amurrio - La céntrica plaza Juan Urrutia de Amurrio acogió ayer el tradicional mercado navideño en el que cientos de vecinos y foráneos tuvieron una oportunidad de oro para llenar sus despensas y preparar la suculenta cena de Nochebuena con productos llegados de baserris de toda la comarca. El público tuvo a su disposición 42 puestos donde se pudo encontrar una gran diversidad de productos del agro vasco: queso, txakoli, miel, verduras, pan, pastel vasco, carne, repostería, mermeladas, patatas, bacalao, anchoas, jamones, embutidos, o conservas y licores.
Tampoco faltaron artículos artesanales como regalos de última hora: cerámica, talla de madera, prendas de lana, bisutería reciclada... Entre ellos destacó por su novedad el del comercio local Zeuk Egin. No en vano, trasladó al recinto una curiosa máquina de bordados que se diseñaban previamente por ordenador. “La verdad que está siendo un no parar, porque quien más, quien menos, me está encargando plasmar el nombre de sus nietos o hijos en pañuelos, txapelas o toallas. Llevamos tiempo con ella en la tienda, pero acercarla a la plaza está siendo un exitazo. De hecho, me llevo trabajo para esta tarde, porque dudo de que me dé tiempo a terminar todos los pedidos para las tres que cierra el mercado”, explicó Itziar Nieto, la joven al frente del puesto.
De que las ventas estaban yendo bien dieron fe las hermanas Arantza y Dulce Burutxaga, al pie de su puesto de productos cárnicos, profusamente decorado con muérdago por aquello de repartir buena suerte. “Hay muy buen ambiente y estar en el pueblo es una garantía. La gente ya sabe que vendemos producto local, artesano y casero, arraigado a esta tierra, y tiene muy buena salida. Pese a que una morcilla o un chorizo no suelan ser ingredientes de la mesa de Navidad, sí se regalan. Cada vez nos encargan más paquetes o cestas. Estamos muy contentas”, aseguran.
De la misma opinión es la hortelana local María del Carmen Márquez, cuando asegura que “mi producto es difícil de sacar, ya que en esta zona hay mucha gente con huerta propia, pero lo cierto es que ha salido bastante de lo que he traído”, aseguró. En concreto, verduras y frutos de temporada: nueces o calabaza, e incluso patatas chinas, que según explica, “dan un toque especial en cremas, purés y tortillas”. Por su parte, las mujeres voluntarias al frente del puesto de la ONG Andra Mari Nahuel Luapi también estaban contentas de haber asistido al mercado. “No sabemos si porque ha coincidido que es viernes y hay mucha gente ya de vacaciones, o por la gran cantidad de aitas y amas que han salido a la calle a oír cantar villancicos a los niños, pero lo cierto es que ya antes del mediodía se notaba movimiento”, argumentan.
La cita también sirvió para dar a conocer el trabajo de artistas de la comarca, como la profesora de cerámica Susana Corbella o el creador de Quejana Santiago González, que acercó a la cita auténticas joyas escultóricas en forma de olentzeros y maridomingis, así como vasijas de cerámica, quemadores y similar. “El domingo inauguro en la parroquia de San Juan Bautista de Quejana una exposición que permanecerá hasta febrero”, informa. En este caso no tendrán temática navideña, sino que será una colección de medio centenar de piezas torneadas que “luego transformo de manera individual en unos casos en celosías, en otros en vórtices o enredos, e incluso estelas que se vuelven hacia sí mismas; así como otras figurativas. Representaciones alfareras, propiamente dichas, de gizajos: hombres que se arrugan ante la adversidad, que últimamente hay abundancia de ellos”, bromea el artista.
También mañana, pero a las 10.00 horas, partirá desde la misma plaza Juan Urrutia la tradicional subida al Babio que organiza Amurrio Trail Taldea, aunque esta edición llega con su lado solidario triplicado. Y es que, gracias a la asociación Montes Solidarios y al club de ocio Gazte Alaiak de Apdema, podrán hacer cima Santos Urrutia, Borja Campos y Ane Urkijo. Tres vecinos que, por sus discapacidades, no pueden subir de forma autónoma al monte, por lo que verán cumplido uno de sus sueños. Una vez en la cima y, tras 5,5 kilómetros, se realizará una foto de familia junto a la estatua del Montañero que corona esta cumbre, en la que también tomará parte Olentzero. De vuelta en la plaza Juan Urrutia se podrá participar en una chocolatada con bizcochos, txistorra con pan, vino y refrescos.