Laguardia - Aunque habitualmente las vendimias en Rioja Alavesa se hacen de manera escalonada para aprovechar el mejor momento de la uva, en esta ocasión no quedará más remedio que hacerlo de esta manera, ya que allí donde heló el pasado 28 de abril y posteriormente volvió a brotar el fruto hay un retraso de unos 20 días con respecto a las cepas que no se vieron afectadas. Por suerte, en líneas generales, los técnicos de la Casa del Vino de la Diputación Foral de Álava han apreciado que las últimas dos semanas han sido “muy favorables”, con temperaturas altas durante el día y frescas durante la noche, lo que está favoreciendo el rápido desarrollo de la viña y un estado sanitario “muy satisfactorio”.
La tónica dominante de la viña de Rioja Alavesa es a día de hoy la “heterogeneidad” entre parcelas e incluso por cepas. La helada, allí donde afectó, destruyó en diversa medida la vegetación, en muchos casos en la práctica totalidad, lo que ocasionó brotaciones secundarias que iniciaron su ciclo más de tres semanas por detrás de las brotaciones primarias. Por ello, existen viñas con bastantes días de diferencia en su desarrollo respecto a otras situadas en parajes próximos. Incluso en cepas parcialmente afectadas por la helada se pueden ver racimos de ambas brotaciones, unos perfectamente coloreados y otros apenas en cerramiento de racimo.
En las cepas en las que se helaron la totalidad de los brotes, al ser los racimos poco numerosos, la maduración sigue prácticamente pautas normales de evolución. Mientras tanto, donde persisten racimos de madera vieja y joven se aprecian grandes desigualdades, que la Casa espera “corregir” de aquí a la vendimia. - P.J.P.