VITORIA - Un total de 14 familias han recurrido al programa de prevención de violencia filioparental puesto en marcha este año por el departamento de Políticas Sociales y Salud Pública del Ayuntamiento de Vitoria dirigido a familias con hijos entre 12 y 17 años. La intervención ha llegado por ahora a 39 personas, ya que, además de a los adolescentes, también implica al entorno familiar. El objetivo de este programa es hacer frente a una nueva forma de violencia dentro de casa que sitúa a los padres como víctimas del abuso ejercido por sus propios hijos. “Queremos anticiparnos, reducir comportamientos inadecuados antes de que se produzcan agresiones físicas y la situación se agrave”, remarcó ayer el concejal Peio López de Munain. Incidió, además, el responsable del departamento en cómo la violencia intrafamiliar se ha convertido en los últimos años en un problema visible y motivo de preocupación y alarma para el conjunto de la sociedad. Ya no es algo que pertenezca exclusivamente al ámbito privado del hogar.
En 2016, la Policía Local instruyó 9 atestados por episodios de violencia de hijos a padres; detuvo a un menor de edad e investigó a otros dos. Los expertos calculan que sólo el 10% de los progenitores presentan denuncia y que estas se producen en casos extremos, en los que la situación ya es insostenible. “Es muy duro para los padres hacer público que están siendo maltratados por sus hijos; además de que se resisten a hacerlo para no criminalizarles”, aseguró López de Munain. “En muchas ocasiones, la violencia sólo es la punta del iceberg. Es señal de que algo está pasando en la familia que no funciona. Si se consiguen destapar y llegar a esos problemas que están por debajo, habrá una mejor convivencia familiar y, por tanto, esta violencia descenderá”.
PROGRAMA PIONERO Plantea una intervención que dura 6 meses en los que se realizan sesiones grupales tanto con adolescentes como con madres y padres, así como sesiones con cada familia. Estos encuentros se complementan con sesiones individuales de refuerzo y asesoramiento. En total, 11 sesiones para padres y madres, 16 para adolescentes, y 8 para familiares a través de las cuales todas las personas participantes van avanzando en los aprendizajes, ejercicios y contenidos.
Los episodios de violencia pueden surgir, por lo general, porque los menores se sienten perdidos acerca de quiénes son y quiénes les gustaría ser; se enfadan, no se sienten escuchados ni entendidos por los adultos. Por su parte, los progenitores no encuentran estrategias para guiarles y ayudarles, y necesitan orientación para saber cómo acercarse a ellos. Este es un escenario que el programa de prevención les ayuda a gestionar.