vitoria - La lacra de la violencia machista encuentra en los pueblos pequeños el peor caldo de cultivo posible. Espacios en los que “las mujeres acusan más la presión social y el temor al qué dirán”, normalizando e invisibilizando las agresiones hasta llegar a cronificarse sin visos de solución. En Álava, el diagnóstico de situación de la violencia machista en las Cuadrillas, presentado ayer por la Diputación, evidencia la “preocupante” invisibilización de las agresiones a mujeres en los pueblos de un territorio que destaca precisamente por la abundancia de pequeños núcleos rurales.

Los datos no dejan lugar a dudas. Dejando fuera Vitoria, donde el Ayuntamiento está elaborando su propio informe, el año pasado se presentaron un centenar de denuncias ante la Policía en las seis cuadrillas restante de Álava. Una cifra algo menor que en 2015, cuando alcanzaron las 126, pero que no empequeñece el problema, pues como la autora del estudio, la psicóloga Norma Vázquez, señaló ayer durante su presentación en Artium, son muchos los casos de violencia de género que se mantienen ocultos o no acaban por llegar a manos de la Ertzaintza al no presentarse denuncia.

Del centenar que acabaron en la Policía el año pasado, el mayor número se produjeron en los municipios de la Cuadrilla de Ayala, con 37 casos (30 de violencia ejercida por su pareja o expareja y siete dentro de la denominada violencia intrafamiliar). Los pueblos de la Llanada Alavesa sumaron 20 denuncias (9 a manos de parejas o exparejas, otras tantos intrafamiliar y dos denuncias contra la libertad sexual); En Laguardia-Rioja Alavesa fueron 18 (9 por violencia a manos de sus parejas y 9 intrafamiliar , mientras en la Cuadrilla de Añana fueron 17 (13 del primer caso y 4 del segundo). Gorbeialdea, con 6 denuncias, y Campezo-Montaña Alavesa, con una, completan los datos recogidos en un amplio estudio en el que se realiza un exhaustivo análisis de la situación en todo el territorio, donde la elevada media de edad de las mujeres que residen en los pueblos, superior a los 50 años, también influye. De hecho, un gran porcentaje de mujeres que residen en los núcleos rurales de Álava “lleva enfrentándose a situaciones de violencia durante más de una década”.

atención telefónica El diagnóstico, que formó parte de la jornada Los nuevos retos de la lucha contra la violencia de género y su superación en Araba, inaugurada ayer por la diputada de Servicios Sociales, Marian Olabarrieta, con la presencia de la Asociación Clara Campoamor, considera prioritario trabajar la violencia machista con las mujeres mayores pero “no exclusivamente con la que la sufre por parte de su pareja, sino la que se pueda estar tolerando por parte de otros familiares”. También considera vital que todas las cuadrillas cuenten con el personal, los recursos, la formación y las herramientas necesarias para la atención de las víctimas de violencia, y propone la creación de una red segura para las mujeres que se enfrentan a la violencia.

La abundancia de reducidos núcleos de población aislados entre sí y con la propia capital alavesa no ayuda a paliar el problema, pues es en Vitoria donde se concentran la mayor parte de los recursos para ayudar a las mujeres que sufren la violencia machista. En este sentido, el año pasado el servicio de atención telefónica Satevi, destinado a ayudar a víctimas de violencia machista, familiares y personas interesadas en ayudar, recibió 25 llamadas desde localidades de la Cuadrilla de Ayala y otras tantas desde Campezo-Montaña Alavesa, pero ninguna de las cuatro Cuadrillas restantes.

Este problema de aislamiento se traduce a la larga, señala el estudio, “en un abandono de su espacio de residencia habitual, siendo frecuente que muchas de ellas se trasladen definitivamente” a Vitoria y viéndose obligadas así a “abandonar” su pueblo “por temor a la presión social o por no tener la posibilidad de poner suficiente distancia física del agresor y su entorno, lo que resulta un problema ya que supone un apoyo, no explícito, a los agresores y no a las víctimas”.

Por eso, el estudio de la psicóloga Norma Vázquez considera “vital” que todas las cuadrillas cuenten con el personal, los recursos, la formación y las herramientas necesarias para la atención de las víctimas de violencia, además de plantear la necesidad de “iniciar una reflexión sobre la reparación social con las víctimas que vaya más allá de la atención individual y que muestre el apoyo real de la sociedad” y “crear una red segura para las mujeres que se enfrentan a la violencia en los núcleos rurales”.

99

El año pasado se registraron un centenar de denuncias por violencia machista en las comisarías de la Ertzaintza del territorio. Por cuadrillas, en Ayala se presentaron 37, en Llanada Alavesa 20, en Laguardia-Rioja Alavesa 18, en Añana 17, en Gorbeialdea 6 y en Campezo-Montaña Alavesa 1.

126

Aunque el número total de denuncias se redujo el pasado año respecto a 2015, cuando fueron 126, el diagnóstico de violencia machista en el territorio señala que son muchos los casos que permanecen ocultos año a año o que no acaban en manos de la Policía o los servicios sociales.

50

En 2016 el servicio de atención telefónica (Satevi) contra la violencia machista recibió 50 llamadas entre las seis cuadrillas del territorio -sin contar Vitoria-, de las que la mitad llegaron de la Cuadrilla de Ayala y las 25 restantes de Campezo. En el resto de cuadrillas no se registraron llamadas a este servicio.

10

Un alto porcentaje de las víctimas sufre violencia machista desde hace más de una década.