Daniel Castro pone sobre la mesa una enorme caja de pastas -“era la única que tenía en la que me entraban todos”, admite entre risas- y de su interior va sacando un sinfín de recortes de periódicos y material relacionado con Foronda. Desde fotografías de la visita del Dalai Lama a los ambiciosos planos que auguraban para el año 2000 un aeropuerto más grande que el actual, incluida una segunda pista de aterrizaje.
Apasionado spotter, el presidente de la asociación Juntos Por Foronda empezó hace casi una década a levantar su pequeño museo con toda la información relacionada con el aeropuerto. Acompañado de Edurne Buruaga, también de la asociación creada hace más de un año, ambos recorren para DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA algunos de los episodios históricos vividos en la terminal alavesa desde que el 16 de febrero de 1980 abriera sus puertas oficialmente.
Como aficionado a plasmar en imágenes las aeronaves que despegan y aterrizan de Foronda, el presidente de la agrupación de apoyo al aeropuerto no duda cuando tiene que elegir uno de los grandes hitos de la historia reciente de Foronda. “Me quedo con la visita del Antonov 225 el 26 de abril de 2010. No se me olvidará nunca”, relata Castro en recuerdo a la llegada a Vitoria hace siete años del avión más grande del mundo, que descargó sobre la pista de Foronda 120 toneladas de material electrónico procedente de Almaty (Kazajistán) en una operativa logística que hizo las delicias de los aficionados gasteiztarras a la aviación.
Desde entonces el aeródromo ha recibido en más de una ocasión a alguno de los hermanos pequeños del gran pájaro ruso -del que sólo existen dos ejemplares- como fue el Antonov 124 que tomó tierra en Vitoria el verano pasado procedente de Turín para cargar en su panza dos locomotoras elaboradas por Talgo en su planta de Ribabellosa.
La visita del mastodóntico Antonov en 2010 fue, por cierto, la guinda de unos días en los que Foronda recibió una ingente cantidad de aeronaves por culpa de un fenómeno meteorológico que causó estragos en el espacio aéreo europeo. “La nube volcánica obligó a cerrar muchos aeropuertos y Foronda, que todavía era H24, se benefició recibiendo un montón de aviones”, recuerdan Castro y Buruaga. Las consecuencias que las cenizas del volcán islandés Eyjafjallajökull causaron en la mayor parte de Europa repercutieron de forma positiva en Foronda, que ese mes incrementó un 47,4% el volumen de carga habitual en aquella época, gestionando mercancía como coches de Fórmula 1 llegados de China y material audiovisual para la gira de Lady Gaga, procedente de Dubai.
En la asociación Juntos Por Foronda echan la vista unos años más atrás para recordar otro de los episodios más curiosos que han tenido al aeropuerto como protagonista: la operación policial que descubrió un espectacular alijo de droga en el aeropuerto el 28 de diciembre de 2009. Dos toneladas de cocaína camuflada por los narcotraficantes en un cargamento de 47.000 kilos de flores.
“Recuerdo que después regalaron los ramos de flores en el centro y fue un montón de gente a cogerlos”, rememoran con acierto, pues apenas tres días después de la operación -bautizada por la Guardia Civil como Flower Power-, el 31 de diciembre la Plaza Nueva se llenó de vitorianos dispuestos a hacerse con las rosas y claveles que unos días atrás habían ocultado la droga. La historia de las operaciones antidroga en Foronda tiene sin embargo otros capítulos destacables, como el avión ucraniano que permaneció nada menos que un año entero estacionado en la terminal al ser interceptado con tabaco ilegal, allá por el año 1997.
Entre las curiosidades que forman parte de la colección Castro pone también sobre la mesa cómo, en 1979, un año antes de la inauguración del aeropuerto, “la prensa vitoriana aseguraba que más de treinta compañías aéreas estaban interesadas en instalarse en Foronda”, aunque posteriormente la realidad acabó diluyendo las altas expectativas. “En aquella época eran muy optimistas con el futuro del aeropuerto. En otro artículo anticipaban que para 1990 Foronda tendría cuatro millones de pasajeros al año, nada menos”, relata. Al final, la cifra más alta que ha tenido la terminal en su historia ha acabado rondando los 300.000 pasajeros anuales.
el dalai lama Entre los pasajeros más ilustres que han pasado por Foronda, al menos públicamente, estuvieron por cierto dos de los líderes religiosos más conocidos. El Dalai Lama aterrizó en Gasteiz en abril de 1997, donde fue recibido a pie de pista por el que era entonces director del aeropuerto, Jesús Garay. Mucho antes, el 6 de noviembre de 1982, Juan Pablo II se había convertido en el primer pasajero ilustre que visitaba la terminal, dos años después de su inauguración.
“En Foronda aterrizó también el primer Boeing 747 que llegó a Euskadi. Fue en 1982, por el Mundial de Fútbol, con 490 aficionados franceses que iban a Bilbao a ver a su selección”, apuntan Daniel Castro y Edurne Buruaga sobre la llegada del primer Jumbo a tierras vascas. Seres humanos a un lado, la puesta en marcha en 1997 del ahora suspendido Puesto de Inspección Fronterizo (PIF) permitió a Foronda ser un referente en el transporte de animales. “Por el aeropuerto han pasado desde caballos hasta leones, cocodrilos, avestruces y rinocerontes”, enumera Castro sobre unos tiempos de bonanza que hoy en día todos aspiran a recuperar.
Cuatro décadas. En sus casi cuatro décadas de vida el aeropuerto ha vivido algunos momentos para el recuerdo, como el mes de abril de 2010, cuando la nube volcánica que asoló la mayor parte de los aeródromos europeos permitió a Foronda recibir un buen número de aviones inesperados. Ese mes pisó la terminal alavesa el Antonov 225, la aeronave más grande del mundo.
Daniel Castro y Edurne Buruaga, de la asociación de apoyo al aeropuerto alavés, recuerdan cómo Foronda era un referente en el transporte de animales cuando el Puesto de Inspección Fronterizo (PIF), ahora suspendido, entró en funcionamiento en el año 1997.