elciego - No sabe igual un vino degustado con una música ambiental que el mismo tomado durante un concierto de AC/DC. De la misma forma que tampoco es lo mismo beberlo enfadado o contento. Ése es el mundo en el que se mueve el sumiller Gil Núñez, que una vez más, y en Elciego, fue este pasado sábado más lejos en su cata pública para desentrañar los sentires de las personas lejos del tópico de la comida.

Un año más su intervención se produjo en el parque de la Encina, donde acudieron cuadrillas de amigos y familias provistos de mantas para poderse sentar o tumbar al frescor de la sombra de los árboles y, con el sonido de la música, almorzar mientras disfrutaban de la cata durante el espectáculo Wine&Music, una cata con maridaje dedicado este año a las situaciones diferentes que viven las personas.

La cata estuvo abierta a todas las personas mayores de edad que quisieron participar y en el transcurso de la misma se degustaron vinos tintos jóvenes, crianzas, blancos y rosados, siguiendo los comentarios que iba realizando el sumiller. La diferencia con otras catas es que ésta se realiza con diferentes músicas para introducir al público en los diversos sabores que pueden llegar a propiciar los estados de ánimo a los que se induce el estilo musical que se está escuchando. Pero además, en cada uno de los vinos de Elciego que se cataron, junto a las músicas, se introdujeron experimentos para condicionar aún más la capacidad de los sabores y los olores. Así, no era el mismo sabor cuando se olía un trozo de cuero que cuando se comía una cereza.

El acto, con el que se cerró la programación de Vino y Música en Elciego, presenta novedades cada año y ésa es la razón por la que se va volviendo un evento multitudinario que llena de espectadores-participantes toda la zona verde que se encuentra a los pies del polideportivo de Elciego. - P.J.P.