VITORIA - El ciclo festivo gasteiztarra, entre el Día del Blusa y La Blanca, supone un auténtico esfuerzo físico y económico para las fuerzas y el bolsillo de los blusas y neskas.

A cuánto asciende el presupuesto para aguantar todos los días de fiesta.

-No lo he calculado, ni lo quiero pensar. Para mucha gente es una válvula de escape para estar con los amigos o pasarlo bien. Hay cosas que a través de la cuadrilla se abaratan y terminan suponiendo un gasto elevado. Depende de la cuadrilla y sus cuotas. En el caso de Txirrita aplicamos 200 euros para parados y estudiantes, para Santiago y La Blanca, y la normal son 250 euros, aproximados, en los que se incluye comida, cena, almuerzo, poteo, abono de txaranga y más gastos.

Comentaba que el sentimiento de pertenencia al colectivo de blusas y neskas está al alza, pero también hay quien les atribuye creerse el centro de la fiesta.

-Es una opinión más de todas las que existen alrededor de las fiestas. Hay que respetar ese pensamiento de quienes no les gustan los blusas. Lo fundamental es que las fiestas transcurran en calma y con respeto hacia todo el mundo. Es tan válida su opción de fiesta como la nuestra. No hay nada que achacar de unos a otros.

Abogan también por unas fiestas tranquilas en las que no haya ningún sobresalto y sin las agresiones que se han dado en otros lugares.

-Deseamos unas fiestas lo más pacíficas posible. Que la gente vaya tomando conciencia de todos estos temas. Hay que disfrutar de la fiesta y que la disfrutemos todos y no una única persona. Hay un borrador y protocolo de actuación por si se diera una situación de ésas. Lo que se ha filtrado es el reparto de pañuelos, durante los días de La Blanca con mensajes antisexistas, además de otros soportes y el faldón en el escenario en el que se llama a declarar a la ciudad de Vitoria como libre de agresiones sexistas. - Jose L. del C.