vitoria - Julio, el mes que arrancó ayer, es clave a la hora de abordar el Impuesto de Actividades Económicas (IAE). Un mes que puede marcar un antes y un después en las relaciones entre SEA Empresarios Alaveses y el Ayuntamiento gasteiztarra, que últimamente no pasan por su mejor momento. Lo más llamativo del caso es que dos de las jornadas marcadas en rojo para ello están prácticamente pegadas en el calendario. Tal es el caso de la de ayer, día en el que expiró el plazo dado por el SEA al Consistorio gasteiztarra para que incorporase las deducciones fiscales a las empresas que facturan entre uno y dos millones de euros y el de mañana lunes, en el que arranca el debate de ordenanzas fiscales, entre las que se incluye la propuesta de Urtaran de congelar el IAE, para ser o no consensuada.
En cualquier caso, la expectación está en el aire, máxime en lo que concierne si la patronal alavesa hace efectiva o no su amenaza de llevar a los tribunales al Ayuntamiento por no haber aprobado las reducciones del IAE, tras una modificación en la ordenanza que podía hacer hasta el primer día de julio. Lanzada esta cuestión a fuentes del SEA, que representa a 3.000 empresas y 40.000 trabajadores, prefirieron no avanzar acontecimientos. Y no era por adelantarse mucho al futuro, ya que no había dudas de que el plazo se agotaba sin cambios a la vista. Y, finalmente, el primer día del mes llegó ayer. Pero hasta no pasarlo de forma oficial, es decir, hasta que no transcurriese este fin de semana, SEA ha preferido no decir antes lo que hará. Por eso hay que esperar hasta esta misma semana, donde una nueva rueda de prensa o comunicado dará a conocer su posicionamiento final y si lleva a los juzgados o no su defensa porque Vitoria no haya aplicado las ventajas fiscales del IAE.
La última vez que los empresarios alaveses hicieron una comparecencia pública fue el 9 de mayo, cuando en su sede de Postas, su presidente, Pascal Gómez, acompañado del secretario general, Juan Ugarte, convocó a los medios de comunicación para censurar cómo la falta de consenso municipal había dado al traste esas deducciones para 840 pymes, microempresas y autónomos, que facturando una cantidad determinada se incorporaban por primera vez al tributo. De ahí que no descartaran tomar incluso vías judiciales, si el Ayuntamiento de Gasteiz no lograba un acuerdo entre los partidos sobre las bonificaciones del IAE, que la patronal considera de “obligada aplicación”, de acuerdo a la norma foral 18/2016, que no dudaron en entregar a todos los medios asistentes. No en vano, para la patronal, esta norma foral sobre la incorporación progresiva al IAE “es clara y taxativa” y establece “la obligación” de que las entidades locales la incorporen.
“No cabe otra interpretación” No opinaba lo mismo el equipo de gobierno, quien realizó la respectiva consulta jurídica para saber hasta qué punto llegaba esa obligatoriedad en la aplicación. Y la respuesta es que “quedó claro que era necesario modificar la ordenanza del IAE” antes de poner en marcha los descuentos. De hecho, para la edil de Hacienda, Itziar Gonzalo, “no cabe otra interpretación. De no ser necesario esto, no habríamos planteado la propuesta de cambio de ordenanza del IAE”, aseguró.
Y ahí, en ese debate con los grupos, es precisamente donde vino el lío. Ya que, cuando todo hacía presagiar que el grupo municipal del PP daría su visto bueno a las rebajas del IAE, en el Pleno del día 5 de mayo, cuando llegó el turno de votar la moción, ésta no salió adelante. Los populares argumentaron que no venía a cuento pactar en bloque las ordenanzas para los tres ejercicios, cuando antes nunca se había hecho así. Y que lo mejor era debatirlas cada año. El equipo de gobierno, por contra, quería hacer una senda gradual para tres años: un 75% en 2017, un 50% en 2018 y un 25% en 2019. Y las fuerzas de izquierda (EH Bildu, Podemos e Irabazi) ya habían avisado de que no apoyarían la medida porque “ya es hora” de que las empresas contribuyan a engrosar las arcas municipales ya que, de no hacerlo, el erario público dejaría de ingresar 650.000 euros.
La última oportunidad para que las empresas tengan bonificaciones llegó el 22 de mayo, en la comisión de Hacienda, cuando el PP propuso, de nuevo, pactarlas año a año. Un último intento, calificado de “fuegos de artificio” por la edil de Hacienda jeltzale, porque “sabían” que ya no había tiempo para la tramitación o de “arrepentimiento por culpa de un telefonazo de la patronal”, como llegó a afirmar EH Bildu Gasteiz.
Así, SEA asistió “atónito” a una “incomprensible” falta de sintonía entre los diversos grupos políticos, debido -a lo que la patronal llamó- cuitas y estrategias. Ahora está por ver la suya, si toma o no la vía judicial, como advirtió a Urtaran.
Capítulo aparte será el debate de la ordenanzas fiscales para 2018. En este caso, la propuesta del alcalde es congelar el IAE. Hasta ahora, Podemos se ha opuesto. Falta por ver el voto del resto, sobre todo del PP, el grupo mayoritario.