vitoria - “¡Hoy todo de calidad!”, publicitaba su mercancía una de las vendedoras del mercadillo que desbordaba las aceras de la recta que conduce a Agurain. Razón no le faltaba, ya que todos los elementos que ayer se dieron cita en la feria ganadera de la localidad alavesa rezumaban excelencia por los cuatro costados. Como cada año, el espacio festivo se dividió en cuatro áreas diferenciadas. La primera combinaba dos elementos muy vinculados al medio rural: el ganado y la maquinaria agrícola, que este año incorporaba una nueva carpa frente a la Iglesia de Santa María; la segunda, dispuesta a lo largo de la Calle Mayor y la Plaza San Juan, dedicada a la gastronomía artesana y a la artesanía, con un total de 52 puestos; la tercera, en la plaza, rendida a los encantos del Idiazabal y que este año contaba con la presencia como invitada de la Asociación de Apicultores de Álava, y la cuarta, un poco más alejada del concepto tradicional de la jornada pero tan bulliciosa y exitosa como las demás, la correspondiente al mercadillo. Nada menos que 102 stands, muchos más que el año pasado, en los que se podían encontrar desde camisetas de Neymar Jr. hasta jamón de bodega, pasando por la más variada oferta textil, musical... “Cada año hay más, un día van a llegar hasta Errekaleor”, comentaba un vecino.
El sentido del olfato guiaba a los enamorados del queso de pastor hasta el epicentro de la feria, donde ocho productores exponían sus preciadas elaboraciones. La elección, complicada: Idiazabal natural o ahumado. Mucha degustación y ventas en consonancia. 10 euros por medio kilo de ahumado previa cata ofrecida por la propia Maider Unda, uno de los rostros más conocidos del recinto, y a seguir el camino. Satisfacción garantizada.
Mientras unos compraban, otros cataban encaramados al escenario principal. En litigio, el preciado galardón que acreditaría al vencedor del concurso de queso Idiazabal. Cada una de las tres mesas encargadas de nombrar a los ganadores de la prueba estuvo integrada por un pastor de un herrialde que no fuese Álava, un técnico de cata encargado de guiar los pasos del grupo, y un invitado. En esta edición, los afortunados fueron Juan José Martínez de Viñaspre, Anemias, un técnico de Turismo y la presidenta de la Asociación alavesa de Apicultores, Apial.
La en principio agradable tarea de decidir cuáles de los 13 que participaban en el concurso debían ocupar los primeros puestos del escalafón, conllevaba, sin embargo, un reverso estricto. Los especialistas impusieron un criterio inflexible a la hora de valorar y todos y cada uno de los factores -olor, sabor, peso, apariencia externa e interna, textura...- y no se aceptaron apreciaciones ajenas al sendero establecido. Finalmente, el vencedor fue La Leze, de Ilarduia, seguido de Patxi López de Uralde, de Larrea, y de los hermanos Audikana, de Gereñu.
El poder de convocatoria de la feria quedó, un año más, constatado a la vista del gentío que dio color a las calles y abarrotó los puestos. Ivan García Alonso, de Colindres, dedicado a la venta de conservas artesanas de la firma María Pilar Miguel Albo, explicaba que desde hace 15 años visita Agurain en esta fecha y que no falla ni una edición. “Es una de las citas que no falla, ha mantenido alto el nivel de ventas incluso en los años de la crisis”, aseguraba. “Además, la gente es muy agradable y nos trata de maravilla”, agregaba mientras ofrecía degustaciones a un grupo de clientas.
En el área ganadera, nada menos que un centenar de cabezas de equino, medio centenar de ejemplares de vacuno perteneciente a las razas pirenaica, pirenaica parda, alpina y lumousin, burros de las Encartaciones, pottokas, cerdos, ovejas, cabras, pollos y gallinas. Uno de los platos fuertes de la jornada, en lo que a animales se refiere, fue el Concurso de Euskadi de Caballo de Raza de Monte del País Vasco. Un tradicional certamen, compuesto por multitud de categorías, en el que los ganaderos pasearon a sus ejemplares por el carrejo de la localidad para deleite de todos los asistentes.
Junto a los animales, la impresionante exposición de maquinaria agrícola. Una colección de tractores y artefactos de dimensiones descomunales y llamativos colores equipados con los más sorprendentes y novedosos accesorios. Un imán irresistible para los txikis, que no paraban de encaramarse a las escalerillas mientras los adultos jugaban a adivinar las funcionalidades de los aparatos en cuestión. “Este pasa y bruuuuum, te lo deja todo arado”, aclaraba uno de los expertos a la concurrencia.
En el centro de la localidad, Oliver Gil, apicultor de Montaña Alavesa más conocido en Internet como elguardiandelasabejas.com, compartía sus amplios conocimientos sobre las abejas con todos aquellos que se acercaban a interesarse por el tema. Les ofrecía catar diferentes tipos de miel, les detallaba el proceso de elaboración del producto y les mostraba los panales. “Este año venimos como invitados, pero esperamos repetir muchas ediciones más”, apuntaba.
Cuatro áreas. Ganado y maquinaria agrícola, gastronomía artesana y artesanía, quesos de pastor y mercadillo.
Gran afluencia. Ocho puestos de queso Idiazabal, 52 de artesanos y alimentación artesanal, y más de un centenar de puestos de venta en el mercadillo.
Maquinaria. Los asistentes pudieron contemplar una extensa colección de tractores, cosechadoras y aparatos de las principales marcas del mercado como Fendt, Valtra, New Holland, Deutz Fahr, John Deere o Stihl.
Demostraciones. Las calles de Agurain se convirtieron en un escenario de las más variadas demostraciones. Se pudo observar a mujeres amasando y cocinando talos, artesanos friendo rosquillas, cocineros asando pimientos o expertos tallando en madera con motosierras, entre otras presentaciones.
Invitados. La organización del evento invitó este año a la Asociación alavesa de Apicultores, Apial, que realizó labores divulgativas sobre las abejas y la producción de miel.
Galardonados. Los ganadores del concurso de queso Idiazabal fueron La Leze, de Ilarduia, Patxi López de Uralde, de Larrea, y los hermanos Audikana, de Gereñu.
Este artesano de Colindres, especializado en la venta de conservas, lleva 15 años asistiendo a la convocatoria alavesa.
150
El área dedicada a la ganadería reunió, sólo entre cabezas de equino y bovino pertenecientes a las razas pirenaica, pirenaica parda, alpina y limousin, 150 ejemplares. Además, hubo burros de las Encartaciones, pottokas, cerdos, ovejas, cabras, pollos y gallinas.