Las vacaciones suelen ser sinónimo de sol, playa, y sobre todo, descanso. A menudo se asocia con desconectar de la rutina y tomar fuerzas para la vuelta al trabajo. Durante este parón laboral, en cambio, pueden realizarse otras actividades en la época vacacional, como ayudar a los demás.

Es el caso de Juan José Muguruza, un alavés residente en Bilbao que recientemente ha participado por en un programa de cooperación internacional. Concretamente, tomó parte por cuarta vez en el programa CooperantesCaixa de la Fundación bancaria La Caixa. Muguruza lleva veinte años como director ejecutivo de la zona norte en esta entidad financiera, y es precisamente su experiencia en el sector banquero lo que le ha llevado al extranjero a compartir su sabiduría del sector.

“No se trata de ir a dar lecciones de nada, sino de ponerse a su lado y ayudarles en lo que necesitan”, aclara. Es decir, no realizar sus labores, sino alentarles a hacerlo.

La última experiencia se remonta al 26 de mayo. En esa fecha partió junto al resto del equipo de voluntarios hacia Huancavelica, el territorio más pobre de Perú. Su misión allí fue desarrollar la actividad económica en la región a través de la alpaca, un animal en la zona similar físicamente a la llama, aunque diferente en peso y altura, ya que no son tan pesadas ni altas como las llamas.

La presencia de este animal en los alrededores de Huancavelica, al norte de Perú, es muy importante para la humilde población local, aunque apenas disponen de una planificación adecuada. Tratar de cubrir esta carencia fue la tarea de Muguruza durante su mes en el país latinoamericano. “Nuestro trabajo consistía en intentar desarrollar un pequeño proyecto con perspectiva comercial y financiera, y desde el punto de vista de la organización del trabajo”, explica. Específicamente, la labor de los voluntarios fue tratar de estimular seis asociaciones de ganaderos de alpacas, integrando la producción, con el objetivo de que pudieran quedarse con más margen de beneficio en el negocio.

Algunas de esas asociaciones se dedican a criar alpacas y cortarles la fibra -equivalente a la lana en el caso de las ovejas- para venderla después, aunque no distinguían la fibra entre sí. Los voluntarios les mostraron como clasificar la fibra en función de su finura, y les aconsejaron quedarse con parte de la fibra para poder elaborar productos de artesanía como prendas.

En este sentido, otras asociaciones tenían intención de trabajar las pieles de forma especializada, eliminando intermediarios, con el fin de poder aumentar su margen de beneficios. Asimismo, se encontraban en proceso de trabajar la curtiduría y la peletería, y requerían de ayuda para profesionalizar el proceso.

En cualquier caso, la utilidad de las alpacas para la población local no se limita a la industria textil. También se puede explotar la carne que deriva de estos animales, a pesar de que no está acreditada plenamente en Perú, y actualmente están en proceso de establecimiento de precios.

La experiencia en Huancavelica es la cuarta de cooperación internacional para Juan José Muguruza, aunque no es la primera vez que pisa suelo peruano con motivos humanitarios. Y es que en su anterior ocasión estuvo en Paita, al sur del país. Su labor allí fue diferente de la de Huancavelica, aunque también guarda relación con su experiencia financiera. Su cometido allí fue tratar de reflotar Caja Paita, una pequeña caja de ahorros con problemas económicos.

En sus dos primeras experiencias como voluntario al frente del programa, Muguruza estuvo también en Sudamérica, aunque en aquellas ocasiones en La Paz. Su función en la capital boliviana fue ayudar a mujeres en situación en riesgo de exclusión social a diseñar un plan de sus proyectos. En esa contribución, las participantes en el programa aprendían oficios y el director ejecutivo de La Caixa enseñaba sus conocimientos económicos, como control de costes y cómo solicitar un microcrédito, así como definirles esquemas sobre su modo de funcionamiento empresarial.

Tras sus viajes de cooperación internacional, Muguruza declara que “ser cooperante es una experiencia fantástica, que ayuda a resituarse en el mundo”. Además, comenta que la sociedad en la que vivimos está “condicionada y obsesionada” por el materialismo, el bienestar, el poder y la riqueza. Por ello, opina que estos colectivos humildes son “más felices”, a pesar de que las ambiciones de estas sociedades sean mucho menores. “Es otra cultura, no tienen tanta formación, pero tienen otros principios, que yo creo que están muy bien”, añade.

ayuda local Aunque Juan José Muguruza no sólo ofrece colaboración fuera de la frontera, sino también en casa. Es originario de Álava, aunque lleva dos décadas residiendo en Bilbao, urbe en la que ayuda en una asociación. En la ciudad vecina trabaja con una asociación que recoge niños en riesgo de exclusión, a la que acude una tarde a la semana para ayudarles en tareas extraescolares. “Al final, intento hacer algo dentro del voluntariado, no sólo fuera sino aquí también, en el País Vasco”, explica humildemente. El director financiero, asimismo, cree que “no hace falta irse tan lejos” para contribuir en la sociedad, puesto que aquí hay diferentes colectivos que necesitan ayuda, como personas mayores, las familias con dificultades económicas y niños que necesitan ayuda en el ámbito educativo.

Respecto a la hipotética quinta vez como voluntario internacional, Muguruza se muestra prudente. “Me pensaré muy mucho lo de volver a la altitud, porque en tres ocasiones he estado a más de 4.000 metros de altitud”, recuerda. Además, confiesa que recuperarse esta última vez le costó “varias semanas”. Igualmente, reconoce que mantiene la ilusión, aunque apunta que los aspirantes a estos programas son el doble que las plazas ofertadas. A pesar de estas circunstancias, el director de la zona norte de La Caixa adelanta que ve factible volverse a inscribir, pero no tiene claro que le vayan a volver a seleccionar. El tiempo decidirá esa incógnita, aunque no cabe duda que la ayuda ofrecida por Muguruza es el granito de arena que muchas comunidades necesitan.

Finanzas. Su experiencia en el campo financiero el motivo que ha llevado a este alavés a viajar en países en vías de desarrollo. Su misión es, concretamente, compartir sus conocimientos financieros a la población local.Alpaca. La presencia de este animal autóctono en Perú es clave para la economía de la población local. La labor de Muguruza durante su voluntariado fue, precisamente, mostrarles el máximo provecho que se puede obtener a través del animal, tanto a través de su pelaje como de su carne.

A través de su profesión de director de entidad bancaria, este alavés firmó numerosos acuerdos en de colaboración humanitaria, aunque dice que siempre le picó la curiosidad de cooperar “de primera mano”.

cifras

4

Ocasiones en las que el director financiero de la zona norte de La Caixa ha participado en los programas de voluntariado del banco. Todas sus experiencias se ubican en Latinoamérica, las dos primeras en Bolivia y las dos restantes en suelo peruano.

210

Niños en riesgo de exclusión a los que Muguruza ayuda en la asociación de Bilbao en la que colabora. Allí acude una tarde a la semana para ayudar a los jóvenes en tareas extraescolares.