Vitoria - La violencia machista tiene muchas caras y está presente en todos los ámbitos de la vida a través de expresiones más o menos sutiles, la mayoría de ellas imposibles de cuantificar. Pero hoy, Día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer, es una buena ocasión para constatar que el camino hacia la plena erradicación de esta lacra aún se presenta largo pese a los avances logrados gracias, en mayor medida, al trabajo del movimiento feminista. Los datos, por mucho que sean incapaces de abarcar toda la realidad, ofrecen buenas pistas sobre la magnitud del problema. Atendiendo únicamente a los casos reportados por la Policía Local de Vitoria, la capital alavesa es el escenario de un caso de violencia machista cada dos días. Concretamente cada 2,33, aunque esta escalofriante tasa resulta engañosa porque no todos los casos se denuncian ni salen a la luz, incluso los más graves de violencia física. Por fortuna, eso sí, cada vez afloran más, como coinciden en apuntar todos los estamentos implicados en esta lucha.

Según los datos recopilados por la Guardia Urbana, a los que ha tenido acceso DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, Gasteiz registró entre los pasados meses de enero y octubre 130 casos de violencia de género, por los 108 que se contabilizaron en el mismo periodo del año anterior. Un 20,37% más. Este repunte tiene también su reflejo en los preocupantes registros hechos públicos esta misma semana por la Ertzaintza, que elevan el número de mujeres que a día de hoy cuentan en Álava con alguna medida de protección hasta las 1.045. Son 271 más que el año anterior, casi un 26% más.

De vuelta a los registros de la Policía Local, tanto el número de detenidos como el de investigados por casos de violencia machista también han crecido durante los primeros diez meses del año. Especialmente significativo ha sido el incremento de personas investigadas, 83 este año por las 60 del anterior, lo que supone un 38,33% más. A su vez, la Guardia Urbana ha detenido a un total de 41 personas por violencia machista en la ciudad, una más que en el mismo periodo de 2016. En consecuencia, el número de arrestados e investigados ha pasado de 100 a 124 personas, un 24% más. Por su parte, las diligencias abiertas por este mismo cuerpo policial crecieron en un 31,25%, de 96 a l26. Los datos estadísticos, como ya ha quedado de manifiesto, no muestran toda la dimensión del machismo, pero abruman por sí solos.

Como también lo hacen los recopilados por la Policía Autonómica, que desde el año 2000 cuenta con unos procedimientos de actuación reglados para prevenir y hacer frente al maltrato hacia las mujeres. De entre los protocolos actuales, puestos en marcha en el ejercicio 2006, destaca el sistema de evaluación de riesgos elaborado de la mano de la universidad pública vasca (UPV/EHU) y revisado en 2013, una acción “pionera” en Europa.

Los 1.045 expedientes activos ya mencionados con los que cuenta la Ertzaintza en Álava están clasificados en cuatro niveles en función del nivel de riesgo: El básico, el moderado, el alto y el especial, cuya evaluación es “continua”, con medidas como las llamadas frecuentes a las víctimas. En los casos más graves, a las mujeres que han sufrido violencia se les ofrece un sistema de activación de alarma con localización GPS, una medida de seguridad que a día de hoy tienen asignada 254 mujeres alavesas. La más estricta, que consiste en la escolta personal, está extendida a ocho vecinas del territorio. Además, otras 393 cuentan con una orden de protección o alejamiento dictada por un juez, según los datos recopilados por la Policía Autonómica.

En las casuísticas más graves, a los agresores se les impone también la obligación de portar una pulsera electrónica para asegurar el cumplimiento de esa orden de alejamiento, una medida disuasoria que a día de hoy está asignada a tres personas.

Pese a que el perfeccionamiento de los protocolos también existentes en el ámbito sanitario aún tiene un largo recorrido, tal y como denuncia la psicóloga y terapeuta familiar Norma Vázquez en la entrevista que acompaña a este artículo, la intervención del personal de Osakidetza también ha resultado fundamental en muchas ocasiones para hacer aflorar un mayor número de casos de violencia machista. Según informó ayer el Servicio Vasco de Salud, el sistema sanitario público vasco detectó el pasado 2016 a través de los protocolos establecidos en el programa Zaindu un total de 853 casos de violencia contra las mujeres. De ellos, 435 fueron descubiertos en los servicios de Urgencias hospitalarias, mientras que los 418 restantes afloraron en las consultas de atención primaria de los centros de salud.

El consejero vasco de Salud, Jon Darpón, reafirmó que la lucha contra la violencia machista constituye una “prioridad” para su departamento, que al margen de la articulación de estos protocolos ha impulsado la formación de profesionales sanitarios o la dotación de los recursos adecuados para poder detectar cualquier expresión de violencia de esta naturaleza. Un “compromiso” al que, según Darpón, se une “el fomento de la cultura de la igualdad y la lucha contra la discriminación de género” en la red sanitaria vasca.

mutilación genital En este camino, otra de las medidas más novedosas que ha puesto en marcha Osakidetza durante esta legislatura es un protocolo para detectar la mutilación genital femenina con la colaboración de Emakunde y el propio Departamento de Salud. Según las últimas estimaciones realizadas por los departamentos del Gobierno Vasco que han trabajado en este novedoso protocolo y de la ONG Médicos del Mundo, en Euskadi residen alrededor de 1.000 niñas menores de 14 años procedentes de países en los que la ablación genital es una tradición aún vigente.

detenciones. Ha llevado a cabo la Policía Local de Vitoria entre enero y octubre, una más que el año anterior.

con escolta. Mujeres que en Álava tienen asignada la medida de protección más estricta.