Amurrio - Tras dos intensas jornadas de fiesta, Amurrio afrontó ayer el día grande de las cuadrillas, que compartieron protagonismo con la celebración del XXI mercado agrícola en la plaza Juan Urrutia. La nota predominante de la jornada fue el calor, con los termómetros marcando 31 grados a la sombra. Con todo, los que más lo acusaron fueron los baserritarras y artesanos, quienes lo soportaron con estoicidad bajo los toldos de la plaza Juan Urrutia. “Vamos a pedir que la próxima edición intenten no poner los puestos de verdura de cara al sol porque la mercancía se echa a perder y no llama la atención”, señaló la hortelana local María del Carmen Márquez, que no perdió la sonrisa pese “a lo flojo de las ventas”.
El sol excesivo de ayer no fue bien recibido, ya que restó afluencia de público. “Han coincidido muchos actos y este calor tampoco ayuda, aunque al ser lunes ya preveíamos que la cosa iba a estar floja porque mucha gente trabaja”, apuntó la pastora al frente del puesto de la quesería Ibarrola de Menoio. Al que le vino de perlas fue al joven local Mikel Latorre, que se estrenaba en el mercado con su nueva cerveza artesana Aiaragardo Apa! No dio abasto sirviendo zuritos y cañas, mientras explicaba que “llevo en esto poco más de un año y comercializando el producto tan solo tres meses, aunque lo de catar cervezas me viene de más atrás”. La flor de lúpulo que da el toque de amargor a su creación “la cultivo en mi huerta, pero me veo obligado a importar de Inglaterra la cebada malteada porque aquí aún no tenemos mucha cultura cervecera ni proveedores”.
El recinto fue un continuo pulular de personas que aprovecharon para llenar sus despensas con los mejores productos del agro vasco. “Este año esta siendo un tanto raro para las huertas. Las heladas de San Prudencio estropearon la fruta que esperábamos para julio. En cambio, la de agosto, frambuesas, peras, manzanas, sauco o moras, estamos teniendo en grandes cantidades por estos cambios de hoy llueve y mañana nos asamos de calor. Año malo para el turismo pero bueno para la fruta. Eso sí, al tomate le esta costando coger color”, resumió Mikel Kormenzana, elaborador de mermeladas de Orduña.
En total fueron 43 expositores de toda Euskal Herria los que acercaron sus productos caseros y artesanos a Amurrio. En hortalizas hubo cinco expositores, en txakoli otros dos, en queso diez, y en pastel vasco y pan otros nueve. A ellos se sumaron doce de productos variados, tales como conservas de pescado y moluscos, semillas, licores artesanos, cerveza, mermeladas, derivados de pato, zumos o carne, como la de vacuno charolés del ganadero Joseba Ibarrola de Saratxo.
No faltaron las artesanías con maestros en cerería y cosmética ecológica, joyería, muñecos y complementos de goma eva, cerámica alavesa, abarcas y cuero, entre otros. Sin embargo, los puestos mejor presentados fueron, del tercero al primero, el de la quesería Ziorregui de Inoso, el de la mielera ayalesa Leire Ibarrola de Izoria, y el del productor local de hortalizas, verduras y zumos ecológicos, Alberto Campo, que se hizo con el trofeo. Sorprendieron con trabajados decorados en los que las ovejas lucían gafas para leer el programa de fiestas, el morado del brezo de Sierra Salvada invitaba al vuelo de una abeja bordada con primor y los calabacines llevaban tatuada la leyenda Amurrioko Jaiak.
Otros que ayudaron a que el día de las cuadrillas triunfara fueron los integrantes de la Sociedad Micológica Arriola. Era la sexta edición consecutiva que deleitaron los paladares con una degustación de setas al simbólico precio de 0,50 euros, y su éxito fue indiscutible. “Hemos preparado solo champiñones, porque los pleurotus que habíamos encargado no han llegado en buen estado, y a ellos les hemos añadido cebollas y zanahorias, que repartiremos en torno a 900 raciones”, explicó el presidente de la entidad, Fernando Egiluz.