El palacio de Villa Suso de la capital alavesa se convirtió ayer en el mejor de los escenarios para que la recepción real de sus Majestades de Oriente predicara con el ejemplo con el reparto de dulces solidarios. Así, pese a que una gran banderola publicitaria que presidía el salón ya hacía alusión a la importancia de saber educar en el comercio justo, la sorpresa vino escondida en las sacas rojas de Melchor, Gaspar y Baltasar, con las piruletas que, en concreto, éstos repartían a los niños, tras contar a los monarcas su lista de deseos.

Y, aunque éstas parecían en principio ser como otras cualquiera, con el clásico corazón rojo, la parte trasera de su envoltorio escondía la particular magia con la que se habían fabricado: “Piruleta de comercio justo. Alternativa 3”. El objetivo de esta elección respondía a la idea de favorecer unas relaciones más equitativas entre productores y distribuidores, además de que la sociedad se pueda beneficiar de los valores de la agricultura ecológica.

Además, como recalcó Baltasar, “como dicen aquí, a nadie le amarga un dulce. Y los niños lo agradecen siempre que se las demos después de hablar con nosotros, porque les hace mucha ilusión”.

En el encuentro posterior que los monarcas tuvieron con los niños gasteiztarras, con el desfile, nuevamente se vio los esfuerzos que el Ayuntamiento de Vitoria había puesto en sensibilizar en esta alternativa para crear canales comerciales innovadores, con el reparto de 3.000 kilos de caramelos, también de comercio justo, que las seis carrozas, que formaban la cabalgata real repartían a su paso desde la plaza de Bilbao hasta la Avenida de Gasteiz, durante los tres kilómetros de recorrido.

En este desfile, al que no le quedó otra que ir a paso más ligero debido a la lluvia que finalmente no dio tregua, destacó también lo vistosas que eran las seis carrozas. Especialmente, la de Baltasar, ya que, como avanzó durante la recepción real en Villa Suso, “la mía va a ser muy colorida, porque nosotros somos más exóticos que los otros reyes y nos gustan los colores vivos. Tenemos el color plateado, el blanco.. y con luces”.

En esta cabalgata ya se adivinaban también los regalos que traían a los txikis, cada año más modernos: “Sí, sorprende porque cada vez más las empresas, buscan la novedad para poder vender. Y nosotros, que ya somos antiguos, tratamos de actuar, actuliazándonos todo el año, incluso con los pajes que nos acompañan, para que se pongan todos a bucear para ver dónde está el regalo y cómo se consigue, para atender la demanda de los niños de Vitoria y del mundo entero”, explica.

Pero lo fundamental es otra cosa: “Los Reyes Magos pedimos a los niños que sean obedientes y personas de bien para el futuro, que es lo importante, más allá del juguete, que es algo más personal y muchas veces en poco tiempo no le hacen caso”.

caramelos. El camión de los dulces y de los Bomberos no podía faltar ayer a la hora de cerrar el desfile en el que se repartieron un total de 3.000 caramelos.

personas. Son las que participaron ayer en la cabalgata de los Reyes Magos en Vitoria, en la que de media asisten 100.000 personas, superando incluso a Celedón.