Vitoria - En San Fermín hicieron un año sobre los escenarios. Más de 365 días tocando sobre todo por el País Vasco, en los que todavía no habían pisado la capital alavesa. Hoy por primera vez, los seis estudiantes que forman Huntza serán los encargados de poner ritmo a esta noche. Josune Arakistain con su trikitrixa y Uxue Amonarriz con su pandero, quienes también son la voz de este grupo, los hermanos Inhar y Aitzol Eskisabel bajista y guitarrista del sexteto, el violinista Aitor Huizi y Peru Altube a la batería defenderán su disco Ertzetatik en este día de La Blanca.

¿Cómo se lleva trabajar mientras la gente está de fiesta?

-La verdad es que es bastante duro, porque por una parte mientras estás tocando, tu público está de fiesta y por la otra, tus amigos, sobre todo los fines de semana, están a lo suyo. Así que, en ese sentido, es complicado porque te pierdes muchas cosas, pero intentamos compensarlo tomándonos algo todos los del grupo después de los conciertos. En concreto en Vitoria todavía no habíamos tenido la suerte de tocar y será la primera vez estas fiestas. Aunque, con los amigos y en la noche universitaria de los jueves sí hemos estado más de una vez (risas).

¿Cómo surgió la idea de montar un grupo de música?

-Todo empezó hace unos tres años. En primer lugar, nos conocimos Josune, que toca la trikitrixa, y yo. Estábamos en Bilbao en un trikipoteo del ambiente estudiantil en el que Josune tocaba. Yo muchas veces iba con el violín a salsear un poco y esa noche se me acercó para proponerme formar parte de un grupo que se estaba planteando montar. Así los dos fuimos buscando al resto de integrantes. Empezamos a quedar, a experimentar un poco y a pillarnos el truco los unos a los otros. Luego Josune vino con sus temas para plantearnos tocarlos entre todos. En esa fase de experimentación estuvimos dos años y decidimos dar unos conciertillos para grabar un disco aunque fuera para dárselo a nuestros amigos con el dinero que sacáramos. Luego a Joseina Etxebarria de Gaztea se le ocurrió ponerlo en la radio y hasta hoy.

¿Por qué llamarse Huntza?

-Es una historia un poco graciosa, porque la gente siempre nos pide el significado y la trascendencia, pero la realidad es que necesitábamos un nombre para nuestro primer concierto y no lo teníamos. Entre nosotros empezamos a meternos prisa porque lo necesitábamos urgentemente. El guitarrista del grupo, Aitzol, mientras desayunaba en su casa vio desde la ventana de su cocina una hiedra en la pared, que se dice huntza en euskera. Nos lo propuso y nos pareció perfecto, así que fue así, de una manera muy tonta. Encima la hiedra de aquella pared estaba muerta, que resulta curioso si eres supersticioso.

Se conocieron en la facultad, ¿cómo compaginan los estudios con mantener el grupo?

-Es duro, porque tienes que sacrificar muchas horas. Durante el curso solo hemos tenido conciertos los fines de semana, por lo que sobre todo el esfuerzo ha sido entre semana para adelantar trabajo. En mi caso, he tenido que ir y volver los fines de semana porque ahora estudio un posgrado en Barcelona y vivo allí, entonces es más complicado que cuando nos conocimos, que estábamos todos en el País Vasco. Pero bueno sobre todo es sacrificar muchas horas de sueño.

¿Cómo vivieron la grabación del disco?

-Como te comentaba, con la grabación nuestro objetivo era recopilar nuestros temas, sacar unos 50 CD y dárselos a nuestros amigos. Al final, mediante nuestro técnico del estudio, Joseina Etxeberria de Gaztea escuchó la canción Aldapan Gora, le encantó y decidió que había que ponerla en la radio. A partir de ese momento la gente nos empezó a preguntar que para cuándo el videoclip y a ver que más temas teníamos y al final presentamos el disco en la Azoka de Durango y desde entonces todavía seguimos en el cielo. Además como no teníamos ni muchos ingresos, ni mucho tiempo, grabamos el CD de una forma muy íntima y muy para nosotros, por lo que todo esto nos pilló un poco por sorpresa, pero estamos muy ilusionados de que la gente valore nuestro trabajo.

¿Cómo es el proceso de componer un nuevo tema?

-Generalmente no tiene uno el encargo de componer, cualquiera es libre de traer su tema a los ensayos y comentarlo entre todos. Pero la chispa creativa hasta ahora casi siempre la ha tenido Josune, la trikitilari. Ella nos propone temas o melodías que crea y luego cada uno va aportando su granito de arena y pasa de esa fase de trikitrixa y voz, que ella aporta, a lo que se conoce en el disco, que lo hacemos entre todos. Una cosa bastante llamativa es que lo que toca cada instrumento lo ha propuesto él mismo, cada uno toca lo suyo, lo que le sale y entre todos montamos la versión definitiva.

Algunos de sus temas se ponen mucho en los bares y ambientes de fiesta, ¿cómo se sienten cuando escuchan sus canciones?

-Personalmente, me da mucha vergüenza. Cuando entras a un bar y ponen tu canción a veces me dan ganas de salir. Da más vergüenza por la reacción de tus amigos hacia ti que el hecho de que la canción esté sonando, porque hace ilusión también.

De cara al futuro, ¿tienen algún proyecto a corto plazo?

- Por ahora, este verano nuestro objetivo es defender el disco allí donde vayamos, sobre todo en el País Vasco. Respecto a algún nuevo tema o disco todavía no entra en nuestros planes. Sí que estamos creando algunas cosillas, pero de una manera muy marginal porque seguimos centrados en los conciertos, que tenemos bastantes.