años. Cumplirían las Hermanitas de los Pobres este próximo 2018 de servicio y entrega a los ancianos más necesitados de Vitoria. La sequía vocacional ha precipitado su adiós.

residentes. Tiene la casa ubicada en el distrito de Gazalbide. Se trata de ancianos sin apenas recursos y en situación de grave exclusión social.

vitoria - La cena de Nochebuena de este año en las Hermanitas de los Pobres tendrá un sabor agridulce. Las fiestas de Navidad marcarán la celebración lúdica, pero en esta ocasión todos saben ya que se cierra una historia de servicio y entrega a los ancianos más necesitados en Vitoria. 140 años se cumplirían este próximo 2018, pero la sequía vocacional que lleva padeciendo la Iglesia ha obligado a la congregación fundada por Santa Juana Jugán a tomar una dolorosa pero inevitable solución, dejar la casa y el servicio a los ancianos en otras manos que puedan garantizar lo que ellas hoy ya no pueden.

La congregación ha retirado ya todas las figuras de su fundadora, y no por no dejar rastro de su paso, sino porque, como dice la Madre Pilar, “si nos vamos, no podemos dejar aquí a nuestra madre fundadora”. No obstante, a renglón seguido añade: “Ya queda el nombre de la plaza. Espero que el Ayuntamiento nunca lo cambie”.

Es Navidad y, aunque la despedida está presente en todos sus pasos, las hermanas no han querido perder tradiciones como la de los belenes en cada planta. Eso sí, este año son sencillos misterios que permitirán ser recogidos con celeridad si el traspaso de la casa lo exige.

Ellas se van, pero han buscado la mejor alternativa para sus ancianos y el personal que trabaja en la casa. Los nuevos responsables de la residencia mantendrán las condiciones que las hermanas tenían, tanto con los residentes como con el personal: En lo económico, en lo asistencial y también en la atención religiosa.