acto se celebró una ruidosa concentración en contra del trazado del tren de alta velocidad por Valles Alaveses y, por otra, a causa del insólito robo del plantón que estaba preparado para su colocación en el lugar elegido. Esta segunda circunstancia obligó a demorar durante una hora la ceremonia prevista, presidida por el Lehendakari, Iñigo Urkullu. La generosidad de Juntas Generales de Bizkaia, que no dudó en ofrecer un segundo retoño, y la rapidez con la que actuaron las instituciones enviándolo en apenas una hora a Ribabellosa desde el Vivero situado en la localidad de Erandio, permitieron que, desde ayer al mediodía Ribera Baja cuente ya con ese roble, símbolo del País Vasco.
El acto de plantación contó con la presencia del lehendakari Urkullu, acompañado de su esposa, Lucia Arieta-Araunabeña; la presidenta de las Juntas Generales de Bizkaia, Ana Otadui; la alcaldesa del municipio alavés, Miren Josebe Santa María Martínez; el presidente de Juntas Generales de Álava, Pedro Elosegi; la teniente diputado general de Álava, Pilar García de Salazar; y representantes elegidos del municipio, tanto del consistorio como una representación de los niños y los mayores de la localidad. La presidenta de Juntas Generales de Bizkaia resaltó en su intervención el gran número de personas que visitaron en 2017 la Casa de Juntas de Gernika, “un símbolo y un espacio respetado y querido por personas de todas las ideologías”, entre las que se encuentra un grupo perteneciente a Ribera Baja. Asimismo recordó que la petición del árbol fue del anterior alcalde, Peio Ruiz, que dimitió hace apenas una semana al ser nombrado gerente de Arasur, y se refirió a los vecinos de Ribera Baja como pertenecientes a un municipio alavés, “que si bien ubicado al sur, en los límites con Burgos, también es y os sentís Euskadi, y cada vez cuenta con más euskaldunes” orgullosos ahora de plantar un retoño del roble de Gernika, “símbolo de nuestros derechos y libertades”. La presidenta recordó algunos lugares de Euskadi y del mundo donde ya hay retoños del árbol de Gernika, entre ellos Auschwitz donde se cometió un genocidio contra la humanidad y lo comparó con Gernika, donde las tropas alemanas bombardearon la población y anticipó su objetivo de que pueda plantarse otro en breve en Hiroshima al tiempo que se plantará un ginkgo -el árbol que sobrevivió a la bomba atómica- en Gernika. Ana Otadui también tuvo palabras de elogio para el herrero que ha construido la verja que protegerá al retoño y que es una réplica de la barandilla de la Casa de Juntas de Gernika que, según aseguró la representante foral de Bizkaia, “protegerá desde hoy vuestro todavía joven retoño que estoy segura vais a saber cuidar y hacer crecer con el cariño de distintas generaciones de habitantes de Rivabellosa y de toda Ribera Baja”.
Por su parte, la alcaldesa de Ribera Baja se sumó a las palabras de la presidenta en relación al significado que tiene el árbol de Gernika para todos los municipios de Euskal Herria: “Es símbolo de reunión y de unión de todos los vascos” y aprovechó la oportunidad para agradecer a su antecesor en la Alcaldía el acto que se celebró. Las autoridades allí presentes, junto con los representantes del municipio, fueron los encargados de dar las primeras paladas, a lo cual le precedió un aurresku en honor al acontecimiento. El acto culminó con la interpretación por parte de los presentes de los temas tradicionales Gernikako Arbola y Agur Jauna por parte del coro Erriberabeitia Abesbatza.