Vitoria - Álava despidió la última semana del año con lluvias y viento, tras la llegada de Bruno, el primer temporal del invierno. Sin embargo, este 2017 que dejamos atrás, sobre todo, será recordado por la sequía de la primavera que hizo que el campo mirara con preocupación al cielo, además de por las tardías heladas de San Prudencio, que destrozaron cosechas en parte del territorio. Aún así, el parte de los embalses refleja que la situación no es para preocuparse ya que, actualmente, están al 74,44% de su capacidad gracias a las últimas precipitaciones.
Elocuente al respecto es el informe de la primavera elaborado por la Agencia Vasca de Meteorología (Euskalmet), en el que queda patente que la “estación llegó a ser muy seca en parte de Álava, con valores que disminuyeron rápidamente hacia el sur, con poco más de 100 mm. en la Llanada (Alegría 98,1 mm. y Abetxuko 102,4 mm.), siendo más bajos aún al este del Ebro (Moreda 73,6 mm., Páganos 78,8 mm. y Zambrana 87 mm.)”. En abril, por ejemplo, mes en el que el dicho explica que hay aguas mil, tan sólo se contabilizaron cuatro días de precipitaciones en el interior (por encima de 1 mm.), lejos de los más de 11 y 13 de la media climatológica, respectivamente.
Ello hizo que la precipitación total de la primavera fuera de 102,4 mm. en Abetxuko (cuando en 2016 fue de 174,8) y 78,8 en Páganos (cuando en 2016 hubo 133,4, lo que significa una bajada del 59,07%).
La estación de las flores fue cálida, llegando, como precisa Euskalmet, “a extremadamente cálida en el sur de la Comunidad Autónoma Vasca (CAV)”, pero siendo, a su vez, una primavera de extremos, en la que, por ejemplo, pasamos de batir el récord de temperatura máxima para un mes de marzo en la vertiente mediterránea, el día 10 al rondar los 27-28 grados (Moreda 28,1 grados, Zambrana 27,9 grados, Salvatierra 27,1, Abetxuko 27 grados y Páganos 26,7 grados), a nevadas por encima de los 700 metros el 26 de abril y a heladas relativamente tardías el día 28 de abril y 1 de mayo que afectaron negativamente a las viñas y a otros cultivos.
Todo el trimestre tuvo una calificación de cálido (en la Llanada se quedaron en unos 12 grados, aproximadamente, 1,7 grados por encima del promedio para el conjunto de la CAV), aunque en abril se acerca más al promedio normal. Mayo fue, en su conjunto, un mes excepcionalmente cálido, “de hecho, el más caluroso de lo que llevamos de siglo (exceptuando el año 2011 en la costa)”, especifica Euskalmet.
A pesar de la calificación, uno de los fenómenos más llamativos del mes fue la formación de heladas relativamente tardías. El día 28 de abril llegaron a moderadas en el interior de Álava (Navarrete -4,3 grados y Trebiño -4,2), afectando también al cultivo del viñedo (Páganos -0,3 grados). El día 1 fueron bastante generalizadas en Álava, ya que sólo se libró la Cantábrica y Rioja Alavesa (Agurain -2,8 grados, Trebiño -2,1 grados y Subijana -1,9 grados).
Las máximas absolutas tuvieron lugar el día 25, con valores que rondaron los 32-33 grados en la zona de transición (Salvatierra 32,8º y Arkaute 31,5 grados), al igual que en el eje del Ebro (Zambrana 33,7 grados y Páganos 32,3 grados).
Agua en verano El verano se comportó entre seco y normal, aunque hubo zonas húmedas como el oeste de Álava, incluida Rioja Alavesa. Al final, la precipitación total de la estación estival en la estación de Abetxuko fue de 83,5 mm. (en 2016 fue de 59) y en Páganos de 126,6 mm., cuando en 2016 fue de 21,4 mm.
La estación se comportó de manera muy cálida en toda la CAV. En la Llanada Alavesa se sobrepasaron los 19 grados y se ubicaron entre los 21-22 grados en la Rioja Alavesa, aproximadamente 1,3 grados por encima de lo normal.
Todo el verano tuvo ese carácter cálido, aunque junio, el cuarto más caluroso de las series climatológicas, fue el que marcó la diferencia. Los días 18 y 21 destacaron las altas extremas en el eje del Ebro (Moreda 37,5 grados, Zambrana 36,8 grados, Espejo 35,6 el día 21).
Respecto a las mínimas, los valores más bajos se repartieron básicamente en dos días: el 7 de junio (en la localidad de Antoñana se registraron 3,1 grados y en Salvatierra, cuatro) y más sorprendentemente, el 12 de agosto en algunos puntos del interior del territorio (Pagoeta 2,4 grados).
Del otoño destacaron las temperaturas cálidas de octubre, con 14 grados de media en la comarca de la Llanada, algo más de un grado por encima de lo normal.
De noviembre sobresalió su carácter seco en Álava, con acumulados de Rioja Alavesa que fueron los más bajos de la CAV (Páganos 26,8 mm. Moreda 27,1 mm. y Zambrana 33,1 mm.). Y el primer episodio de nevadas en cotas medias-altas de la temporada, que llegó el día 29.
El último mes del año, por su parte, fue marcado por la borrasca Ana del puente de diciembre, con fuertes rachas de 143 km/h. en Vitoria, y por la llegada de Bruno, el 26, con rachas esta vez la mitad de suaves (84,3 km/h) y chubascos desde el martes.