Vitoria - La portavoz de EH Bildu, Miren Larrion, fue expulsada ayer del Pleno municipal por el alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran, tras incumplir tres veces el turno de palabra durante la moción del PP que pedía “contundencia” frente a la ocupación de Errekaleor. Fue la máxima expresión de la tensión vivida en una sesión plenaria que también incluía el turno popular de Errekaleor Bizirik, el colectivo que se encarga de la autogestión de ese barrio obrero gasteiztarra, recuperado desde 2013 para poner en marcha una solución habitacional para “gente sin casa, casa sin gente”, como reza uno de sus murales. Una comparecencia tras la que estalló la más que notable diferencia de posturas entre los grupos partidarios de su desalojo (PNV-PSE y PP) frente a los que abogan porque el proyecto de autoabastecimiento se siga desarrollando en ese punto de la capital alavesa (EH Bildu, Podemos e Irabazi).
En especial, tras la intervención de Karla Pisano, representante de Errekaleor Bizirik, tras declarar: “Podíamos haber nombrado a Lourdes, de 75 años, que nunca antes se había sentido tan arropada, a Maialen, recién nacida, o a Yasín, un joven que vive desde 1999 en Errekaleor tras un mobbing inmobiliario de 90.000 euros, y a Maider, que hoy es su cumpleaños y da la cara por defendernos, o del miedo de oír excavadoras al saber que van a tirar tu casa. Lo haríamos si la política institucional entendiera de corazón, pero no es así”. A juicio de Pisano, “somos una piedra en la carrera política”. Una estrategia “electoralista” que intenta acabar con el sueño de diez jóvenes que soñaron con reconstruirlo cuando llegaron y ahora, 150 lo hacen con tumbar a un alcalde que se ha venido arriba. En las televisiones hemos visto un alcalde fuerte. Le invitamos a un debate público, con el moderador que usted elija”, propuso Pisano, quien acabó su discurso nombrando la manifestación del 3 de junio en Vitoria en la que “demostrarán que el pueblo tiene la última palabra”.
Ya antes de la comparencia de Errekaleor Bizirik se avecinaba que el derecho de este movimiento a ejercer su palabra no iba a ser como otra cualquiera, dado que un coche de la Ertzaintza intentaba garantizar que no pasara nada fuera de lo habitual durante la acreditación de sus miembros a la entrada del Consistorio, razón por la que el vehículo policial estaba aparcado frente a su fachada.
A continuación, una decena de miembros de este movimiento okupa, entre los que había una recién nacida, ataviados con camisetas negras a favor de Errekaleor Bizirik, se sentó en la bancada del salón plenario, al tiempo que su portavoz, Maider Fernández de Aguirre, leía un manifiesto en euskera en el que denunciaban que “la razón del corte de luz no es el cuadro eléctrico o la seguridad, sino el dinero y la especulación”. Un objetivo, el de convertir el barrio en un proyecto de huertas ecológicas, que “requiere inversión” y que pondría fin al sueño que han construido, tras haber puesto en marcha un cine, entre otras actuaciones, y revisado las condiciones de seguridad para evitar el “riesgo de accidente eléctrico”.
Después, llegó el turno de la defensa de la moción del PP, a cargo de Miguel Garnica, quien volvió a insistir en “poner todas las medidas legales necesarias para que Vitoria deje de ser una ciudad okupa”, en cumplimiento del acuerdo de Ensanche 21, de noviembre de 2016, para acometer el derribo del barrio. Una defensa a la que Garnica añadió: “¿Dónde va a a llevar el problema que ha creado usted? ¿Lo va a trasladar a otro barrio?”, tras recordar los planes de Urtaran por realojar a los okupas en Aretxabaleta.
la actuación policial Durante la réplica del resto de fuerzas quedó claro que la moción popular no saldría adelante, como finalmente así sucedió. La edil de Urbanismo, Itziar Gonzalo, respondió a Garnica que “precisamente ha tenido que venir este equipo de gobierno para hacer frente a lo que ustedes dejaron pasar. Respaldamos la actuación por motivos de seguridad y habitabilidad”. Gonzalo también lamentó el discurso de los de Errekaleor, ya que “ha quedado en evidencia el nulo talante y la voluntad de diálogo”.
El socio de gobierno de los jeltzales, el socialista, Peio López de Munain, aseguró que ayer “se iba triste del Pleno”, puesto que “por parte de los comparecientes se niega el diálogo y en menudas formas, por cierto”, pero también porque “ustedes no nos respetan, a diferencia de nosotros, nos desprecian, por no pensar igual. Queremos solucionarlo con el diálogo y el entendimiento y nos contestan con insultos, así consiguen darle alas y argumentos al PP para no avanzar en el problema de Errekaleor”.
Miren Larrion, de EH Bildu, poco antes de ser expulsada, salió en defensa de los okupas, insistiendo en la incoherencia de los motivos del desalojo por infravivienda, “porque en Vitoria hay otras 17.300 viviendas de fibrocemento. En Errekaleor llevan años con sus tareas de reconstrucción y no se pueden ir a otro lado”, argumentó la portavoz abertzale, quien también hizo alusión a las críticas del equipo de gobierno porque los okupas no vivan “a costa de”, en el sentido de no tener que pagar el agua y la luz. “Los que no pagan el IBI son la Iglesia, Araca y el Gobierno Militar. Siempre hay ciudadanos de primera y segunda, ¿en qué lado estamos? Las normas se pueden cambiar”, apeló.
El edil de Podemos, Juan Cerezuela, pidió “diálogo entre las dos partes sin posición de fuerza, porque así no llegamos a nada”. El de la formación morada también se preguntó por qué razón no se ponía en marcha “un informe externo”, dado que no concuerdan los documentos municipales y los de Industria con las condiciones de seguridad que dicen los de Errekaleor Bizirik, además de “analizar las causas del movimiento okupa antes de criminalizarlo y analizar proyectos alternativos exitosos”.
Y Óscar Fernández, portavoz de Irabazi, afirmó que “preferimos un Errekaleor con luz y color que a oscuras y derruido, que es el modelo del PP y PNV”, declaró.
Moción del PP. El grupo municipal del PP pedía en una moción “poner todas las medidas legales para que Vitoria deje de ser una ciudad okupa”, que fue rechazada por el resto de fuerzas.
Errekaleor Bizirik. Sus representantes leyeron un colectivo recordando lo que han trabajado en el barrio y sus mejoras en seguridad. La polémica vino tras el turno de réplica del movimiento, en el que dijeron que los 150 okupas ahora sueñan “con tumbar al alcalde” y lo demostrarán en la manifestación del día 3.
La edil de Urbanismo, Itziar Gonzalo, respondía así a la petición de “contundencia” del PP.
El edil Peio López de Munain afirmó sentirse “triste” porque los comparecientes “se niegan” al diálogo y “con menudas formas”.
Miguel Garnica hacía alusión a los intentos del gabinete Urtaran de realojar a los okupas de Errekaleor en Aretxabaleta.
Para Miren Larrion la declaración de infraviviendas de Errekaleor no justifica el desalojo.
Para Juan Cerezuela sería buena idea un “informe externo” sobre la seguridad en Errekaleor.
Óscar Fernández recordó que “no son sólo sueños, sino realidad en otras ciudades”.