- Los blusas y neskas superaron con nota el ensayo general del pasado martes y ya centran todos sus esfuerzos en disfrutar de una nueva edición de La Blanca que, desde el viernes, va a sumergir en un ambiente de fiesta y jolgorio a la capital alavesa, pasando por encima y arrinconando las tensiones sufridas en el colectivo de 4.500 integrantes de las 26 cuadrillas.

El martes en el Día de Santiago hicieron su primera kalejira como Federación de Blusas y Neskas, ¿qué balance realizan del estreno?

-Tras analizarlo después de haber pasado varios días, el balance de esa primera presencia nuestra en la kalejira es positivo. Más allá de la irrupción y nacimiento de la Federación dentro del panorama festivo de Vitoria, lo que hemos logrado entre las 26 cuadrillas de Vitoria es dar una imagen normalizada, y ese era también otro de los objetivos. En lo que a las siete cuadrillas de la Federación respecta, hay que reconocer que hicimos el paseíllo a la carrera. Uno de nuestros compromisos era terminar el desfile antes de que empezasen los de la Comisión y dejar el camino despejado porque de lo contrario, no haberlo cumplido nos hubiera supuesto haber ido los últimos durante todas las fiestas. La gente de nuestras cuadrillas lo entendió muy bien y respondieron de igual manera.

Fue una semana de infarto, tensión y reuniones para llegar a dar el visto bueno a ese doble desfile

-Esa semana anterior al Día del Blusa y la Neska fue de reuniones con el Ayuntamiento. Al final se alcanzó un acuerdo y la Comisión cedió. Ellos no nos querían ver en las calles aludiendo a que el paseíllo era cosa suya y que no teníamos porque estar allí. Finalmente se dieron cuenta de que también somos blusas y neskas de Vitoria y lo que queremos es todos lo mismo: tener unas fiestas tranquilas. Yo creo que ese acuerdo fue un buen principio de negociación y vamos a llegar a acuerdos, lo tengo muy claro.

Al final, como en toda negociación, todas las partes cedieron para alcanzar un punto de consenso.

-Inicialmente la Federación hizo tres propuestas para el paseíllo. La primera era hacer un sorteo, como todos los años, entre todas las cuadrillas y encargarnos gente de Comisión y Federación de organizar este asunto. No fue posible el acuerdo porque entiendo que ellos ya tenían hecho el sorteo y volver a cambiar todo esto es un lío, y es algo que entendemos. La segunda propuesta era la de salir un día primero la Comisión y al siguiente la Federación, intercalando los días. La tercera consistió en salir a las 16.30 y hacer el regreso a las 20.00 horas para no entorpecer a la Comisión.

Sobre la campana se libró el Día de Santiago con el acuerdo pero ¿qué puede ocurrir a partir del 5 de agosto con las kalejiras que restan durante La Blanca?

-Tenemos que hablar y no puedo adelantar ni comentar nada más. Hay que tratar y abordar este tema para ver que es lo que se decide entre todos.

Al espectador que estuvo viendo el desfile ¿se le pueden explicar las causas y motivos de la escisión?

-En su día ya enviamos un comunicado a la prensa, cuando tuvo lugar el hecho el pasado mes de octubre. La gente cree que es por la sanción o por lo sucedido en la jornada del 9 de agosto del año pasado. Sin embargo el problema no radica ahí. La cuestión viene de atrás. Durante los últimos años la gestión de la Comisión no ha sido la adecuada y la gente que nos hemos marchado, hemos dicho hasta aquí hemos llegado y no queremos seguir con esta forma de llevar las cosas. De esta manera hemos emprendido algo nuevo y otra forma de ver las fiestas y organizarlas.

¿Comprende que haya gente que no entienda esta división y lo vea como algo ilógico?

-Creo que todos somos cuadrillas y está muy bien que todos estemos unidos, pero cuando dentro hay una fractura u opiniones contrapuestas, los mejor es decidir y optar para que cada uno trabaje a su manera.

La división y desunión ya es irreconciliable o se pueden dar en el futuro acuerdos e incluso volver a converger dentro de un tiempo.

-No lo sé. Ahora con esta perspectiva de tiempo no se puede decir y es algo que el tiempo se va a encargar de desvelar y el futuro dirá.

Visto desde fuera parece también una cuestión de rencillas o diferencias personales entre los miembros de uno y otro bando. ¿Hay algo de eso?

-De rencillas y disputas personales, no. Es la forma de trabajar durante los últimos años y la manera de tomar las decisiones con las que no estamos de acuerdo y ante esa situación optamos por la decisión de salirnos de la anterior entidad.

Salvando las kalejiras de este año, de cara a 2018 la fractura creada va a obligar a seguir negociando durante el año.

-Está claro que a partir del próximo mes de septiembre, cuando ya terminen las vacaciones y con la vuelta a la normalidad del curso, nos sentaremos todas las partes a hablar e intentaremos normalizar. Entiendo que haya enfados y gente encendida con nosotros al habernos ido. Al final es una cuestión de normalizar el tema y aceptar a la Federación como un ente legalmente constituido y que estamos para trabajar por lo mismo.

Uno de los puntos de disputa ha sido el de concretar quien encabeza los desfiles, ¿tan importante es ocupar la parte inicial del desfile?

-Nuestra primera propuesta fue seguir como hasta el año pasado, con un sorteo y salir como siempre. Comisión nos dijo un no rotundo a esto. La segunda opción fue la de tener todos el mismo grado de igualdad. Ellos defendían que era un acto de Comisión, que tenían todos los derechos y que nosotros nos habíamos marchado. Yo creo que lo mejor es sentarnos, hablar e intentar solucionar esto cuanto antes.

Quien lo ve de fuera remarca que el paseíllo o kalejira se hace cada vez más largo, es más monótono y aburrido. ¿Sería conveniente buscarle alguna vuelta o novedad para hacerlo más ligero?

-Nosotros el Día de Santiago arrancamos a las 16.15 horas y a las 16.45 estaba la calle limpia y vacía y además hay fotos. A las 17.05 habíamos terminado el paseíllo. A las 17.00 horas arrancó la Comisión con sus 19 cuadrillas y 55 minutos después todavía salía de la calle Dato la primera cuadrilla, y son 19. Hay que imaginar que si todavía hubiera siete más lo que eso se iba a alargar. A nivel de la gente y espectadores yo creo que ya es aburrido y siempre se ha intentado e incentivado para que los paseíllos sean rápidos. Pero ya sabemos lo que pasa, uno se tumba, otro también y así es muy complicado. En el caso de la vuelta a las 21.15 terminamos el paseíllo y por la calle Independencia, que es un recorrido más corto, todavía no se veía nadie del otro desfile. A nosotros si que nos gustaría que se lograra de cara a la ciudadanía hacerlo mucho más ligero.

Son las primeras fiestas de una entidad como la Federación de Blusas y Neskas, aunque se trata de siete cuadrillas ya consolidadas y con una amplia tradición festiva.

-Es un aliciente y lo hemos tomado con mucha ilusión y de una manera muy seria. Queremos que esto fluya, siga adelante y hacer cosas nuevas. Las siete cuadrillas que estamos, nos caracterizamos por estar muy bien avenidas, cuatro de ellas son de las más antiguas de Vitoria. Tenemos un sentir general de recuperar las fiestas de antaño y trabajar de otra manera donde tenga peso la decisión de todos. Con esta afirmación no me estoy refiriendo ni señalando a la manera de actuar y trabajar de la Comisión. Ellos trabajan de una manera nosotros de otra y no hay nada que achacar.

Esa ilusión de los debutantes contrasta con la dificultad de contar con subvenciones y ayudas públicas en este primer año en el que no cuentan con nada de dinero desde el Ayuntamiento.

-Lo hemos gestionado de manera que cada cuadrilla ha hecho una aportación inicial de 500 euros en la Federación. Luego también hemos intentado recortar nuestras cosas, pero todo va a salir adelante. Por ejemplo, el acto de entrega de la Abarka de Oro del Día de Santiago nos costó un dineral, pero salió bien. Las subvenciones si tienen que venir, ya llegarán el año que viene.

De cara a 2018 ya recibirá la Federación una subvención, como los 55.000 euros que le han concedido a la Comisión este año. Ha habido un recorte de 15.000 euros desde el Ayuntamiento, aludiendo al descenso de siete cuadrillas en el colectivo. ¿Esperan recibir esa cantidad en el convenio del año próximo como cantidad proporcional que les corresponde?

No lo se si será esa la parte destinada a nuestras siete cuadrillas. Entiendo que una subvención de 70.000 euros destinada a 25 cuadrillas, lo que no hubiese estado bien es destinar esa misma cantidad cuando hay siete cuadrillas fuera. Lo que se va hacer con esa cantidad, no lo se. Nosotros hemos llegado a plantear que lo donen incluso.

Fruto de esa escisión la Comisión se ha quedado con la gestión de la txosna de la plaza del Matxete. ¿Les hubiera gustado disponer también de un espacio como ese?

-Lo llegamos a plantear pero nos indicaron que la txosna corresponde a la Comisión. Si que el Ayuntamiento no dio la opción de montar una txosna en otro emplazamiento, pero dado el escaso tiempo del que disponíamos decidimos no meternos en esa aventura.

De cara al futuro platean que alguna de las cuadrillas integradas en la Comisión pueda tomar el mismo camino que los siete integrantes escindidos y formar parte de la Federación.

-Llegará el momento en el que la gente tenga que decidir si está a gusto en cada sitio, y en caso contrario irse y moverse. Nosotros no vamos a obligar a nadie a que venga. Cada cual sabe lo que tiene que hacer.

Como Federación de Blusas y Neskas también tienen organizados sus propios actos para este ciclo festivo de La Blanca 2017

-Efectivamente. El lunes día 7 de agosto vamos a hacer una gran chocolatada en la plaza de la Virgen Blanca, a las 18.30 horas, después del paseíllo. Tenemos la colaboración de Lacturale Araski, Panaderías El Talo y la Asociación de Pasteleros de Álava que tenemos la suerte de que nos hacen el chocolate. El martes 8 de agosto la intención es hacer una kalejira nocturna conjunta de las siete cuadrillas de la federación. Será un día en el que habrá poca gente en Vitoria. Desfilaremos las siete cuadrillas con las fanfarres, por la noche, por un recorrido desde el museo Artium, subiendo por la Cuesta, bajar a la Virgen Blanca y en la escalinata de San Miguel, a última hora, hacer un recital de fanfarres y hacer escaleras, que es lo que hacemos siempre.