vitoria - Al diputado general de Álava se le notan las hechuras del cargo. Dos años al frente del ejecutivo foral le han conferido la seguridad de manejar y de manejarse a la perfección en el cara a cara con los periodistas. La seguridad de la costumbre le hace gestionar los tiempos con transiciones que se modulan con un tono de voz que pretende ser didáctico. Las manos también ayudan y hablan a su manera, gesticulando cuando es preciso enfatizar un discurso, que no peca de excesos, pero que se acaba sustentado en la repetición de las palabras que conviene destacar y que parecen estudiadas para la ocasión.
Ramiro González se enfrenta a la entrevista en mangas de camisa en una jornada de una semana con termómetros desbocados. Sin embargo, la licencia concluye cuando ha de retratarse frente al fotógrafo, ante el que recompone su traje gris marengo. Antes de llegar a tal circunstancia, el jefe del ejecutivo provincial ha reiterado como un mantra su discurso, que pasa por los hitos de la recuperación de la economía y del empleo y por el establecimiento de una reforma fiscal que estudiará cómo cuadrar el círculo de lograr más ingresos y de fortalecer la competitividad de unas empresas a las que no duda en halagar.
A apenas dos semanas de alcanzar el ecuador de la legislatura, ¿cuáles son las sensaciones que guían al diputado general?
-Desde el punto de vista personal, estoy satisfecho por el trabajo realizado. Han sido dos años de un trabajo muy intenso. El gobierno foral se ha implicado en todo lo que ha ocurrido de positivo. Aunque, desde luego, queda mucho trabajo por hacer y mucha ilusión para hacerlo.
Le veo optimista.
-Hay algo que es palpable y que se ve en el ambiente y es que estos dos años han sido los del despegue de Álava. Veníamos de unos años en los que había parálisis y pesimismo, y eso ha ido cambiando. Ahora estamos en una situación en la que hay esperanza, ilusión y hay muchos proyectos en marcha. La sociedad alavesa está muy viva y la Diputación lidera esa recuperación del territorio que hace que juntos veamos otra luz.
Como estamos de balance, le propongo un reto. Elija el mejor momento que ha vivido como líder de la Diputación.
-Es muy difícil. Pero si tengo que elegir un momento, por lo simbólico, sería el de los vuelos de líneas regulares desde Foronda. Eso me ha producido una gran satisfacción, porque veíamos cómo el aeropuerto se iba apagando. Y hemos conseguido que vuelva a renacer. Yo volé en uno de esos aviones y para mí fue especialmente emocionante ver cómo la gente estaba orgullosa de poder volar desde Vitoria.
Y el peor...
-En este caso, tendría que hablar de un tema muy delicado, como es Sansoheta. Ha sido el peor momento de lejos. No hay otra situación que me haya afectado personalmente como conocer que se estaba investigando lo ocurrido con unos menores.
Hasta aquí, el pasado, pero aún quedan dos años por delante para cerrar la legislatura. ¿Cuáles son las claves que maneja el diputado general para su próxima acción de gobierno?
-Las prioridades siguen siendo las que nos fijamos al inicio de esta legislatura. La primera y fundamental era la recuperación económica y del empleo. Creo que, al respecto, se han dado pasos muy importantes. En eso hemos estado trabajando y en eso seguiremos trabajando porque el gran reto es mejorar aún más los datos de empleo. Tenemos 3.000 desempleados menos en el último año. Esos registros hay que mejorarlos.
Entiendo que la recuperación del pulso empresarial también ha ayudado...
-Uno de los ejes para esta recuperación era, desde luego, la logística. Y eso ha avanzado de forma clara. A finales de año la playa de vías de Arasur será una realidad. Aparte, ya está en los Presupuestos Generales del Estado la construcción de la intermodal de Jundiz. El trabajo que se ha hecho en Foronda es impresionante, no sólo en la carga, sino que además, por fin, tenemos vuelos de pasajeros. La apuesta por la logística ya no sólo es una apuesta, es una realidad. La llegada de UPS a Foronda y de TransOnuba a Agurain, la ampliación de las instalaciones de DHL, la llegada de la planta de logística de Mercadona a Jundiz... Todo esto se ha producido durante estos años. Lo mismo ocurre con la apuesta por la modernización y la digitalización de nuestras empresas en la industria 4.0. Estamos trabajando de forma muy intensa en ese sentido, porque es la manera de afrontar el futuro con garantías en materia de innovación. También está la apuesta por la mejora de la formación, que ya es una realidad con el impulso de la Diputación con los nuevos grados, especialmente, en Ingeniería de Automoción.
Parece que, en líneas generales, han dado con la llave de la legislatura. Las últimas encuestas coinciden a la hora de recoger una estimación positiva de la acción de su ejecutivo por parte de la ciudadanía.
-Es importante la buena valoración de la gente, pero es más importante la sensación que tenemos de que las cosas en Álava van mejorando y que estamos ayudando a que esa situación mejore. Y aquí no hay una receta mágica. Yo hablaría de tres factores que están influyendo. El primero es el diálogo. Nos hemos empeñado en ser un gobierno que habla con todo el mundo huyendo de todo tipo de polémicas y de situaciones de conflicto. La segunda cuestión es el liderazgo. La Diputación ha pretendido liderar la recuperación del territorio. No ha habido proyecto en el que no haya participado y ha impulsado casi todos. El tercero es el trabajo. Trabajo continuo, diario y a pie de calle. En este gobierno todos los diputados forales recorren el territorio cada día conociendo dónde están los problemas e intentando solucionarlos.
Habla de trabajo continuo y me temo que gran parte de ese esfuerzo se está centrando en escribir los renglones de la reforma fiscal en ciernes. ¿Cómo será esa lectura?
-Yo creo que hay dos cuestiones que todo el mundo entiende. La primera es que las administraciones públicas necesitan recursos suficientes para mantener servicios públicos de calidad. Todo el mundo quiere una buena educación, una buena sanidad, unas buenas carreteras y unas buenas residencias para las personas mayores. Hacen falta recursos para mantenerlos y creo que en la sociedad, una inmensa mayoría es consciente de ello. También creo que la inmensa mayoría de la gente entiende que es muy importante mantener la competitividad de nuestras empresas, porque sin empresas, no hay empleo. La fórmula pasa por ver desde un punto de vista fundamentalmente técnico cómo se puede hacer una fiscalidad que logre recaudar lo suficiente y, al mismo tiempo, sea capaz de mantener esa competitividad.
Por lo que explica, entiendo que no se va a tocar en demasía los tributos a las empresas.
-Yo no voy a hablar de qué impuestos se van a tocar. Lo que sí que digo es que hay un ámbito de mejora de la fiscalidad. Hemos hecho una evaluación del resultado de la reforma fiscal de 2013, que nos dice que ha funcionado bien. Que gracias a ella, en un momento en el que se caía la recaudación, hemos conseguido mantener la calidad de los servicios públicos sin hacer recortes en lo básico. Y hemos conseguido mantener unas empresas que ahora están afrontando el futuro mirando cómo hay que crecer. Hay margen de mejora. Porque esa evaluación también nos ha dicho que las cosas se pueden mejorar y eso es lo que tenemos que analizar.
En cualquier caso, el presidente de la patronal alavesa, Pascal Gómez, avisaba recientemente del peligro de gravar más la actividad empresarial. ¿Teme que el empresariado se oponga frontalmente a una eventual reforma en ese sentido?
-Estoy convencido de que lo que vamos a hacer no va a perjudicar la competitividad de nuestras empresas. Entiendo que la posición de SEA y de Confebask es de defensa de sus asociados. Sin embargo, la posición de las instituciones y la del gobierno foral es de defensa del conjunto de la sociedad, también de las empresas. Desde luego, las modificaciones o mejoras que se puedan hacer en la fiscalidad también van a contribuir a que las empresas vascas sean competitivas e, incluso, a que las inversiones que puedan instalarse aquí lo hagan sin temores porque, entre otras cosas, tenemos un elemento diferenciador muy importante respecto al Estado español en cuanto a fiscalidad y es la estabilidad fiscal. El Gobierno central ha realizado modificaciones tributarias muchas veces en función de la coyuntura económica o electoral. Sin ir más lejos, este pasado 2016 ha realizado modificaciones en el Impuesto de Sociedades debido a esa coyuntura. El reto de nuestras instituciones es hacer modificaciones tributarias de largo recorrido. De hecho, desde 2013 hemos mantenido la estabilidad y la fiscalidad estable. Ahora tratamos de hacer algunas modificaciones que tengan la vocación de perdurar. Y eso es un valor en sí mismo.
La teoría parece fácil, pero la práctica da a entender que la reforma fiscal podría entenderse como un punto de inflexión en la legislatura, ya que el gobierno foral debe decantarse por los apoyos del PP o de EH Bildu que, en lo fundamental, buscan medidas contrapuestas en cuanto a fiscalidad.
-Yo creo que son, precisamente, el Partido Popular y EH Bildu quienes se tienen que decantar. La línea del gobierno foral está absolutamente clara y diáfana. Lo dijimos al principio de legislatura y hemos seguido esa línea, que pasa por establecer como gran prioridad la recuperación económica, del empleo y de los servicios públicos y sociales y el equilibrio territorial. Creo que esa recuperación se produce, entre otras cosas, al tener en cuenta estos dos elementos a los que estoy haciendo referencia: el mantenimiento de los niveles de ingresos que permitan tener unos servicios públicos de calidad y la defensa de la competitividad de las empresas. Creo que las dos formaciones, si son realistas y sinceras, han de asumir que esos dos principios van de la mano y que no se puede pretender defender sólo uno de los dos. Yo creo que ésa es la centralidad. Y eso es lo que quiere la inmensa mayoría de la ciudadanía. Tendrán que ser esas dos formaciones políticas las que decidan si aceptan negociar bajo esas premisas o si prefieren no acordar. Estoy convencido de que en su fuero interno saben que es así.
Ya, pero con intereses políticos de por medio, cabe la posibilidad de que se dé la tentación de usar la fiscalidad como arma arrojadiza para atacar al rival y marcar perfil y territorio.
-Yo creo que en política hay que contemplar todos los escenarios. Pero creo que la ciudadanía valora, primero, que se sea sincero y se diga la verdad, y en segundo lugar, que se sea serio y riguroso. También se valora que se esté dispuesto a dialogar. Desde luego, vamos a hacer esas tres cosas. Es fácil establecer discursos grandilocuentes con poca base real. Pero yo no lo voy a hacer. Yo voy a ser siempre realista y a trabajar con datos. Y cualquier modificación tiene efectos y hay que contárselos a la gente. Si uno opta por perder recaudación tiene que contarle a la ciudadanía que, “tenéis que tener peor educación, o peor sanidad o no podéis tener plazas suficientes para las personas mayores”. Si uno opta por castigar a las empresas, tienes que decir a la gente “ésta es mi línea política, pero que sepáis que hay empresas que pueden sufrir como consecuencia de estas medidas”. Y si sufren las empresas, sufren los trabajadores. Por lo tanto, realismo, sinceridad, verdad y diálogo. El resto de formaciones políticas tendrá que decidir qué es lo que hace.
Independientemente de todo ello, es una evidencia que la recaudación está experimentando una fuerte recuperación.
-Es verdad que la evolución de la recaudación en Álava en estos primeros meses es positiva con un 12% de incremento, pero hay que ser muy prudentes. El año pasado empezamos con datos negativos y acabamos en positivo, y también decíamos desde el principio que había que ser prudentes. Y el tiempo nos dio la razón. Creo que es bueno tener una recaudación que se incremente, pero todavía no podemos decir que ese incremento vaya ser así de importante.
Puede ser, pero hay hechos que amenazan con provocarles un fuerte dolor de cabeza, como la reestructuración societaria de Mercedes, que se podría sustanciar en una merma de ingresos de alrededor de 200 millones.
-No podemos establecer una cantidad, pero lo cierto es que cualquier merma de recaudación sería para el conjunto de las administraciones vascas, no sólo para Álava, porque hablamos de IVA, y el IVA recaudado por cada una de las Haciendas luego se reparte a coeficientes entre las tres Diputaciones y el Gobierno Vasco. Cuando conocimos esta situación, evidentemente, hablamos con Mercedes y con el Ministerio de Hacienda. Hablé con el ministro Montoro el mismo día en que conocimos el caso. Estas conversaciones están dando sus frutos. De hecho, el punto más evidente es que el acuerdo suscrito en Madrid para la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado contempla la creación de una comisión mixta entre el Estado y las administraciones vascas para ver la forma de solucionar este problema. En las reuniones mantenidas con el Ministerio de Hacienda hemos podido constatar que tienen vocación de solucionar esta cuestión. Es cierto que todo hay que hacerlo con Mercedes, porque esto es una reordenación societaria de esa empresa.
Sin salir del ámbito de la recaudación, creo que la campaña de la Renta también está dando buenos resultados.
-Los datos que tenemos ahora mismo son claramente positivos, pero hay que esperar al cierre. Esos datos vendrían a confirmar dos puntos. Por un lado, el acierto de la reforma fiscal y, por otro, un aspecto derivado del incremento del IRPF, que es que éste refleja la situación del empleo de una manera casi directa. Podemos decir que se está produciendo una recuperación del empleo y también se empieza a recuperar el empleo de calidad. El incremento de la recaudación por IRPF, ese 5% que hemos conocido esta semana, es superior al incremento de la filiación a la Seguridad Social. Ése es el camino, que pasa por recuperar el empleo y unas condiciones salariales dignas para todos los trabajadores.
El PNV ha pactado con el PP en Madrid y en el Parlamento Vasco, pero ese acercamiento no se ha trasladado a Vitoria y Álava.
-En Álava no está ocurriendo lo mismo porque esa intención de ser positivos, de trabajar para aportar que ha hecho el PP en Euskadi, y su nueva disposición en Madrid a negociar y conseguir que compromisos anteriores se cumplan, no la están llevando a cabo en Álava. Mientras los presidentes del PP en Euskadi y en Álava hacen un llamamiento a sus portavoces en el Ayuntamiento y las Juntas para que se acerquen al PNV e intenten negociar, la respuesta de la portavoz municipal es decir que el gobierno foral es sectario. El insulto es su recurso.
Si la relación con el PP alavés no mejora en los próximos meses el escenario para los Presupuestos de 2018 sería reeditar el pacto con EH Bildu o ir a una prórroga presupuestaria.
-Ahora todos los escenarios están abiertos. Cuando llegue el momento de negociar haremos lo que hemos hecho siempre, llamar a todas las fuerzas políticas y dependerá de su voluntad de acuerdo pactar con cada una de ellas. Sé que al final habrá que decantarse por alguien, pero esto es muy sencillo. Lo que el gobierno foral no va a hacer, y no lo ha hecho nunca, es moverse a la izquierda o a la derecha para satisfacer a unos u a otros.
¿Qué nota le pone a los dos acuerdos presupuestarios con EH Bildu?
-Un notable alto. Primero porque han sido acuerdos basados en el realismo. Bildu ha hecho un ejercicio de realismo y hay que reconocérselo. Hay que valorar que haya sido capaz de tener posiciones realistas que hace no tanto tiempo resultaban extrañas en esa formación política. Y en segundo lugar, porque han sido acuerdos que en el primer caso se cumplió y en el segundo se está cumpliendo. La situación económica del territorio mejora y los proyectos salen adelante.
¿A mayor recaudación habrá más dinero en los Presupuestos de 2018?
-No es directamente así, porque tenemos una normativa que restringe las posibilidades de destinar dinero a inversiones en el caso de que se incremente la recaudación. Puede que sea un presupuesto mayor que el actual, pero no expansivo. No vamos a recuperar, desde luego no en el corto y medio plazo, la capacidad de inversión y presupuestaria que teníamos antes de la crisis. Eso es algo que es importante que se sepa.
diferenciación Con el paso de los minutos, los gestos de González se amansan. También su palabra, sobre todo, cuando hay que reflexionar sobre asuntos en los que el diputado general ha logrado marcar perfil con anterioridad, incluso antes de acceder a la jefatura del gobierno foral. Toca repasar sus posturas en asuntos espinosos, como la diferenciación de los vinos de Rioja Alavesa o los esfuerzos por recuperar el H24 para Foronda.
Estos días ha asegurado que Foronda recuperará el H24 este año. ¿Por qué está tan seguro?
-Estamos en una situación de mayor comprensión y apertura del PP a las demandas vascas y creo que eso propiciará durante los próximos meses la apertura H24 de Foronda, por eso he dicho varias veces que va a ser este año. Por nuestra parte seguimos intentando que el PP entienda cuáles son las necesidades de Álava y ahí el H24 es fundamental para el futuro del aeropuerto. Ir por el mundo diciendo que en Álava tenemos el mejor aeropuerto, intentando que las compañías se instalen aquí, mientras les tienes que decir que está cerrado durante el día pero que si vienen se puede abrir en función del horario que necesiten no es la mejor forma de trabajar para impulsar el aeropuerto.
¿Espera que los buenos datos de Ryanair en Foronda, con un 90% de ocupación en sus vuelos, sirvan para atraer a otras compañías?
-En Foronda era fundamental que hubiera una compañía con vuelos regulares porque es también una forma de que otras se fijen en el aeropuerto. Por eso los buenos datos de ocupación de los vuelos a Milán y Tenerife Sur de Ryanair pueden ser un elemento que nos ayude a mejorar los destinos, por parte de Ryanair para empezar. De todas formas, los datos también demuestran que la llegada de Ryanair ha sido una apuesta acertada, y que cuando se acierta en los destinos y las frecuencias Foronda funciona. Además esto no es una apuesta a corto plazo, sino a futuro, buscando llegar primero a los 150.000 pasajeros al año como objetivo.
¿Ha habido contactos con otras aerolíneas para tratar de que se instalen en Foronda?
-Por parte de VIA los contactos con las compañías aéreas, tanto de carga como de pasajeros, son continuos. Lo que se trata es de convencer a las compañías de que es una buena apuesta instalarse en Foronda.
¿El VIAP también es fundamental para el futuro de Foronda?
-No sólo para el futuro de Foronda. El VIAP es un elemento estratégico para el futuro económico de Álava. Todo el mundo dice que quiere que nuestro territorio tenga un futuro en la industria aeronáutica, pero eso sólo puede lograrse si hay disponibilidad de suelo al lado del aeropuerto. Y ahora mismo hay cero metros cuadrados. No estamos hablando de crear un macropolígono industrial, hablamos de disponer del suelo suficiente para que las empresas se puedan instalar alrededor de Foronda, porque hay empresas del sector que han mostrado su interés por instalarse en Álava, pero necesitan estar al lado del aeropuerto. Eso sí, el VIAP debe llevarse a cabo con las garantías absolutas de respeto al medio ambiente, evitando que suponga un problema para nadie. Ni para las personas que habitan en la cercanía ni para los concejos.
Hace poco daba irónicamente la bienvenida al PP en su apoyo a la diferenciación de los vinos de Rioja Alavesa.
-Bueno, no era una ironía, era una bienvenida sincera. Que ahora el PP mantenga una posición diferente y piense que el futuro de Rioja Alavesa pasa por la diferenciación de sus vinos es una buena noticia, cuando hemos escuchado al PP durante muchos años decir que las cosas estaban bien como estaban.
¿En qué cree que acabará cristalizando esa búsqueda de la diferenciación?
-Creo que se están dando pasos muy importantes. En abril de 2015 yo hice en Laguardia un llamamiento para realizar un proceso de reflexión para encontrar cuál era la mejor fórmula de diferenciar los vinos de Rioja Alavesa, manteniendo que la mejor solución es una denominación propia Rioja Alavesa dentro de Rioja. Estos años han sido años de profundos movimientos y reflexión en Rioja Alavesa. El debate ya no está en si hay que diferenciarse o no, sino en cómo hay que hacerlo. Eso es un avance muy importante al que creo que hemos contribuido como gobierno foral de forma clara. Las empresas, los viticultores, las bodegas... Ellos se juegan su dinero. Deben ser ellos quienes decidan cuál es el mejor futuro para Rioja Alavesa.
¿Hasta qué punto está la Diputación dispuesta a implicarse, económicamente hablando, en la reforma de Mendizorroza?
-Lo primero que tengo que decir es que es un proyecto que a mí me ilusiona. Es un proyecto bueno para Vitoria y para Álava, pero también debo decir que tengo una responsabilidad y que, por tanto, nuestra postura definitiva sobre este proyecto dependerá de si es viable desde el punto de vista de su financiación. Yo he mantenido varias conversaciones con el Alavés, y especialmente con Josean Querejeta, sobre esta cuestión. Él conoce perfectamente cuál es nuestra posición y la entiende.
¿Y qué le ha trasladado el club?
-Lo que me transmite el club es que están trabajando en un modelo de financiación que haga posible la construcción del campo. Un modelo que haga factible que el mix de aportaciones privadas y públicas resulte viable para las administraciones públicas. De momento todavía no tenemos ese estudio financiero, porque sé que no es fácil y requiere un esfuerzo importante por parte del club, algo que está haciendo. Ojalá este proyecto sea una realidad, y si lo es será porque desde el punto de vista de la aportación de las administraciones públicas resulta posible hacerlo.
¿Está satisfecho con la implicación del Gobierno Vasco en Álava?
-Yo siempre intentaré conseguir más de todo el mundo. Pero qué voy a decir yo si los alaveses han votado a Iñigo Urkullu de manera masiva, obteniendo ocho escaños por Álava para el PNV en el Parlamento Vasco. El diputado general está satisfecho, pero lo más importante es que la ciudadanía alavesa está satisfecha. Nosotros estamos en contacto continuo con el Gobierno Vasco, tanto con el lehendakari como con sus consejeros y consejeras, para trasladarle cuáles son las necesidades del territorio y cuáles son las soluciones que nosotros creemos que hay que dar a esas necesidades. Creo que el Gobierno Vasco tiene sensibilidad por lo que es Álava y por su situación. Ahí están las pruebas, como el acuerdo entre el lehendakari y el alcalde de Gasteiz para doblar el canon de capitalidad.
Hablando de canon de capitalidad, Gorka Urtaran reclama que la Diputación abone a Vitoria un canon como capital de Álava. ¿Está dispuesto a hacerlo?
-Cuando el alcalde, yo creo que cumpliendo su obligación, reclamó un canon para Vitoria yo contesté que hay que dejar de dar tanta importancia a las palabras y dársela a los hechos. Lo importante no es si hay canon o si no lo hay, sino si realmente la Diputación se implica en Vitoria, y el acuerdo que firmamos el jueves demuestra que es así, apoyando aquellas inversiones que van a servir para dar servicio a los vitorianos y al resto de alaveses, porque Vitoria presta muchos servicios a los ciudadanos del territorio.